En algún lugar de China - libre

La mujer me hablaba, no entendía lo que me decía pero ella se desvivía por intentar comunicarse conmigo. Desde que había entrado en la tienda intentando esquivar a esos hombres con traje y armados, ella me había ayudado. Desconocía el motivo de esta hospitalidad ya que lo lógico es que me entregase y cobrase algún tipo de recompensa, a lo mejor sabía algo que yo desconocía, a lo mejor el pago de delatar era la muerte.

El calor dentro y fuera de la estancia era tal que sería imposible no dejar de sudar ni empleando una cámara frigorífica, las moscas te recordaban lo pegajoso que se encontraba tu cuerpo, que unido al olor a arroz, té y jarabes naturales para diversos remedios, el aire daba era de un dulzón mareante. Me costaba seguir sus palabras, me costaba seguir hasta consciente. Me ofreció una infusión, por sus gestos, era energética, confié y empecé a beber, fuera lo que fuere calmaba mi seco gaznate. Conseguí entender que los hombres que me perseguían se llevaban a personas y que esas personas no volvían, estuvimos unos minutos hablando, agradecí su hospitalidad y me dirigí al lugar de encuentro. Había quedado con un viejo amigo, se que cuando me vea no me reconocerá y le tendré que dar muchas explicaciones, espero que nos de tiempo a ir a donde me alojo antes que mis cazadores den con nosotros. Dos horas después conseguí dar esquinazo a esos persistentes tipos y llegar a una zona alejada cubierta de vegetación, no solían venir a pasear por aquí, así que estarían tranquilos para el encuentro

Alguien habló, no lo hizo en chino, sino en inglés y eso me incomodó ya que consideraba que si alguien de ese idioma se encontraba allí era por mi, intentaba esconderme de los que buscaban a la Cosa del Pantano para matarla hasta saber que hacer. La Cosa me hablaba de vez en cuando y cuando lo hacía no era claro pero si agresivo, ofensivo, era como un demonio que me torturaba.

-Si, hablo inglés. No es necesario una recompensa ¿en qué puedo ayudarle?

Dudé en darle mi nombre sin mostrarlo, pero por otra parte, realmente ¿Quién conocía mi nombre? ¿Quién conocía mi secreto? A mi parecer, todo el mundo, pero eso no significaba que fuese así, solo los que me robaron y asesinaron lo sabía y mi resurrección no había sido muy publicitada, por lo que a efectos prácticos, era libre de ser perseguido.

-Alec, encentado de conocerle

Sonreí cómo pude quedando en una mueca insulsa. El hombre no tenía pelo, o lo que era lo mismo, estaba calvo pero era joven como para que fuese algo natural, debía ser por estética, la estética era muy importante en estos tiempos, y en todos, cómo científico cuyo estudio estaba cerca del pantano, el uso de los trajes y la moda era algo alejado a mi día a día, algo que me costaba entender.

-Esta algo lejos de la civilización pero es fácil perderse por estas carreteras. Lo se por experiencia por lo que se si voy a saber ayudarle pero mejor dos que uno para orientarse ¿no?

Me acerqué a él para estrecharle la mano, no era mi intención ir con él pero quizás fuese lo más prudente, alejarlo de adonde quería ir, de lo que quería hacer.

Me alteré cuando el Lex dijo mi apellido, ya que yo no se lo había dicho, eso me indicaba que aquello no era una coincidencia.
Veo a un hombre que parece conocer al que me estaba pidiendo ayuda, es curioso, pero me resulta familiar, intento buscar en mi memoria la conexión y no tardo en encontrarla, el hombre de la cafetería, él y otro hombre empezaron a hablar sobre el periódico antes que se complicase todo.

-¡Oh, si! ¡El periódico!

Con la esperanza que aquella intervención me diese una ventaja de salir de allí. Si alguien conocía mi paradero significaba que tratarían de matarme o secuestrarme para experimentar conmigo –El pasado siempre vuelve – la Cosa decidió hablar en mi cabeza como si fuese el mejor momento, nunca era oportuno y menos, alentador.

-De vista, coincidimos una vez

No quería que ambos conociesen mi relación con nadie y menos aún cuando no sabía quienes eran.

-Desconozco en qué puedo ayudarles señores, así que si no les importan, creo que continuaré mi camino.