Visitando a una vieja amiga (Barbara Gordon)

Ya habrían pasado 2 semanas desde que volví a mi mansión. Después de arreglar el desastre que fue ese lugar durante mi ausencia, volví a mi rutina diaria, y una de las cosas que salio hacer era durante mis horas libre ir a visitar al señorito Richard y la señorita Gordon. Aunque dejaron de trabajar codo a codo con el señor Wayne, seguían siendo un desastre, y no podía consistir eso, así que llevaba la bolsa de medicamentos para el dolor, vendas y demás útiles de curación. Sin mi tanto una como el otro lo pasarían mal.

Hoy tocaba ir a ver a la señorita Gordon, mañana ya iría a casa del señorito Richard y le llevaría también varias cosas. Llame al timbre, recordando que quizás debería haber avisado con antelación de mi vista. Siempre iba los miércoles a la 13.00 y hoy no era ni el día ni la hora, ademas la señorita Gordon aun no sabia de mi vuelta. Volví a llamar al timbre, lamentándome del descuido.

Me despierta el sonido repentino del timbre en la casa vacía. Me levanto sobresaltada, conteniendo un siseo de dolor y, mientras me llevo una mano a las costillas, con la mirada busco el reloj de mi mesa de noche. No lo encuentro, y entonces recuerdo que se lo presté a Alysia que hoy quería levantarse temprano porque tenía que ir al médico o algo así. El timbre suena otra vez, y haciendo nuevas muecas de dolor me apresuro a levantarme y a ponerme una bata por encima del pijama, para acudir corriendo después a la puerta pese a las protestas procedentes de todo mi cuerpo. Desde luego, Dos Caras hizo un buen trabajo conmigo, me siento realmente destrozada.

Abro la puerta para ver a Alfred al otro lado, y mi rostro se ilumina en una gran sonrisa...que rápidamente desaparece cuando siento el tirón de la piel reciente desgarrarse suavemente con ese gesto. Había olvidado el corte en la cara, duele. Súbitamente tomo consciencia del estado deplorable en que me encuentro y de la imagen que debo estar dándole al pobre Alfred. Y ni siquiera sé qué hora es.

-¡Alfred! -exclamo a pesar de todo, como si no pasase nada, cubriéndome con una mano la herida de la mejilla.- No sabía que habías vuelto, pensaba que estabas aún de vacaciones.

Al ver la cara y el aspecto de la señorita Gordon,me asusto. Santo dios señorita Gordon ¿pero que le ha pasado? Rápidamente saco la bolsa que le traía, por lo visto va a tener utilidad, saque el bote de calmantes y se los di, tómese uno de estos le hará falta, luego revise la herida que tenia en la cara no tenia muy buena pinta,pero podía ser peor era superficial y con un antiséptico bueno, se curara en muy poco hay que curar esa herida de la cara ahora mismo, le dije.

aunque la situación era un poco alarmante seguía en la puerta esperado entrar, y varias cosas me empezaba a venir a la mente entre ellas como estaba el señorito Richard y si la señorita Gordon tenia mas heridas

La cara de Alfred nada más ver el estado en que me encuentro es todo un poema, y eso que la bata y la camiseta del pijama tapan la colección de moratones de mi abdomen y las heridas superficiales de las costillas, que quizás estén rotas. Inmediatamente me da un bote de calmantes y se pone a examinar la herida de mi mejilla aún en la puerta. Quiero invitarle a entrar, pero sé que mientras está inspeccionando una herida no hay manera de distraerle, así que aguardo pacientemente a que concluya con el bote de calmantes sostenido contra el pecho.

-¿Esto? Bueno, digamos que tuve un pequeño desacuerdo con Dos Caras -respondo relajada, tratando de suprimir los recuerdos de la noche anterior.

