Noche en Metropolis (Libre)

Que un laboratorio explote no es nada bueno, y si es en Gotham ya puedes temerte lo peor. Por eso me he dado prisa por ver a que se dedicaba ese laboratorio y tras la fachada de una empresa de farmacéuticos se esconde una compleja red de tráfico de materiales extraterrestres que satisfaría a los más paranoicos en el tema porque mueven todo tipo de substancias totalmente desconocidas en la Tierra y todas sumamente peligrosas para un tipo de persona. Navegando por sus documentos averigüe una cosa que se convirtió en motivo obligado de visita a Metrópolis de forma apresurada porque esas dos palabras no suelen ir bien la una con la otra, Kriptonita en Metrópolis. Debo alertar a Clark. Tras enviar un mensaje usando el viejo comunicador que usábamos los miembros de la Liga me dispuse a coger un avión privado que me llevara a Metrópolis para investigar el cargamento que han transportado, cantidades y hallar alguna forma de sacarlo de circulación aunque sea esconderlo en alguno de mis almacenes, no es la primera vez que lo hago pero es por seguridad de Superman, la exposición a las piedrecitas verdes resulta incómodamente mortal para un mastodonte como él.

Cae la noche y yo me preparo para salir de cacería por la gran ciudad de Metrópolis pero no sin antes haber rastreado el cargamento y haberme dado la dirección de un laboratorio a las afueras de la ciudad, lo que me extraña es que es demasiado grande y famoso como para que operen de forma ilegal, deben tener a alguien que les cubre las espaldas, perfecto, una trama de conspiración, como si no tuviera bastante con la que tengo montada en mi vida personal… Salgo por la ventana de la habitación de mi hotel y con una flecha arpón consigo llegar hasta un tejado inferior a mi suite y empezar a moverme por la ciudad como un fantasma, como un cazador silencioso que acecha a su presa, solo que esta vez la presa es un laboratorio de renombre…. No me gusta como pinta esto.

Llego al laboratorio y me sorprende que no haya ninguna luz de los encargados de la limpieza, consigo entrar por una ventana del techo y al caer al suelo me pongo a vigilar hasta que veo una puerta por la rendija de la cual se ve un haz de luz, muy ligero pero suficiente para darme algo con lo que trabajar, no puedo entrar por la puerta como si nada… o sí. Entro por la puerta y paso un pasillo hasta llegar a otra puerta, la abro ligeramente y puedo oír una voz profunda y amenazante, dibujo una media sonrisa y entro en la sala para ver a Batman sumido en la oscuridad agarrando a un hombre, veo que se le acerca alguien por detrás pero yo con un rápido movimiento agarro una flecha y la disparo con firmeza arrancándole la pistola de las manos, me acerco a él y con un golpe fuerte del arco lo noqueo.

- Sonsácale todo lo que sepa, Bats, yo he avisado al grandullón de que alguien quiere hacer una fiesta de kriptonita verde.

Digo mientras me paseo por la estancia y veo un gran contenedor en el medio en el que relucen multitud de piedras de un color verde que no me gusta nada, y eso que soy Green Arrow. Tapo el contenedor con la tapa que viene con él a la vez que oigo como el hombre habla:

- El transporte era mutuo… enviábamos kriptonita a Gotham para evitar las sospechas y luego la enviaban de nuevo aquí bajo documentos falsos de medicamentos, no sé quién es el jefe, nunca viene…

Antes de que Bruce acabe de hablar una flecha es rápidamente cogida por un movimiento realmente repetido por mi brazo y apuntando al rostro de un hombre asustado por Batman y por la reluciente cabeza afilada de la flecha que se incrustará en su cerebro si no coopera, aunque yo juego con ventaja, pase lo que pase no le clavaré la flecha, no soy un asesino, pero él no lo sabe y tanto Batsy como yo jugamos con eso a nuestro favor. Los sollozos y los lamentos no se hacen esperar y empiezan a florecer de un hombre que teme por su vida, he de admitir que me llega a inspirar lástima, pero eso no quita que es un criminal y que como tal ha de ser castigado con justicia. Escucho lo que dice captando lo máximo que puedo entre sus sollozos y antes de que Batman lo noquee ya me estoy acercando a la puerta pero algo me detiene. Miro rápidamente hacia arriba con la esperanza de encontrar un pequeño saliente que me ayude para subir y moverme por los pisos. Coloco una flecha trucada en el arco y disparo hacia arriba hasta la pasarela superior para que luego se tense una cuerda y me suba hasta arriba, con pose ágil y sin hacer apenas ruido avanzo en la sombra observando las personas que se encuentran allí y ahora charlan como si no pasara nada, a primera vista no parecen genios criminales pero las apariencias engañan, también Fyers parece un enano gruñón simplemente y hay que admitir que el hobbit tiene puntería con las pistolas, pese a que le he demostrado que el arco sigue siendo mejor.

Las sorpresas de verdad vienen cuándo la mujer hace que centre toda mi atención en ella y en las toneladas que ahora sostiene en brazos como si de un pequeño paquete se tratara, intuitivamente me llevo la mano al carcaj y agarro una flecha explosiva lista para explosionar cuándo la punta choque con algo y se accione el mecanismo, sea lo que sea eso no es humano y tampoco estoy seguro que la explosión le afecte si le toca, quizá si lleva unas protesis externas acabe con ellas y muestre lo que sea que estoy observando, pero aún no, simplemente me limito a apuntar y a atacar después de Bruce y tras la distancia, disparo la flecha a la mujer y esta se incrusta en su brazo y al explotar se oye un estruendoso sonido que termina con una ligera humareda mientras yo desciendo y noqueo a los guardias que habían aparecido con unas rápidas maniobras de combate con ayuda del arco. Rápidamente dirijo mi mirada de nuevo con la verdadera cosa interesante del lugar y me acerco a la mujer para golpearla con todas las fuerzas posibles pero simplemente me empiezan a chillar todos los huesos, simplemente emito un gemido para luego esquivar un golpe suyo y ver que se le ha rasgado la piel dónde la flecha ha petado y ha dejado en el aire una especie de coraza verde que parece un caparazón, la mujer se percata de eso y emite un gemido de reptil y con la otra mano se cubre eso, como si hubiéramos descubierto un secreto que no tendríamos que haber descubierto, sonrío.

- ¿Y de dónde vienes…?

Me agacho esquivando un derechazo suyo salvaje para pasar por debajo de sus piernas a la vez que preparo una flecha normal y apunto detrás de su cabeza, los aliens suelen tener un punto desprotegido, cuándo estoy de espaldas a ella la disparo con una puntería digna de mí y la bestia grita de dolor, al mirarme veo que ha gritado tanto que la piel se le ha soltado de la zona de la boca y la velocidad le ha aumentado porque me ha lanzado hacia atrás de un golpe. Choco contra la pared y me quedo en el suelo de rodillas resistiendo el dolor mientras veo que se me acerca, entonces preparo una flecha especial a la vez que grito a Batman: - Aparte murciélago… ¡esto se pondrá calentito! – Es una teoría, pero puede funcionar, disparo la flecha que se incrusta en la coraza del alien y empieza a brotar fuego provocando que la bestia se lleve las manos a la cabeza y se retuerza de dolor, me levanto a duras penas y veo como se retuerce.

- ¿Marcianos…? Creía que John…