El verdadero rostro que se esconde tras una mascara (Barbara Gordon)

Finalmente ya me iba de esa comisaria del infierno, me asegurare de que ninguno de los que allí trabajan tuviera su merecido.

Todo comenzó hará un par de horas, cuando me informaron de que unos de mis hombres había sido detenido por las supuestas autoridades de la ciudad, por lo visto el sujeto se había emborrachado y alardeado de que pertenecía a un grupo superior a ellos y organizado una pela en un bar. Una situación francamente lamentable y penosa, que hacia que fuera mas estricto y severo que clase de miembro de mi liga hace esas cosas, en fin decidí sacarlo de allí para torturarlo y matarlo por tal ofensa hacia mi y la liga, pero una vez me hice pasar por su tío. Y pague su fianza, mi asesino vino y al verme cogió una pistola de uno de los policías y se la metió en la sien matándose, será idiota pensé ese momento, mientras el resto de agentes estaba escandalizados por el hecho

Tras el hecho los agente me interrogaron tuve que fingir que mi supuesto sobrino era un drogadicto que se había unido a al pingüino. Tras el interrogatorio y que los policías finalmente creyeron mi versión pude salir por la puerta de ese lugar. La próxima vez que la cruzara tenia por seguro que mataría a todos los que allí trabajaban

Me despierto sobresaltada en la cama: de nuevo he vuelto a soñar con esa noche de tres años atrás, cuando le abrí la puerta al Joker para recibir dos disparos en la columna que me dejarían paralítica. Respiro hondo un par de veces y me levanto con cuidado, Alysia trabaja de noche, a estas horas ya debe estar acostada durmiendo y no quiero despertarla. Me doy una ducha para tratar de eliminar los rastros del sudor que la actividad nocturna y la pesadila me han producido, y compruebo el estado de mis costillas antes de cambiarme las vendas una vez más: tienen buen aspecto, mejor que hace unos días, y por suerte parece que no requeriran una nueva revisión por parte de Alfred. Desayuno en silencio y después salgo a hacer la compra con la lista que Alysia y yo hemos ido confeccionando estos días para hacer algo de tiempo, ya que he quedado para comer con mi padre, quien probablemente haya vuelto a olvidarlo.

Quizás sea por el sueño, pero tengo una mala sensación sobre el día de hoy que se ve acentuada cuando, apenas he puesto un pie en la Comisaría escucho un fuerte revuelo proveniente de un grupo de forenses que están levantando un cadáver envuelto en una sábana blanca. Inmediatamente me pongo tensa, preocupada por la identidad del desdichado que yace sobre la camilla portátil, pero mis temores más oscuros se ven disipados al instante cuando veo a mi padre hablando con varios policías cerca de la escena del crimen, ileso. Le saludo con la mano, pero no me ve, enfrascado como está en su conversación, así que me acerco a una de las nuevas reclutas, una chica muy simpática con la que suelo trabar conversación cada vez que vengo a ver a mi padre, quien me dice que su turno ha terminado y me pide que la acompañe a dar una vuelta. Salimos y damos un paseo por la calle, haciendo tiempo mientras aguardo que el clima en la Comisaría se aligere un poco, y mientras ella me pone al corriente de lo sucedido: un hombre al que detuvieron recientemente por escándalo público se había suicidado cuando su tío había venido a sacarle. Finalmente me despido de ella y regreso por dónde he venido en busca de mi padre, chocando con un hombre que está saliendo.

-Lo siento -me disculpo, lanzándole una rápida mirada... que me envía una fría corriente a través de la columna cuando veo de quién se trata.

¿Qué demonios está haciendo Ra's al Ghul en la Comisaría de Gotham?

Para rematar el día me tropiezo con una chica.