Una vez termina, doy un par de pasos atrás y le invito a pasar al interior con un gesto, guiándole a la cocina como siempre. Sobre la mesa veo mi taza del desayuno y la cafetera que Alysia dejó preparada para mi desayuno al marcharse, pero el café está más que frío así que deduzco que ya han debido pasar unas cuantas horas. Cojo la taza y la guardo en mi estante del armario, y pongo la cafetera a un lado, quizás más tarde caliente el café y tome un poco. De paso, me tomo los calmantes que Alfred me ha dado.

-¿Cómo han estado tus vacaciones, Alfred? Pensaba que no ibas a volver hasta dentro de dos meses más...

finalmente entre en la casa, y llego a la cocina, me siento en una silla y saco prácticamente casi todo lo que hay en la bolsa y lo dejo en una mesa,

Lo cierto es que desde que el señor Dent tubo ese trágico accidente todo había ido a peor era una lástima como un buen hombre fue corrompido y llegaba a tales extremos de locura : El señor Dent como siempre dando problemas, creo que este año el siquiátrico de Arkham recibirá una generosa donación, a ver si así tratan al señor Dent y al resto como es debido y respiramos en paz.

Luego recuerdo una cosa aun se nada del señorita Richard, mientras pienso el abro el bote del liquido antiséptico. y le digo a la señorita Gordon, lo cierto es que a lo que he tenido no se le pueden llamar vacaciones, ha sido unos trámites de unas herencias muy tediosos, mi tía Úrsula que el señor la tenga en su gloria, falleció, y sin ningún hijo todas sus permanencias me pasaron a mí, he vendido la gran mayoría de tierras y donado el dinero a la fundación Wayne excepto una parte que es para algún que otro capricho mío y una pequeña casa en Londres, por si el señor Wayne o alguno de ustedes decide que Gotham se os queda pequeña. lo último lo dije con un poco de ironía pero conociendo al señor Wayne capaz era de hacerlo.

¿cómo está el señorito richard? y espero que aparte no sé nada de él desde que vine, y espero que hayáis tenidos muchos problemas aparte de Dent le dije mientras ponía el antiséptico en un algodón

Observo cómo Alfred hace todo los preparativos para limpiarme la herida y me siento en una silla frente a la suya, recordando vagamente un tiempo en el que me sentaba sobre la mesa de la cocina de la Mansión Wayne para que Alfred me limpiase los raspazos y demás heridas hechas en el transcurso de la noche o de algún entrenamiento. Sonrío un poco al recordar ese tiempo en el que todo me parecía genial y novedoso, en el que parte de mí se creía invencible e invulnerable. Un par de balazos en la columna e innumerables operaciones y tratamientos posteriores había terminado por enseñarme que la verdad es otra, y ayer Dos Caras se encargó muy amablemente de darme un recordatorio que tanto mi cuerpo como yo tardaremos en olvidar.

-Quizás deberían hacer los muros más gruesos o algo así -comento distraída, haciendo una mueca de dolor al moverme y sentir una punzada de dolor procedente de mis costillas.- A veces pienso que les sería más rentable poner una puerta giratoria en la entrada, ahorrarían tiempo y dinero y el resultado sería el mismo... -bufo, aunque realmente no lo pienso: si creyese que lo que hacemos no supone una diferencia, hace tiempo que habría colgado la capa.

Sonrío al escuchar a Alfred, siempre me ha agradado ese toque de humor y picardía que le caracterizan tanto. Sin él, tanto Bruce, como Richard y yo estaríamos bastante más que perdidos, por sus cuidados y por su pequeña faceta de psicólogo, siempre ahí para mantener una charla agradable y quitarle hierro a lo que nos preocupase con un comentario jocoso.

-Lamento lo de tu tía -murmuro.- Te mimas demasiado poco, Alfred, tienes que darte más caprichos: con todo el trabajo que te damos, desde luego tienes más que ganado un merecido descanso -sonrío, los calmantes están empezando a hacerme efecto.- Oh, creo que con Gotham tenemos las manos llenas, al menos por el momento -frunzo el ceño al recordar el encuentro con Ra's al Ghul y la conversación con Dos Caras anoche y contengo un escalofrío. Si esos dos hombres llegan a conocerse alguna vez...

