La flor y el azar [Pamela Isley]

Mis antiguos ficheros como fiscal del distrito muestran que la mafia estaba usando un tramo de las alcantarillas como almacén de armas, lo que me llama la atención es que no son armas normales, parecen ser armas biológicas, tecnología demasiado avanzada para que unos mafi-idiotas la creen, puede que los planos y esto esté relacionado, estamos de acuerdo en acercarnos a echar un vistazo.

El coche me deja en la entrada de unas alcantarillas un poco alejadas de las calles, causaría demasiada impresión que el gran Harvey Dos Caras entre en unas alcantarilla, tenemos una reputación que mantener. Bajo del coche, llevo mi característico traje dicromático, los dos colores que me gustan, dos de mis mejores hombres, que casualmente son gemelos me acompañan, no sabemos que puedo encontrar allí abajo y no quiero sorpresas, parte de mí está desesperado por encontrar alguien a quien enseñarle quien mande mientras Harvey se encuentra reprimido, encerrado, en una jaula psicológica. Lanzo mi moneda al aire cuando yo y mis hombres estamos rodeando una entrada a las alcantarillas, la cara marcada se posa sobre mi mano, tapando la cara, una pícara sonrisa se dibuja en mis dos labios, levanto el brazo derecho, doy dos chasquidos al aire y, como siguiendo una orden automática, mis hombres se acercan al coche y sacan dos explosivos, cuando estos se acercan yo me alejo como si fuera repelido por ellos hasta llegar a una distancia prudencial, me pongo de espaldas y oigo el ruido de la colocación de los explosivos y el correteo desesperado de mis hombres por ponerse a cubierto.

Una fuerte ráfaga de aire y un fuerte estruendo disimulan una gran carcajada provocada por mí, esto es lo que me gusta pero me desagrada en menor medida, la ráfaga de aire me ataca desde atrás intentando moverme pero yo me mantengo inamovible, justo después me alcanza una gran humareda, guardo en mi bolsillo mi moneda y me tapo con la manga hasta que el espeso humo se dispersa, me giro y observo una gran obertura, mucho mas grande de como era inicialmente, miro a mis hombres y les hablo:

- Caballeros, hay trabajo que hacer.

Harvey se ha estirado y ha mirado a Grundy cuando le he hecho la pregunta que concierne a ese... monstruo. Aún sigue sin gustarme estar tan cerca de él, es una bestia y no me fío de que intente atacarme. Además, de vez en cuando suelta algún quejido o gruñido y eso me hace desconfiar, me deja desconcertada. Si vuelve a ponerse violento me iré corriendo de nuevo, pero esta vez, me llevaré a Harvey a rastras. No me deja muy clara mi duda sobre cómo ha “domesticado” a esta bestia con su respuesta, ¿Qué es lo que quería oír? Quiero saberlo, por si algún día necesito ponerlo en práctica. Pero de momento no voy a insistir, viendo lo inestable que es ahora no quiero que se enfade de nuevo y me golpee, y mucho menos quiero que me mate.

Al menos me cuenta lo que piensa hacer con Grundy, y sin andarse con rodeos. Al menos eso ya es un avance. Por lo que oigo, lo que va a hacer es dejar a Grundy campar a sus anchas por aquí y lo mantendrá como un as en la manga, eso está bien. Me da la sensación de que Harvey es más inteligente ahora que antes. ¿Será por su doble forma de pensar y actuar? Dos mentes piensan mejor que una, o eso dicen.

