Informando a la gente [Libre]

Gotham es la ciudad con más índice de criminalidad de todos los EEUU, pero no considero a la gente necesitada que usa métodos que las demás personas llamarían “poco ortodoxos”, los verdaderos criminales viven en Mansiones, son banqueros, políticos, personas poderosas que simplemente dirigen el mundo porque nacieron en la familia equivocada. Mi deber es hacer justicia, eliminar el cáncer que ha sido arraigado en Gotham y hacerla mas justa, quiero eliminar una de sus dos caras.

Aunque mi radio de acción se sitúe en Gotham no puedo evitar observar otros objetivos corruptos que necesitan de una justicia urgente, de mi doble justicia, por eso voy con una docena de mis hombres hacia una ciudad que idolatra a lo mas parecido a un Dios, pero como con Goliath, lo que acaba con él es una simple piedra, en este caso de color verde que adquirí del Museo Arqueológico de Gotham y me resultó útil durante una de mis misiones hace unos meses. Durante el trayecto me siento seguro sintiendo la fría plata de la moneda que mi padre, un borracho sin escrúpulos... pero que cuándo me trataba bien era de los mejores padres del mundo, me regaló cuándo lo fui a visitar poco antes de mi despertar. Mis hombres van armados y los infiltrados que se han ido introduciendo en mi objetivo me han informado de las entradas mas seguras para derrumbar uno de los edificios icónicos de esta ciudad llamada Metrópolis.

El coche se para enfrente de la entrada y alzo la mirada al cielo para intentar divisar la icónica bola del mundo que caracteriza a este edificio que casualmente es uno de los periódicos mas leídos de Metrópolis y que idolatra a esa estúpida rata voladora. Me quedo quieto jugando con mi moneda mientras mis hombres entran tranquilos al edificio, como si fueran a hablar con alguien, llevan las armas escondidas y los coches están colocados estratégicamente, mi mente dividida ha creado dos planes distintos pero con el mismo final, lástima que la ejecución de uno u otro dependa de un acto aparentemente tan simple como un lanzamiento de moneda, el destino de miles de personas está literalmente en la palma de mi mano y por eso no puedo evitar sentir un poco de incomodidad y cruel alegría. Al caer la moneda en mi mano veo el lado liso, la cara limpia, por lo que esto se hará rápido, miro al cielo un poco preocupado, atento a cualquier mancha roja y azul que aparezca pero nada surge y yo me adentro entre la multitud del Daily Planet dejando atrás las curiosas miradas asombradas por mi rostro para que todo el Daily Planet se fije en mi mientras hablo con un micrófono que me han dado uno de los míos:

- Damas y caballeros, préstenme atención, soy Harvey Dent, antes de nada que sepan que mis hombres han cerrado y vigilado todas las entradas y salidas, vigilan afuera por si decide aparecer cierto tipo vestido con un pijama rojo y azul. Ahora, aclaradas las cosas procederemos a explicar nuestra misión. - Esbozo una ligera sonrisa que se desvanece de nuevo mientras sigo hablando- Habéis juzgado injustamente y es nuestro deber hacéroslo pagar, voy a destruir este icónico edificio con todos ustedes dentro y nadie podrá impedirlo.

Dos de mis hombres me cubren las espaldas vigilando que ningún valiente se atreva a actuar mientras otros vigilan planta por planta a las personas.

Mi expresión confiada y serena deriva en una ligera mueca de rabia al ver a la mujer flotando delante de mí... estúpidos idiotas disfrazados, siempre entorpeciendo el progreso... es mejor explotar el edificio ahora mismo y dejarnos de tonterías... no, podría salvar a la gente y algo como esto necesita víctimas mortales. Sin saber que hacer claramente y sin apartar la mirada de Wonder Woman me llevo la mano a dentro de la chaqueta y saco la moneda, rápidamente la lanzo y me olvido un segundo de la entrometida que tengo delante para concentrarme en la trayectoria de la moneda, cuándo se posa en mi mano siento seguridad y confort, una sensación que es como una droga para mi con el constante dolor que me provoca el lado quemado de la cara, y el lado marcado de la moneda me guía en esta encrucijada. La guardo en su bolsillo secreto de mi chaqueta y chasqueo los dedos a uno de mis hombres, este que por un acto reflejo apuntaba a Wonder Woman le da a un comunicador que hay en su chaleco antibalas y de repente muchos mas hombres entran y consiguen rodear a la mujer flotante, sonrío...