Me quedo inmóvil al escuchar a Alfred preguntar por Richard y los recuerdos de la noche pasada me inundan, junto con la misma ira de entonces. Le había pedido que confiase en mí, le había pedido mi espacio...yo puedo sola, no les necesito ni a Bruce ni a él pegados a mi espalda las veinticuatro horas, monitorizando cada uno de mis gestos. No soy una niña pequeña ni una criatura indefensa.

-Richard está bien -respondo con evasivas, el tono más duro de lo que pretendo.- Anoche le vi.

tras mi comentario sobre el señorito richard, me fijo claramente en que la señorita evota hablar de el como si hubiera tenido un problema, logicamente me bastaba con aver que estaba bien, y ya esta, si la señorita gordon queria hablar del asunto como siempre escucharía y aconsejaría, pero no era mi asunto.

me levante y comeze a tratar la herida con el antiseptico, le escocera un poco pero en dos dias desaparecera es superfircial, y espero que sean el resto como esta. dije

luego recordé lo que dijo sobre que me mimaba poco, y lo cierto es que tenia razón pero entre cuidar del señor wayne la mansión, y ayudarle como batman apenas tenia tiempo, para mi y tampoco no tenia nada mejor que hacer. cierto es que tengo poco tiempo libre y créame si le dijera que tal y como ha estado la mansión durante mi ausencia, tardare mucho en coger vacaciones, ademas me aburriría en ellas, yo no he nacido para descansar

Alfred parece haber captado el tono incómodo y brusco de mis palabras, porque no insiste en el tema y lo deja correr; es algo que le agradezco, no estoy preparada para hablar de eso de momento y no quiero darle una mala contestación: mi padre me educó para que fuese una chica correcta y educada en todas las situaciones y quiero hacerle justicia y honor a su educación. Hice una mueca cuando sentí el algodón contra la herida de mi mejilla pero me mantuve inmóvil, sin rehuír como unos años atrás habeía hecho: con el paso del tiempo una se termina por acostumbrar hasta a las pequeñas molestias que el limpiar una herida ocasiona, y al menos no era tan grave como para necesitar puntos. Eso sí que es doloroso.

-Ojalá...tengo una bonita colección de moratones en el abdomen, la garganta destrozada y creo que una o dos costillas rotas -enumero, descubriéndome el cuello ligeramente amoratado y con algunas raspaduras y heridas superficiales donde la protección se hundió en mi piel bajo la presión de las manos de Dos Caras.

Sé que ocultarle las heridas a Alfred es algo absurdo y que a la larga es ir en contra de mis propios intereses, por eso aunque me sienta demasiado vulnerable -y detesto sentirme vulnerable-, no dudo en contárselas y enseñárselas una por una, levantándome un poco la camiseta del pijama para que pueda ver el mosaico de moratones que tengo en el abdomen y el color feo que tiene la piel en torno a mis costillas.

-Puedo hacerme una idea, tuve que pasar allí una noche cuando mi apartamento se inundó -murmuro, sonriendo a medias.- Vamos, Alfred, algún capricho te mereces de vez en cuando con todo lo que haces por nosotros...¿de verdad no te gustarían unas buenas vacaciones, sin preocupaciones ni nada que hacer? -comento.- ¿Quieres tomar un café o algo? -ofrezco, dándome cuenta de que no le he ofrecido nada desde que llegó.

lo cierto es que la señorita Gordon tenia un poco de razón y en cierta medida si me gustaría tener unas buenas vacaciones, pero tal y como veía la situación eso era era imposible.

mire y observe detenidamente las heridas del cuello, por fortuna también eran superficiales volví a usar el algodón en ellas, eran superficiales, y parecidas a la que tenia en el cuello, en una semana sanarian.

luego tras mirar el cuello toque la terrible zona que tenia en torno las costillas, y tal como ella dijo efectivamente estaban rotas, comenze a prerarar las vendas.