Al mirarla me resulta vagamente familiar. pero no recuerdo donde la vi, y eso que soy bueno recordado rostros , así recuerdo siempre a mi objetivos. pero este no estaba en ellos. al menos que recordase. Quizás todo el estrés me este causando una mala pasado y ni siquiera haya visto a esa chica en la vida. total es una simple joven

Al menos era educada y se disculpo. En fin no la voy a pagar con una inocente ilusa que cree que la policía va a solventar sus problemas, o al menos eso era lo primero que vino a la cabeza que pudiera ser y si era una delincuente o yonki , que mas daba dentro de poco estaría muerta junto con toda la ciudad

En realidad ha sido culpa mía estaba absorto en mis pensamientos que no la vi venir. dije educadamente

tras hablar un policía vino y dijo: señor richard se me olvido decirle que dentro de tres días podrá venir a recoger el cuerpo de su sobrino. No sé porque pero ese idiota me estaba cayendo cada vez peor, creo que cuando lo mate lo quemare vivo

Sonrío educadamente e inclino un poco la cabeza a modo de disculpa, pero aunque mi rostro no delate nada por dentro mi corazón late a mil por hora y mi mente comienza a hacer una lista de todas las razones por las que Ra's al Ghul puede estar en la Comisaría de Gotham, a cada cual más siniestra y preocupante, hasta que veo como el agente Jones se asoma a la puerta y le comunica al "señor Richard" que podrá venir a recoger el cuerpo de su sobrino en tres días. Con esos datos, por fin puedo comprender lo que ha pasado dentro de la Comisaría antes de mi llegada: el hombre, el "sobrino" de Ra's era un miembro de la Liga de las Sombras al que detuvieron haciendo algo inapropiado, y que prefirió suicidarse antes que someterse a los castigos que le esperaban a manos de su líder. La disciplina de la Liga de las Sombras es algo terrible.

Me acomodo un poco el pelo y le dedico una mirada de compasión, como es esperable de alguien en mi situación.

-No ha sido nada -murmuro, restándole importancia con un gesto.- Lamento su pérdida, señor Richard -digo a continuación.

Entonces el agente Jones me ve y me sonríe con ánimo:

-¡Barbara! ¿Qué te trae por aquí, ha pasado algo?

Le sonrío, maldiciendo internamente tener que desvelar mi identidad con Ra's al Ghul tan cerca, aunque afortunadamente él no tiene ni idea de que la chica con la que se ha chocado no es ni más ni menos que Batgirl.

-¡Hola! No, solo venía a ver a mi padre, habíamos quedado para comer -explico.

El agente Jones hace un gesto con la cabeza.

-Me temo que no va a poder ser, Barbara, tu padre está algo ocupado ahora...

-No pasa nada, volveré más tarde entonces -me despido con un gesto.

Ya sabia porque me sonaba era la hija del comisario, gordom un hombre que no se dejaba comprar , pero aun creia en los ideales del detective. un estorbo para la gente que realiza el bien de verdad.

Pero no tenia la sensacion de que ya la vi antes como era posible no lo se, pero había algo en ella familiar, extraño. Pero iba a averiguarlo

gracias, aunque no estaba muy unido a mi sobrino por desgracia, dije disimulando que estaba apenando, aunque lo cierto es no sabia su nombre hasta esta mañana

La cercanía de Ra's al Ghul me pone nerviosa, sé que él conoce la verdadera identidad de Bruce y no quiero arriesgarme a que descubra también la mía, cada segundo que paso a su lado es un instante y una pista más para él. A pesar del torbellino interno de mi mente en estos momentos me esfuerzo por no dejar traslucir nada de esto al exterior, algo que no me cuesta ningún esfuerzo ya que estoy acostumbrada a ocultar a los demás cómo me siento, mis pensamientos; es algo que siempre ha sido fácil para mí, tener un padre policía te convierte en una buena mentirosa, y solo se hizo más fácil después de que el Joker me dejase paralítica aquella fatídica noche de hace tres años.

Me despido del agente Jones con una sonrisa amistosa y me doy la vuelta para retirarme, pero Ra's sigue allí y me temo que no sería de buena educación marcharme de esta forma mientras hablo con él; además, eso sería una clara indicación de nerviosismo y lo último que quiero es que se pregunte por qué estoy nerviosa.

-Siempre es doloroso perder a un miembro de la familia -murmuro en respuesta, inclinando la cabeza en su dirección.- Y más aún cuando sucede de esta forma.

Ella era la hija del comisario así que si quería que ella no sospechara de mi. y que no fuera a su padre para investigarme, tendría que fingir estar triste y afligido. No quería que la estúpida policía de gotham supiera mucho de mi o de su liga.