- Ahora me ha dado por encargarme de la justicia de otros lugares. ¿Ahora que te parece si te das media vuelta y me dejas trabajar tranquilo? Las balas que llevan mis hombres son de meteorito radioactivo, pero te aseguro que también te harán daño a ti.

Le advierto con una voz seria pero tranquila, no estoy nervioso, tengo una parte que si lo está, pero ahora quien manda es Dos Caras y él está tranquilo. Mis hombres se preparan para disparar a mi orden, esto no es un problema, es un simple contratiempo, lo soluciono en un par de segundos y habré matado a dos pájaros de un tiro.

Se ríe de mí y me debato entre apretar el gatillo o detonar la bomba, si aprieto el gatillo la bala no le hará nada pero la explosión quizá la mate, pero me matará a mí, no, sería un sacrificio inútil si luego esta mujer sobrevive. Estoy tentado de probar suerte con la pistola pero al final no doy el paso, estoy bloqueado y no sé que hacer, cuándo me mira a los ojos me sorprendo, poca gente puede hacerlo, les doy “asco”, no lo entiendo, este es mi verdadero yo. No lo entiende, yo también quiero acabar con ellos... han idolatrado a un loco con mallas, le han cedido su vida... yo solo pretendo enseñarles que no han de confiar en estos payasos. Merecen morir, bajo la cabeza mientras pienso esto, me quedo como absorto del mundo exterior, esperando un impulso que me devuelva la conexión, finalmente levanto la cabeza, alzo el brazo y disparo a Wonder Woman sin pensármelo, la bala no le hace, simplemente se aboya al chocar en su cuerpo y cae al suelo con un ligero ruido. Miro curioso este hecho inclinando un poco la cabeza a un lado:

- Curioso... - susurro para volver a mirar fijamente a Wonder Woman- Veamos... te equivocas, yo quiero destrozar este edificio rápidamente, sin hacer sufrir a la gente que hay dentro mas de lo necesario...- pauso un segundo y al continuar mi voz suena mas grave y enfadada- pero yo, en cambio, quiero hacerlos sufrir de verdad, que aprendan que significa depositar tu fe en un loco con mallas. Oh, claro que no te harán nada preciosa pero yo no dejo nada al azar... este suele ser muy... susceptible a los pequeños cambios. - paro un momento para soltar una pequeña risa y continuar.- Tic tac... tic tac...

Oigo los gemidos desesperados de una de las personas que hay cerca, los llevo oyendo desde que he entrado y me está empezando a molestar... quizá podamos hacer una excepción y librarla de su sufrimiento... me parece justo. Giro rápidamente la mirada de Wonder Woman y estiro el brazo que tiene el arma apuntando a la cabeza de la mujer que gimotea, mi expresión se mantiene serena mientras se oye el estruendoso sonido del disparo y la mujer cae al suelo dejando para el recuerdo un hilillo de sangre que va saliendo y formando un pequeño charco, sonrío mientras aparto la mirada de ese escenario, ahora mas gente ha gritado del tiro, pero intentan reprimir los gemidos.

- Ah... mucho mejor, ¿no crees?

Digo con un tono de cruel alivio dirigiéndome de nuevo a la mujer disfrazada que tengo delante, rodeada de mis hombres.

Off: No hay de que disculparse, lo primero es lo primero

Cuando ella se mueve mis hombres no tienen tiempo de reaccionar y de dispararla y yo me veo suspendido en el aire sostenido por una de sus manos. Su rostro está casi pegado al mío y me mira fijamente a los ojos, mi mirada se sigue manteniendo fría aunque siento como la presión va aumentando alrededor de mi cuello y lo comprime mas, si sigue así acabará conmigo... no lo hará, es una cobarde, no puede quitar una vida. Por eso no me muevo, he hecho mis deberes, sé que no me romperá el cuello aunque ahora esté a su merced, su chantaje es en vano, no me importa morir si la gente capta mi mensaje, no estoy solo, hay mas como yo, y no matones, y ellos seguirán igual, causando el caos para que las ciudades resurjan de sus cenizas.

Observo sus azulados ojos fijamente al igual que ella hace con los míos y forzosamente esbozo una ligera sonrisa, me está gustando esto, ahora veremos de que es capaz, aunque me mate no arruinará mi plan, los peones se mueven y el rey está protegido... pero ella no sabe donde, esa es mi justa ventaja... nuestra. Cuándo muevo mis labios y empiezo a formular palabras estas suenan entrecortadas, provocadas por el estrangulamiento controlado de la mujer que me agarra fuertemente.