me temo señorita Gordon que voy a tener que vendarle fuerte en las costillas y pedirle que no salga por la noches en dos semanas, debe de reposar y estar tranquila. Seguramente esta noche o la otra ya trataría de hacer algo, en eso era como el señor Wayne que venia destrozado varias veces y tras mandarle reposo volvia a salir. y mas de una noche casi muere

recordé la petición y le dije a la señorita Gordon gracias por su ofrecimiento pero ya he tomando un te antes de venir, saque un bote de pomada la cual iba aplicar antes de vendar la zona

Miro un tanto apenada a Alfred, él se esfuerza tanto por cuidar de todos nosotros y recibe muy poco a cambio; pero si nosotros somos cabezones y obstinados, como a él le gusta recordarnos siempre que puede, él tampoco se queda atrás: no se irá de vacaciones a no ser que Bruce le obligue o que todos nos retiremos súbitamente por una temporada, y eso es tan probable que suceda como que Dos Caras decida olvidar su moneda y empezar a tomar decisiones por si mismo, así que seguirá empeñado en trabajar y curarnos cada vez que un villano nos deje convertidos en montoncitos andantes de cicatrices y huesos rotos.

Me quedo completamente inmóvil permitiendo que su ojo experto examine y limpie las heridas de mi cuello lo mejor posible. No parece preocupado así que solo deben ser superficiales, como yo sospechaba: son producto de las abrasiones que Harvey Dent me provocó al intentar asfixiarme anoche, de la rozadura del kevlar reforzado contra mi piel cuando trataba de zafarme de sus garras, así que apenas revisten importancia, al menos comparándolas con el resto de mis heridas.

Contengo una mueca de dolor cuando Alfred palpa mis costillas con delicadeza: es más que evidente que están rotas, lo sé por experiencias anteriores; parece que últimamente no hago más que romperme las costillas, puede que a la larga esto me traiga consecuencias. Asiento con la cabeza y me quito la camiseta del pijama para permitirle mejor acceso.

-Veré qué puedo hacer, Alfred -respondo con una sonrisa, ambos sabemos que es poco probable que aguante tanto tiempo sin ponerme el traje.- Dos Caras está ahora en Arkham, pero no creo que se quede allí mucho tiempo, tengo que hablar con Bruce -frunzo el ceño al pensar en él, si ya tenía sus dudas conmigo antes esto va a ser la guinda del pastel.- Se va a subir por las paredes -comento, bufando.- Por si acaso esconde los jarrones y las cosas de valor la próxima vez que vaya a la Mansión -digo, medio en serio y medio en broma.

Mientras comenzaba a vendar a la señorita Gordon recordé lo que dijo sobre el señor Wayne. Es cierto que no le haría mucha gracia ver el estado de la señorita Gordon y le echaría una buena reprimenda en cierta forma la señorita Gordon se lo merecía por no tener cuidado, pero considero que ya ha aprendido la lección así que le digo: no se preocupe por el señor el Wayne ya le diré que no sea muy duro que bastante mal lo debe de estar pasando usted ya , luego recuerdo una cosa y también hablare con el señor Fox, haber si puede hacer su traje mas resistente, y mira el lado bueno quizás esta pueda ser la vez que finalmente dent vuelva al lado de la justicia, y me refiero a la de verdad no a esa enfermiza idea de justicia que tiene.

Luego termino de vendarla mientras recuerdo los jarrones rotos que menciono la señorita Gordon: descuide por la mansión ya me he encargado de que los objetos de valor y demás lejos de la señorita Kyle.
Finalmente termine de vendar a la señorita Gordon, ya esta listo. Dije con un tono de satisfacción

Sonrío un poco cuando Alfred me promete que intercederá por mí; sé que también él está algo enfadado conmigo por haber conseguido que me dejen en este estado, pero al menos él me trata como a la mujer adulta que soy y no como a una niña pequeña. Además, no necesito reprimendas: bastante tengo con mi propio sentimiento de culpa y de ira conmigo misma por haber sido tan descuidada como para permitir que Dos Caras me dejase en este estado, y el dolor -que afortunadamente gracias a los calmantes de Alfred se ha reducido considerablemente- procedente de distintos puntos de mi cuerpo también es un buen castigo.