―Entiendo, es un plan inteligente. ―comento, poniendo una expresión seria por primera vez sin contar mi enfado. Harvey les ordena a sus hombres que se internen de nuevo en el túnel. Estos obedecen, temerosos. Ciertamente son bastante cobardes como me ha dicho Harvey. Le miro, sorprendida, ¿Me está pidiendo que me deshaga de sus matones? ¿Yo? ¿Sus balas son muy valiosas como para matar con ellas a esos dos hombres y por eso tengo que molestarme yo en acabar con ellos? Como si a mí me hubiesen hecho algo... pero hay una cosa que me hace cambiar de opinión, y ha sido el detalle que ha tenido Harvey. Me ha limpiado la sangre con su mano derecha. Qué... amable. Hacía tiempo que un hombre no tenía un detalle así conmigo. Le sonrío tiernamente, de forma sincera. Y le acaricio la mano cariñosamente. ―Gracias. Pero ten cuidado, no quisiera dañarte. ―me separo de él y me doy la vuelta. ―Enseguida vuelvo. ―anuncio y me interno en la oscuridad del túnel, contoneándome.

No tengo que caminar mucho antes de dar con ellos. Se giran hacia mí asustados, pero al verme dejan escapar un suspiro profundo de alivio. Sí que son asustadizos estos hombres. Pobres diablos que no verán un nuevo mañana. Me acerco a los dos con una seductora sonrisa y rodeo el cuello de uno de ellos ―el más feo―, le doy un beso en los labios y me separo.

―Al jefe ya no le gustas, estás despedido. ―digo con falsa pena, haciendo un mohín y alzando el hombro un segundo. Me giro hacia el otro al tiempo que el primero cae al suelo, fulminado por mi veneno, con una mueca de horror el rostro. ―Tranquilo, le he dicho que me quiero quedar contigo, eres demasiado guapo para morir. ―le digo, sonriente, y le beso también. ―Vamos, hay un cambio de planes. ―digo dándome la vuelta para volver con Harvey, y empiezo a andar deprisa, para llegar antes que el hombre. Pero este idiota se piensa que debe darse prisa también así que llegamos los dos a la vez. Me acerco a Harvey antes de que pueda decir algo y le susurro al oído. ―Está envenenado, pero él no lo sabe. Le he transmitido un veneno más lento. ―me separo de él y miro a Grundy de reojo. ―Tres, dos, uno... ―cuento y, antes de que diga “cero”, el hombre se retuerce como si tuviese un infarto y cae al suelo, sin vida. Me echo a reír. ―¡Un paro cardíaco! ―exclamo, emocionada. ―Oh, Harvey, no te vayas a enfadar, sólo quería jugar, ha sido divertido ver la alegría en vano que tenía el pobre hombre al pensar que le había perdonado la vida... pero, al fin y al cabo, he hecho lo que me has pedido.

Mi explicación de Grundy le hace mostrarse seria, entiende mi punto de vista, en los tiempos que corren es necesario que alguien lo entienda, sonrío y en mi sonrisa dejo entrever cierto orgullo, me alegra que piense como yo. Pero no puedo evitar sentir odio junto ese sentimiento de orgullo y alegría, odio al ver que mis planes y mi mente funcionan de forma parecida a como lo hace la suya, no me gusta que me comparen con un criminal de estos aunque sepa que lo soy, no me considero como tal.

Mientras mi mano limpia la sangre de su labio otra vez vuelvo a sentir sentimientos y sensaciones muy contradictorias entre si, por una parte odio el tener que hacer esto porque implica que yo la he golpeado, y no se porque pero no me siento bien al golpearla y mi mirada se queda fija en sus labios, siento una irresistible sensación de acercar los míos y... pero también odio tocar su piel si no es con violencia, y aun así siento me sentiría sucio, no soporto tocarla, no puedo evitar verla como un experimento de laboratorio, una maldita cobaya humana. Su sonrisa no hace más que acentuar ambas sensaciones, mostrándome frío y distante exteriormente, quizá mostrando mi lado más “bueno” con ella otorgándole una mirada de comprensión. El tacto de su mano con la mía no hace mas que la aparte como un acto reflejo, no quiero ser grosero, pero tampoco la quiero golpear, y aún no estoy preparado para que ella tenga este tipo de contacto conmigo sin que aflore mi lado mas... “legal”.