- Soy Harvey Dos Caras, soy el portador de la justicia por si lo has... argh... olvidado. Te equivocas con el murciélago... todos lo hacéis. Sus manos están tan sucias como las nuestras. - De repente florece Dos Caras y Harvey desaparece.- Hazlo estúpida disfrazada... pero matarme solo demostrará que tengo razón y el edificio explotará igual... aún no me has dado una razón de peso para que... desista de mi plan.

Mis hombres no hacen nada porque no noto movimiento aparte de los pequeños gimoteos de las personas sentadas en el suelo, estos gimoteos me fastidian... ojala tuviera mi pistola... da igual, el tiempo corre, nos queda poco tiempo Harv... lo se, y si puedo convertir a Wonder Woman en una fugitiva nuestro sacrificio valdrá la pena. De repente veo como 4 o 5 personas gritan y sé que acaba de suceder, por fin mis hombres han tomado la iniciativa y han tomado a gente de rehén, no servirá de nada... aún me pregunto porque contrato a estos patanes.

- Tienes... trabajo, tranquila, yo te espero aquí.

Me lanza hacia atrás y mi cuerpo choca fuertemente contra la pared haciendo que suelte un pequeño gemido de dolor, puedo abrir un poco los ojos para intentar ver algo, pero solo veo una mancha derribando a mis hombres uno a uno. Toso repetidas veces llevándome una mano a la garganta para que el oxigeno vuelva a circular con normalidad. Me apoyo en la pared para levantarme... como odio a esta mujer, juega con ventaja, no es justo... para nadie. Antes de que pueda hacer algún movimiento siento algo rodeando mi cuello, me llevo las manos a el para intentar sacármelo pero es un vano esfuerzo.

Me mira a los ojos pero yo me mantengo serio y aparentemente indiferente, no hay nada que pueda hacer, me da igual morir, ya lo he demostrado otras veces, así que rebuscando en mi mareada mente no encuentro un motivo por el que desistir de mi ataque. Su lazo me atrapa fuertemente y me impide que piense con claridad... maldita sea, ese es su plan... no puedo coger las pistolas. Miro a Wonder Woman, esta vez enfadado y con un gran esfuerzo, aunque aparentemente no lo aparezca, le escupo a la cara, no puedo hablar bien pero con esto habrá captado el mensaje.

Por este acto ella se habrá enfadado... que lo haga, si me deja inconsciente la bomba explotará seguro... dos mentes piensan mejor que una... y yo aún tengo mi justo as bajo la manga. Mis hombres tienen el dispositivo para hacer detonar la bomba, si yo caigo, ellos la accionarán sin dudarlo, son leales, cobardes... pero leales. Sonrío, el esfuerzo es grande, el lazo me agarra fuertemente el cuello e impide que el oxigeno llegue bien al cerebro, pero ella es lista, me lo agarra de modo que no me quede inconsciente... chica lista. Aprovechemos la situación:

- Oh... claro que hay algo que puedes.... argh... hacer. Vete... si te vas... argh... me replantearé mi pequeña... reunión.

Respondo a sus palabras con otra sonrisa, esta orgullosa, mi plan ha fallado, tampoco le daba muchas esperanzas, no son tontos estos tipos aunque vistan como payasos. Esta vez me agarra de la barbilla, no muestro ninguna sensación más, estoy un poco preocupado por lo que pueda sucederme pero no me importa, así que estoy neutro. Puedo sentir su respiración, aparenta estar calmada pero está preocupada por la bomba, ¿quién no lo estaría? Hasta a mi me importa que estalle conmigo dentro, pero si lo hace no intentaré sobrevivir, supondrá un alivio a mi tortura eterna.

- ¿Qué harás con la bomba?

Pregunté, el reloj avanza por lo que tengo que ser rápido haciendo lo que deba hacer, tenemos todo el tiempo del mundo, la bomba estallará con nosotros dentro y yo quiero vivir, si morimos estoy preparado para hacerlo. Intento buscar un plan alternativo para librarme del ataque de esta mujer y de golpe se me ocurre algo, quizá funcione o quizá no, no estamos para inseguridades, ha de funcionar, es justo que funcione. Una de mis manos que hasta ahora ambas se han mantenido quietas se mueve despacio, no aparto la mirada de Wonder Woman, tendré una sola oportunidad, preferiría tener dos, despacio me llevo la mano atrás y rebusco hasta encontrar el frío tacto del hierro, agarro ese pedazo de hierro, una daga de meteorito radioactivo, por probarlo no pierdo nada, entonces me dejo de sigilo y gritando lo intento clavar en el cuello de Wonder Woman, dos acciones, el sigilo y el asalto, dos movimientos, una decepción.