-¿Te importa que se lo cuente yo primero? -le pido, manteniéndome inmóvil para no entorpecer su trabajo.- Creo que será mejor si se entera directamente de mi boca...iré a hablar con él lo antes posible -tendré que aplazar mi comida con Dinah...o que se venga ella también, tarde o temprano se enterará no quiero tener que contarlo dos veces.- A mi traje le vendrían bien unos cuantos ajustes y una buena reparación: tengo dos impactos de bala y estaría bien incluir algun tipo de acolchamiento por la parte interior del abdomen, para que absorva mejor los impactos -pienso en los puños del ex-fiscal Harvey Dent impactando contra mi abdomen y dejando toda ese colorido mosaico que adornaba mi piel.- Ojalá, Alfred, ojalá... pero temo que haya ido demasiado lejos para eso.

Vuelvo a ponerme la camiseta otra vez cuando Alfred termina de ponerme las vendas.

-Ya la has conocido...la verdad es que no sé a qué está jugando Bruce con ella -frunzo el ceño.- Le dijo mi nombre, Alfred. A Selina...le dijo mi verdadera identidad -sacudo la cabeza.- No sé a qué está jugando...-repito.

Tras hablar con la señorita Gordon, ella finalmente pensó finalmente hablar con el señor Wayne una decisión responsable por su parte y sabia: me alegra saber que toma las riendas usted por iniciativa propia y no se esconde, veo que ha madurado desde aquel día que se enfundo su traje por primera vez. no me sorprendió ese cambio, la señorita Gordon había experimentado muchos sucesos desde aquel día, alguno trágicos y que siempre marca a uno de por vida.

La señorita Gordon me dejo de piedra, no podía creer lo oía , el señor Wayne siempre habia tenido cierta discreción en los temas de su identidad secreta y la del resto de los suyos Me sigue preocupando, la situación de la señorita kyle, aun no se del todo si es de fiar y pocas personas conocen el secreto del señor Wayne y el sus seguidores, y lo considero impropio de el. Algo extraño le debe de pasar esa mujer le esta manipulando, fue un error mio tuve que tener mas cuidado cuando la contrate. No vi venir que pudiera ser una impostora, aunque le deba el respecto por ser la pareja del señor Wayne, es cierto que no me fio de la señorita, deberé de hablar con el señor Wayne dije seriamente

Respiro hondo un par de veces para comprobar la resistencia de las vendas y si me aprietan demasiado, más por pura rutina que por verdaderas dudas de su estado, Alfred lleva años encargándose de curarnos a todos cada vez que alguien nos pone de nuevo los pies en la tierra y nos recuerda que somos vulnerables, sus habilidades para coser y vendar superarían a las de un cirujano.

-Han pasado muchas cosas desde aquella vez -recuerdo con un cierto toque de nostalgia la noche en que me vestí por primera vez como Batgirl, con la única intención de darle una lección a mi padre y demostrarle que no podía tomarme tan a la ligera al aparecer con aquel traje en una fiesta de disfraces...poco podía imaginar que ese pequeño acto de burla y rebeldía definiría mi destino para el resto de mi vida.- Nunca me ha gustado regodearme en el pasado, ni quedarme estancada -me encojo ligeramente de hombros.

Me pongo en pie nuevamente y camino por la cocina para servirme un vaso de agua, mirando de reojo a Alfred.

-Alfred...¿sabes quién es ella? -pregunto, no quiero meter la pata y decirle algo que no deba: aunque él se merece saberlo todo, ese secreto no es mío para contarlo y mientras ella no divulgue mi verdadera identidad yo no tendré motivos para hacer otro tanto.- No te preocupes, mantengo un ojo en ella por lo que pueda pasar. Bruce me preocupa...pero lo cierto hace tiempo que no le veía tan animado como cuando está con ella -frunzo un poco el ceño.- Espero que esto salga bien para todos.