Curiosamente sus palabras muestran tal y como me siento, también siento como si sus palabras fueran una especie de despedida que me muestra ciertamente decepcionado pero a la vez alegrado, aunque esto no dura mucho ya que cuándo mi dividida mente asimila sus palabras sé que volverá, sorprendentemente no me importa de ningún modo, así podré disfrutar de su agradable presencia y de paso intentar hacerle pagar que me haga sentir algo por ella. Al irse observo los movimientos de su cuerpo que son hipnotizantes, me odio por pensar que puedo notar algo diferente por ella salvo odio pero también me gusta sentirlo, en ella veo mi futuro, también quiere someter a la gente de Gotham, juntos seríamos imparables.

Cuándo se pierde de la vista me acerco a Grundy que me mira curioso, durante unos segundos solo nos miramos a los ojos hasta que finalmente decido hablar:

- Tú conocer muy bien estos lugares Grundy, busco unas armas especiales que han dejado unos tipos de traje, estarán escondidas en cajas grandes... ¿me entiendes? - El ligero movimiento de cabeza vertical de Grundy me da a entender que si, entonces sigo. - Perfecto pequeño monstruo, quiero que me los encuentres, a cambio te daré a mis hombres para que te diviertas, ¿de acuerdo?

Grundy gruñe, entonces se levanta, es una masa inmensa, suerte que está de mi lado, la justicia me sonríe y yo lo hago, entonces Grundy se va por otro lugar distinto, estos sitios son como laberintos, sabrá encontrar el paquete y sabrá encontrarme. Me giro al oír un repicar de tacones familiar, demasiado incluso, pero la sonrisa orgullosa que he formado se desvanece cuándo veo que aún uno de mis hombres está vivo, dirijo mi mirada a Ivy, serio y dejando que gane posiciones mi odio hacia ella, pero sus palabras hace que estas sean recuperadas por mi otro yo y el espectáculo que demuestra mi hombre es perfecto acompañado por las palabras de Poison Ivy, miro su cuerpo inerte mientras le hablo con unas palabras agradables para ellas pero sin perder mi toque arrogante.

- Buen trabajo florecilla, la diversión es buena pero eso no debe dejar que nos olvidemos de nuestro verdadero propósito, no sería justo... - Miro a la mujer que ha eliminado a mis hombres a petición mía. - He enviado a nuestro pequeño amigo a buscar el paquete que he venido a recoger... aunque me pese... podremos charlar sin tener que preocuparnos de nadie.

Oigo un estruendo que se va disipando por otro de los conductos y me quedo mirando hacia allí. Entonces reparo en que el grandullón ya no está. Me imagino que Harvey lo ha mandado a “volar”, dijo que le dejaría libre así que no me preocupo porque vaya a hacerme daño, espero que estar con Harvey implique que su mascota no me ataque. Me doy cuenta de que me he quedado algo desconcertada. Pero, al menos, Harvey sonríe, y no parece ese gesto que indica que te va a pegar un tiro en cualquier momento, es una sonrisa de satisfacción, al menos según mi criterio.

Me acerco a él con aire coqueto, parece que eso a Harvey le gusta, o, al menos, a una de sus personalidades. Y eso me agrada a mí. Sonrío de forma traviesa cuando él me reprende, tiene razón, no podemos olvidarnos de para qué estamos haciendo lo que hacemos, pero eso no quita que pueda divertirme en el proceso. Si el resultado es satisfactorio ¿Por qué no hacerlo aún más jugando un poco antes? Me explica que ha enviado a Grundy a buscar eso que podría dañar mis plantas ¿Sabrá esa bestia qué es lo que tiene que encontrar? Porque parece un monstruo tonto y bruto, sin cerebro, pero quién sabe. Puedo percibir, entre sus palabras, que la parte de Harvey que me odia, por decirlo así, ha salido a la luz por un momento. Esa parte que ha hecho que me golpee antes hasta el punto de hacerme sangrar. Acorto la poca distancia que ya había entre los dos y me apoyo en su hombro por un momento.