Agarra mi mano y me la aparta bruscamente, siento como el hueso se mueve un poco del hombro, un poco mas fuerte y me lo habría descolocado, entonces si que sentiría dolor y lo peor de todo, no podría hacer nada para evitarlo. Cuándo aprieta el lazo gimo de dolor durante esos instantes y apenas llego a comprender sus palabras pero sé que no es nada original y no para de preguntarme por la bomba, se cree que le diré donde está, estoy agonizando pero sé que no me dejará morir, no puede, su estúpido código no se lo permite, un código que es como una... atadura. Sonrío, ya sé que hacer, soy un tipo inteligente y he hecho mis deberes, cierto que he venido preparado para protegerme de Superman pero aún puedo pensar algo, si me esfuerzo.

Su amenaza no me afecta y me muestro impasible ante ella, total, dentro de unos instantes yo tendré las riendas de la situación, que me amenace lo que quiero pero que no me nombre a Batman en su frase, nada mas escuchar su nombre se me vienen los recuerdos de sus mentiras y en como me intentó quitar de en medio, solo por celos de que estuviera con Rachel. Cuándo intento hablar hago intentos de formular palabras, no me hace falta fingir, me cuesta hablar, el brazo que no está dolorido por su tiron se acerca sigilosamente a un bolsillo de mi chaqueta para rebuscar y encontrar un aparato pequeño con un botón en él, lo agarro poco a poco mientras consigo que salgan las palabras:

- No lo harás, yo en cambio... Argh... las joyas... son la perdición de las mujeres.

Acciono el botón y choco contra el frío suelo cuándo me suelta, miro hacia arriba y veo como sus brazaletes están juntos, mi imán ha funcionado, gran invento por parte de Luthor. Toso un par de veces mientras me levanto dolorosamente, el brazo se mueve bien pero aún siento molestias al hacerlo, miro a Wonder Woman y rápidamente una patada se dirige a su estómago propinándole un fuerte golpe que la hace caer al suelo, uno de mis hombres se acerca cuándo pongo mi mano en posición para recibir una pistola, cuándo la consigo la agarro fuertemente y apunto a Wonder Woman.

- ¿Ahora aceptarás mi propuesta de largarte de aquí ilesa o tengo que dejar que mis hombres se diviertan contigo?

Digo haciéndole una señal con la mano libre a dos de mis hombres, que se acercan con una viciosa y cruel sonrisa en sus rostros, yo sigo mirando con desprecio a la mujer que hay en el suelo, no me aportará nada matarla ahora mismo, no sería justo, por lo que me ha hecho aguantar debo hacerle sufrir.

Me mira seria y yo sonrío con el medio rostro capaz de sonreír, ahora ella está a mi merced y no actúa tan egocéntricamente como antes, el payaso tiene razón, la gente se muestra tal y como es justo antes de morir, Gordon es un cobarde, Wonder Woman no sabe lo que le va a suceder. Y ahora me trata como si fuera imbécil, esto borra la sonrisa de mi rostro y lo transforma en una expresión de enfado, ¿se cree que la dejaré marchar? No, ahora compartirá el mismo destino que las demás personas de este maldito edificio símbolo de la corrupción.

No me gusta nada lo que ha dicho y eso me altera, ahora quiero enseñarle quien manda, tanto lo que sería Harvey como lo que sería Dos Caras, nervioso me acerco a ella y cuándo estoy enfrente de su cara levanto mi pie y la golpeo en la cara, que alivio me produce dar este golpe, me produce una amarga alegría el saber que he podido noquear a una de la llamada “tríada”, ahora solo queda que me cargue a Superman para demostrar que soy el mejor enemigo para los falsos ideales de estos tres tipos disfrazados. Me agacho junto a ella y la levanto con una mano, ahora está de rodillas frente a mí, miro a su cara con una cruel indiferencia mientras la hablo susurrando:

- ¿Te crees que nací ayer? Ahora soy yo quien manda y veremos si tu cuerpo ahora resiste la explosión del edifico... una pregunta, sin ti, ¿Cuánto crees que tardarán en caer los demás “supertipos”?