No es que no me importara mucho la verdad eran unos instiles y serian unos buenos conejillos de indias si intentaran hacer algo, pero tengo muchos mas asuntos importantes que ocupares de ellos.

Bueno aunque el y yo no estábamos unidos, es duro perder lo y se que le echare de menos. dije con voz triste disimulando a la perfeccion, pero esa sensación de a ver visto a la hija del comisario antes no se me quitaba de la cabeza

Su interpretación es muy buena, tanto que de no ser porque le conozco e intuyo lo que ha pasado realmente, me habría creído sin dudar su papel del tío triste al que se le acaba de morir el sobrino. Yo soy buena actriz -necesito serlo, es parte fundamental de llevar dos vidas separadas con éxito-, pero él es un verdadero profesional; aunque claro, ha tenido siglos para perfeccionar la técnica y aprender a decir lo que la gente espera que diga en el momento preciso y en la forma precisa para resultar convincente.

De pronto me doy cuenta de que estoy metida en un callejón sin salida: sería de mala educación continuar con el tema, pero más aún lo sería marcharme sin más; la buena educación y el sentido común en estas situaciones solo dejan un camino:

-Si puedo hacer algo por usted...-digo, a pesar de que internamente no dejo de rogar por que rechace mi ofrecimiento y me deje marcharme en paz.

A cada segundo a su lado aumenta el peligro, y contrariamente a lo que suelen decir de nosotros los vigilantes enmascarados, no amamos el peligro ni lo buscamos a todas horas, y mucho menos si lo que está en riesgo es nuestra identidad secreta.

mire con mas detenimiento a la chiquilla, después de esa estupidez que se dice siempre la verdad es que creo que nadie cuando dice eso espera ayuda. los sentimentalismos son estúpidos,

Me fijo en su pelo rojo, y finalmente doy con la dichosa sensación de familiaridad, es el mismo color de pelo que la chica que arruino la iniciación. pero ella era mas alta, creo recordar, aunque son de la misma edad.

Si fuera ella lo harria notado, se habría asustado de mi. y estaría muerta de miedo. esa idea me gustaba la idea de que fuera ella, y si la torturaba un poco mas, ya a estas alturas no me iba a quedar sin respuestas.

Si no es molestia, la acompaño hacia donde tenga que ir ahora, a no ser que le molesto la compañía de un viejo solitario. no quiero pensar en mi pobre sobrino. ademas su compañía me distraerá. Hice bien mi interpretación, de ser ella seguramente en su interior estaría creciendo la rabia de tener que acompañarme. y si no lo era al menos conocer mas cosas del punto débil del comisario

Parece que hoy la suerte está en mi contra: en vez de rechazar su ofrecimiento él lo acepta y me pide que le haga compañía, de tal forma que si me niego de alguna forma quedaré como una maleducada y una insensible. Dudo de si ha aceptado para mantener la fachada de hombre afectado por los trágicos acontecimientos de unas horas antes o de si lo ha hecho por otro motivo, y la incertidumbre me está devorando por dentro y volviéndome loca. Mi mente trabaja a toda velocidad tratando de elaborar un plan de acción considerando todas las variables, pero los resultados no son nada halagadores: la posibilidad de que se haya dado cuenta de quién soy o de que simplemente lo sospeche es aterradora, pero si no lo sabe y trato de actuar para disuadir una sospechas inexistentes puede que logre el efecto contrario. Hay demasiadas variables, demasiadas cosas en juego: un paso en falso y toda mi cuidadosa red de verdades a medias y mi doble vida quedará expuesta ante sus ojos; por el momento, la única opción que me queda es seguirle la corriente y rezar por que todo vaya bien.

-Lo cierto es que iba a almorzar algo -murmuro con voz suave.- Había quedado para almorzar con mi padre pero él está ocupado con todo lo sucedido...si usted tiene hambre podríamos ir a comer algo -ofrezco, decidiéndome por contarle la verdad en vez de inventarme una nueva excusa.- No, por favor, no diga eso...no es ninguna molestia -rechazo sus objeciones, enfatizando el comentario con un gesto de la mano.- Será un placer hacerle compañía, así tampoco comeré sola yo -sonrío un poco.