―¿Charlar? ―eso me sorprende un poco. ―Claro, querido. ¿Qué tal si salimos de aquí? ¿Tu amigo sabrá llegar hasta la salida? Necesito algo de aire puro, este lugar es asqueroso y está muy contaminado. ―hago una mueca de desagrado, no le estoy mintiendo, me da asco este sitio y empiezo a agobiarme, las plantas necesitamos estar al aire libre. ―No me hará daño ese animal ¿Verdad? ―pregunto con un tono delicado y una nota de preocupación en la voz. No voy a reconocerlo en voz alta pero me aterra pensar en que ese monstruo pueda tocarme o dejarme en un estado lamentable.

Se preocupa por la gran masa que ha desaparecido entre los túneles por como se queda mirando hacia allí, que lo tema, hace bien, no quiero que tenga miedo, no debería tenerlo de alguien como Grundy, tiene pinta de perro furioso pero solo es un incomprendido, puede que como yo, yo soy distinto, yo soy un perro furioso, soy un perro con correa. Se me acerca coqueteando, ¿solo sabe hacer eso? Me gusta que lo haga, de todas las mujeres de Gotham ella es la única con la que me gustaría acabar teniendo algo, y con Rachel, está muerta, por eso no quiero a nadie más. Acerco mi rostro al suyo hasta el punto de poder notar su respiración, miro sus verdes ojos y siento el tacto de su mano tocando mi hombro, llevo una mano mía y la coloco encima de la suya, odio que me toquen, tampoco es tan desagradable. Su mano es dulce.

Sus palabras suenan extrañamente sinceras, simplemente está actuando, no puede actuar, no conmigo. Pregunta sobre Grundy y muestro una ligera mueca de enfado, ¿de veras se ha de preocupar de esa masa sin cerebro? Lo importante es que me será útil, eso es lo único que me importa por el momento, quiere salir a la calle, es normal, a mi también me está afectando él estar tanto tiempo bajo las alcantarillas, me recuerdo de la época en que prácticamente sobreviví aquí unas semanas, solo con la ayuda de Grundy, poco después de mi accidente, una época bastante complicada pero a la vez reconfortante, me encontré conmigo mismo, me rencontré. Suelto una pequeña sonrisa, me da risa que hable de ese modo, como si ella no pudiera con tipos como él, no puede.

- No te preocupes, no te hará nada, sabe que me interesas.

Cuándo quiero seguir hablando oigo unos agitados pasos viniendo de donde Grundy se había ido, esto me desconcentra y me aparto de Ivy colocándome delante de ella por si acaso, odio hacer esto, debo hacerlo. Se acerca Grundy con unos grandes cajones de madera en los brazos, reprimo una sonrisa de alegría, no tengo nada más que me retenga aquí, los cadáveres de mis hombres pronto empezarán a oler y no quiero estar aquí cuándo Grundy inicie su cena, no quiero que lo esté Ivy tampoco, no me importa lo que haga. Grundy se queda delante de mí con expresión seria sujetando las cajas y mirándome desde arriba, le indico con el dedo hacia arriba dándole a entender que las ha de subir a la superficie, solo las dejará en la entrada que ha abierto Ivy, él no saldrá si no se le ordena específicamente, me giro otra vez hacia la mujer que tantos altibajos me ha provocado, llevo una mano hacia su rostro, intentando sujetarle la barbilla con un movimiento que es dulce, mi rostro no lo acompaña porque se mantiene constantemente enfadado, hablo mientras vuelvo a mirar a sus ojos:

- Ahora me tengo que ir, Poison Ivy, no lloraré por ti pero esperaré ansioso nuestro próximo encuentro.

Haciéndole lo mas parecido a un guiño con el ojo derecho me giro y me alejo de ella llevándome las manos a los bolsillos y pensando en lo que siento ahora mismo, quiero a Rachel con toda mi atormentada alma, siento algo por la mujer que ahora voy dejando atrás, quiero encontrarme con ella de nuevo, pero hay trabajo que hacer...