El impacto que ella hace en mi rostro me hace actuar de modo inconsciente, mis dos manos cubren mi cara mientras doy unos pasos hacia atrás estando desequilibrado, me duele, suelto un pequeño grito de rabia pero tras dar un par de pasos mis manos muestran un rostro dividido y enfadado que observa a la indefensa mujer que ahora hay delante de mí. Uno de mis hombres viene a socorrerme, yo no le hago caso, ahora solo me importa acabar con esta tontería de una maldita vez... con cierto toque de nerviosismo agarro su subfusil y apunto a Wonder Woman.

No tengo la necesidad de consultar con la moneda que hacer, pagará este insulto, me decido a apretar el gatillo cuándo veo que ella se abalanza sobre mí y no tengo tiempo a disparar, todo ocurre rápido, demasiado incluso, en menos de un pestañeo me encuentro mareado y dolorido con viento azotándome y con dificultades para respirar, siento dolores por todo el cuerpo, me he clavado cristales, maldita sea, puedo ver borrosa a la mujer que ahora me sostiene pero sus palabras son claras, solamente adornadas con el sonido del viento, debemos estar a mucha altura. Me llevo las manos a su agarre para intentar librarme, sería un suicidio pero prefiero suicidarme a morir en manos de esta arrogante, no tengo tiempo, mis manos son agarradas por su lazo y una extraña sensación recorre todo mi cuerpo, tengo que decir la verdad pero no puedo, tengo la obligación de decirla... maldita sea. Cuándo hablo, en mi interior maldigo su maldito lazo del diablo:

- ¿Quieres que elija entre dos opciones? Esto se pone interesante... prefiero la primera lógicamente pero... no me matarás si elijo la segunda. - Sonrío- No puedes matar, eso os diferencia de mí, no tenéis huevos de mancharos las manos de sangre así que... pensándolo mejor, elijo la segunda.

No puede matar, no me hace falta respondérselo y aunque el impacto en mi rostro me duela horrores y reprima gritos de dolor no puedo evitar que suelte gemidos acentuados por el agarre de mi cuello que dificulta la libre circulación de oxigeno. Un viscoso y caliente líquido empieza a mojar mi labio inferior y desciende por la barbilla, mierda, ya estoy sangrando, la rabia se intensifica a ella. Escucho sus palabras y cuándo decido hablar una gran corriente de aire me acecha desde abajo, soy yo el que corta el viento en una caída descendente al suelo, cierro los ojos, la expresión se muestra impasible.

Es cierto que cuándo estás a punto de morir ves tu vida delante de tus ojos, veo a mi padre con su juego de la moneda, yo siempre perdía... veo mi época en la universidad, con arrebatos sueltos, era un estudiante modelo, era un idiota... me veo como fiscal del distrito con Batman y Gordon, no, ella no, no quiero verla, su morena cabellera y sus perfectas facciones, recuerdo la última sonrisa que me dedicó, parte de mí sonríe... oigo sus últimas y desesperadas palabras, parte de mi llora... Acepto el destino, no puedo morir ahora, necesito hacerlo, no sería justo, sería lo más justo que puedo hacer, sería lo peor, me he transformado en un monstruo, somos mejores que los monstruos, quiero morir, quiero vivir. Aprieto mas los ojos pero no chillo, no puedo, ni en mi muerte estoy en paz conmigo mismo... alivio, no es mi muerte, parte de mí sonríe, la otra llora.

Odio y agradezco su agarre de nuevo, abrí los ojos al oír sus palabras y la veo sonreír, maldita sea, no tiene la voluntad de hacerlo, me gusta que no la tengo... me deja elegir otra vez, no sé que elegir, acabo de descubrir que parte de mí quiere morir, ya lo mostré otras veces pero ahora es distinto, pero no puedo morir, el mundo me necesita, necesita que restablezca las justicia, necesita que los salve de mas escoria como Richard Dent, a costa de personas como Rachel Dawes, odio no poder quitarme la vida, sonrío:

- Hablamos el mismo idioma, Wonder Woman, recapacitar es justo, suéltame pero si me tocas un pelo créeme que la próxima vez vendré mas preparado, ¡ningún imbécil con mallas acabará conmigo!