Era buena señal que la señorita gordon no se regodeara o se quedara en el pasado, eso significaba que iba siempre adelante.

comencé a observar las vendas y mi trabajo realizado a la curar por si había algún fallo o algo mas de lo que tuviera yo que remediar. tras comprobar que estaba bien. o al menos espero que sane todo bien.

la señorita gordon me hizo pensar si sabia quien era ella. A lo que respondí se que tiene una doble identidad conocida como catwoman y que es una ladrona de guante blanco.espero que quizás se le quite eso si decide sentar la cabeza con el señor Wayne, y que este sea nuestro pequeño secreto no creo que al señor wayne le haga gracia saber que uso el batordenador para enterarme de lo que hacen sus ligues. dije recordando de donde saque la información, y es que a pesar de que no me gustaba usar el batordenador para esas cosas, sentí que era necesario

Me quedo quieta para permitir que Alfred examine mis vendajes con su ojo experto, siempre está bien una doble comprobación para asegurar que las vendas están correctamente puestas y no se romperán a la mínima de cambio, sobre todo teniendo en cuenta los esfuerzos a los que se verán sometidas en el trabajo al que me suelo dedicar por las noches, y una vez ha terminado me estiro para dejar el vaso nuevamente en el fregadero, ya lo lavaré más tarde cuando Alfred se haya ido.

-Vaya Alfred, eres todo un hacker -bromeo, guiñándole un ojo.- Tranquilo, no le contaré nada a Bruce, es normal que lo hayas hecho, todos nos preocupamos por él...además de vez en cuando está bien que pruebe de su propia medicina -Bruce es un buen hombre pero a veces se pasa con su afán de sobreprotección haciendo cosas como ponernos cámaras.- Sí...yo también espero que Selina cambie un poco y deje de robar si al final sienta cabeza con Bruce, pero tengo miedo de que ella solo le esté manipulando -aunque tengo la sensación por algún motivo de que no es ese su objetivo, pero esa mujer es una experta ladrona y espía, nunca se puede estar seguro de qué hará a continuación ni de si cambiará de bando en un momento.

La señorita Gordon tenía mejor aspecto. O al menos mejor que cuando la vi al entrar por la puerta.
Seguia dándole vueltas al tema de selina, esa chica aunque era buena para el señor Wayne , al menos el estaba feliz , pero seguía sin darme confianza, sabia que no podía hablar con el señor Wayne de ella, pero igual que antaño paso con talia. Sabia que ella no era de fiar por muy bien que le hiciera a Wayne

El mayor problema de la señorita Kyle, es que le haga daño al señor Wayne, me quedo un poco en silencio, Aunque el señor Wayne ha tenido muchas relaciones amorosas con algunas mujeres, pero nuca lo había visto como cuando esta con la señorita Kyle, eso es lo que me da alegría por un lado y miedo por el otro. dije

Asiento con la cabeza, Alfred comparte mis preocupaciones con respecto a Selina y Bruce y probablemente duplicadas o triplicadas: para mí, Bruce es mi mentor y mi protector, es gracias a él y sus donaciones de forma anónima que yo estoy en pie y libre de la silla de ruedas una ve más, pero para él es mucho más que todo eso: lleva años cuidando de él, desde que era un bebé, y su vinculo y su preocupación por él son más propios de un padre que de un mayordomo.

-Lo sé -murmuro con el ceño fruncido, dejando el vaso en el fregadero con un ruido metálico y girándome para mirarle de frente.- Les he visto juntos, ella no se deja mangonear ni le deja hundirse en su pesimismo -sonrío un poco.- Eso me gusta, a Bruce le viene bien alguien así, pero al mismo tiempo si esto sale mal podría acabar más destrozado aún que antes -sacudo la cabeza.- Por el bien de todos, creo que vamos a tener que mantener bien vigilada a la minina, aunque dudo mucho que la idea le vaya a gustar a ninguno de los dos -suspiro y apoyo el trasero contra el borde del fregadero.