Harvey acerca su rostro al mío, haciéndome sentir sorprendida, no me imaginé que caería en mis redes tan rápida y fácilmente, aunque tampoco puedo sentirme del todo halagada, tengo que mantenerme alerta por si se trata de una trampa. Nunca podré fiarme de Harvey Dent al cien por cien ―y nunca lo haré―, porque nunca se sabe por dónde va a salir, ni en qué está pensando exactamente, sobre todo porque piensa dos cosas distintas casi al mismo tiempo. Y puede que por un lado llegue a apreciarme de nuevo, aunque sea mínimamente, como una vez lo hizo, cuando aún creía que yo le correspondía, pero, por otro, querrá matarme. Atraigo a su parte más psicópata, y no sé si debería gustarme, pero mientras ello me beneficie, estaré satisfecha.

También me sorprende el hecho de que ha puesto su mano sobre la mía, es una sensación cálida y agradable, por lo que no me cuesta mantener mi sonrisa, es más, el gesto en mi rostro se vuelve tierno inconscientemente, o incluso inocente, como si de una adolescente enamorada se tratase, claro que sólo ha sido un momento que me he dejado llevar, aunque sigo con la misma expresión, no puedo dejarme llevar demasiado. Pero su mirada y su respiración en mi rostro... es algo tan embriagador... su perfume me cautiva, no sé si es sólo la esencia en sí o si forma parte de él mismo. Las palabras que salen de su boca me hacen sentir aún mejor, más tranquila y confiada. Le intereso, no quiere que esa bestia me haga daño. Alzo un hombro un momento, casi como en un gesto tímido, y lo bajo tras unos pocos segundos.

Entonces oigo un ruido que viene con aparente urgencia hacia nuestra ubicación. Debe de ser Grundy, a menos que haya mucha más gente aquí o algún que otro monstruo más, cosa que dudo, o, de lo contrario y, teniendo en cuenta el tiempo que llevamos en este asqueroso lugar, ya se habrían acercado a ver qué ocurre. Harvey se aparta de mí, lo que me desagrada un poco, pero se pone ante mí, dándome la espalda... ¿Es una... posición de protección hacia mí? No me lo puedo creer... hacía tiempo que no me sentía de esta manera, me siento, por primera vez en mucho tiempo, importante. Alguien me ha hecho sentir importante y no ha sido por el hecho de que traigo de cabeza a un hombre disfrazado de murciélago, sino porque le importo a alguien.

Como él es más alto que yo, tengo que inclinarme hacia un lado para poder ver lo que viene hacia nosotros. En efecto, es Grundy, y trae unas cajas enormes de madera consigo, frunzo levemente el ceño. La gente mata árboles para hacer muebles, eso me enfada. Pero ahora estoy en un estado de calma puro y no me molesto como lo haría en otras circunstancias. ¿Quién me iba a decir que esta noche acabaría así? Junto a Harvey Dent, hablando tan plácidamente con él. Veo cómo le ordena a Grundy que deje las cajas arriba con un gesto de la mano. Después se gira hacia mí y me toma de la barbilla con suavidad, por un momento no puedo sentirme tan arrolladora como siempre, no me siento como la femme fatale que soy, sino más bien como la chica enamorada. Pero yo no estoy enamorada de Harvey... es un capricho, sólo un capricho. Se despide de mí y, aunque por un momento detecto al caballero blanco de Gotham, sonrío ampliamente. Me guiña el ojo y me quedo quieta, viendo cómo se va. Fijándome en cada parte de su cuerpo. Pestañeo un poco y sacudo la cabeza, como si acabase de salir de un embrujo. Doy un pequeño salto para recomponerme y empiezo a andar hacia la salida, subo hasta la calle y, después, corro a ocultarme en las sombras, por las que llegaré sana y salva a mi casa con mis hijas.

Estado de la misión: Finalizado. Resultado: Exitoso.