Me acuerdo de mi época de fiscal en estas situaciones, ¿Por qué? No tengo ni idea pero lo sé perfectamente, estoy convencido aunque aún me siento receloso a aceptar toda la verdad de que la situación la controlo yo, no hay más que observarnos a ella y a nosotros. Ella intimida pero no es capaz de matar y en cambio yo no dudaría en hacerlo si eso lo encontrara realmente justo, pero tampoco soy imbécil, si ella no quiere matarme puedo aprovecharme de eso y salir de su rango de acción, la justicia ha hablado, ejecutarla pronto es importante pero no es vital a veces, tarde o temprano estoy convencido de que mis planes se llevaran a cabo totalmente y recapacitar es de sabios, por eso me recuerda a mi época de fiscal, porque yo llevo la iniciativa aunque haga creer a mi receptora de que la lleva ella. Si aún tuviera la habilidad de sonreír cuándo quisiera sin evitar que mis ya doloridos tendones se tensaran más y no quisiera llevar esta tapadera encima ahora estaría sonriendo de satisfacción pero igualmente me mantengo en una permanente expresión de enfado.

Mis oídos asimilan sus palabras a pesar del viento empujando con un sonido continúo en mi oído sano y rascándome el lado desfigurado, odio esta sensación, acentúa el dolor que siento en mis huesos y provoca que a mi mente le cueste pensar con la claridad que tanto me caracteriza, una claridad algo ambigua a ojos de los demás pero que provoca que tenga las cosas dos veces mas claras que los demás. Una contra que hasta yo sé que tengo gracias a esta habilidad concebida es la de no poder demostrar mis emociones y mantener siempre, como en casos como este, una inexpresiva expresión que si se acerca a algún sentimiento es al enfado continuo que sufre mi ser aunque si algo puede llegar a expresar mis sentimientos es mi respiración y ahora me cuesta mantenerme sereno, estar a una altura como esta dependiendo de una mente enfadada a la que por muchos valores morales que tenga le pueda fallar el pulso es peligroso, y por esto me cuesta mantener una respiración tranquila y a veces suelto pequeños bufidos nerviosos, me preocupa no poder pisar un suelo y eso hace que mis pies se agiten buscando uno desesperadamente.

Su puño golpea mi rostro lo que detiene todo mi cuerpo menos mi cabeza que se inclina hacia atrás por el golpe, siento como se rompe algo en el interior de esta, probablemente mi nariz haya sufrido daños por la sangre que vuelve a caer de ella, grito por el dolor que sumado al fuerte viento que azota hace bastante insoportable la respiración. En cierto modo agradezco cuándo me suelta, sé que no dejará que me muera pero una duda asoma en mi mente, si de verdad dejará morir a alguien que ella cree que merece morir, idiota, no sabe nada, eso sería mi fin, depender de una mujer disfrazada con minifalda, caigo de espaldas, igualmente grito aunque en mi mente parte de ella quiere y acepta el inevitable final pero la otra no, siento el viento que lucha contra mí pero el descenso se hace mas rápido cada vez, física pura. Mi cuerpo se queda tenso de golpe cuándo me agarra con su lazo, de la tensión del momento me duele todo y gimo por ello. Mi ojo se entrecierra por el golpe pero puedo ver como el suelo está justo debajo de mí, ha jugado conmigo, el otro ojo se mantiene abierto y eso intensifica más el dolor, no puedo pestañear y eso hace que me duela mucho siempre.

Caigo en el suelo, siento el duro y frío asfalto y una cuerda atándome en la cintura pero mi mano acaricia el cemento de la calle porque ahora vuelvo a pisar suelo y esto me alegra. La gente grita a mí alrededor pero nadie se mueve, alzo un poco la cabeza al mismo tiempo que me arrastro, me duele una mano y luego la otra por arrastrarme por el asfalto, oigo tiros, giro un poco la cabeza y dos tipos me recogen del suelo, son mis hombres, uno me quita el lazo como puede, le digo que tire, que me da igual el dolor, me obedece y grito pero estoy contento de librarme de eso. Me muevo por mi propio pie pero ellos me ayudan, odio que lo hagan cuándo uno me dice que todo ha fracasado y siento el impulso de matarlo, no me gusta que me repitan obviedades, el coche aún espera en la entrada del Daily Planet, tras unos instantes entro en él y recuesto la cabeza hacia atrás, me siento bien y ordeno al chofer que arranque y que no se detenga por nada. Llevo mi mano izquierda a mi pecho, mi corazón se acelera en este pequeño instante pero se calma de nuevo cuándo noto el tacto de la moneda, si estoy completo no he perdido... solo ha pospuesto su final.