La chica acepto, perfecto, seguramente seria divertido torturarla un poquillo. Cada vez tenia mas claro la posibilidad, de que pudiera ser la que arruino mis planes. tenia los mismos ojos, y de serlo tenia su papel metido, ni un ápice de miedo en su interior.

muchas gracias, es usted muy amable, después de usted, dije hice un gesto para que la chiquilla se adelantara a mi, la razón era muy obvia si ella sabia de mi, sabia mi verdadera identidad lógicamente se volvería hacia atrás y trataría de no darme nuca la espalda. así seguramente sabría si es ella o no

Sonrío un poco como la chica educada que se supone que soy -y que soy realmente, mi padre se ha encargado bien de mi educación y nunca le deshonraré actuando de forma brusca si antes no han sido bruscos conmigo- y asiento con la cabeza, girando para abrir camino en dirección a un restaurante cercano al que suelo ir a comer con mi padre cuando no está demasiado liado con el trabajo. Mantengo la actitud normal de cualquier chica de mi edad en una situación similar -aunque no creo que abunden-, pero internamente estoy gritando de frustración. ¿Y si es todo una trampa? ¿Y si ya sabe quién soy y aprovecha para atacarme mientras estoy de espaldas a él? Quiero girar la cabeza para mirarle, pero al mismo tiempo sé que sería un error garrafal: eso sería una actitud demasiado sospechosa y podría atraer una atención indeseada...o confirmar una sospecha creciente, y no pienso arriesgarme a ello. Así que continúo caminando y lanzando miradas de reojo como si quisese asegurarme de que me sigue y no se pierde por el camino, como una chica normal y corriente.

Los apenas cinco minutos que tardamos en llegar a la cafetería son, probablemente, de los más angustiosos que pasaré en mi vida; desde luego que me alegraré cuando todo esto acabe y pueda regresar a casa lejos de Ra's al Ghul.

-Hemos llegado, señor... -anuncio, dándome cuenta de que no sé cómo llamarle ya que no me ha dado ningún nombre aún. Aprovechando que he llegado antes a la puerta la abro y la sostengo abierta para que pase delante de mí, permitiéndome así una excusa para poder observarle sin parecer excesivamente nerviosa.- Espero que le guste, es un buen lugar y bastante barato -le comento, siguiendo con la charada.

seguia a la chica esperando que se girara pero no lo hizo, lo cual comenso a traerme serias dudas, o bien ella era lo suficientemente consiente de que yo podía haber deducido de que si se daba la vuelta yo hubiera sospechado o bien no era mas que la hija del comisario., a este paso me iba a volver loco, yo sabia que a esa chica la había visto y concordaba con la joven de aquella vez.

llegamos al restaurante, y tras mi aprobación del sitio. comencé a recordar una cosa la hija del comisario, había estado una temporada en silla de ruedas como comunicaban los informes. y la chica de la otra vez me comento algo de que había pasado experiencias traumaticas. y si era esa experiencia. poco a poco este rompecabezas se empezaba alinear. mientras hacia como que repasaba la carta ,pensaba cuidadosamente las preguntas que le haría a la hija del comisario

No puedo dejar de preguntarme si no estaré nada más que un paripé patético, si Ra's no se habrá percatado ya de quién soy en realidad, si simplemente no me estará siguiendo la corriente aguardando que cometa un fallo que me delate, o si simplemente está manteniendo su propia fachada y averiguando más cosas sobre el comisario Gordon a través de su ingenua hija menor. De momento no tengo forma de saberlo, al menos no sin delatarme, así que debo seguir con el teatro y la farsa tanto como me sea posible.

Escojo una mesa cercana a la puerta para sentarnos en lo que parece una elección casual pero en realidad es una elección estratégica por si las cosas se ponen feas y tengo que pelear o salir corriendo, para evitar daños civiles colaterales e innecesarios. Me quito la chaqueta y la cuelgo en el respaldo de la silla, acomodándome, al tiempo que repaso mentalmente nuestro anterior encuentro tratando de rememorar cualquier posible pista accidental que pueda haberle proporcionado. para disimular tomo la carta y le lanzo un rápido vistazo.

- ¿Sabe ya qué va a tomar? -pregunto.