Última hora [Iris A. West]

12/10/2013
Central City
21:30

¿Qué he hecho? Es lo que me pregunto a cada momento, las tres palabras que resuenan en mi mente junto con unas escenas fugaces en las que me enfrentó a Dinah, en las que me enfrento a mi mujer de forma violenta y decidida, dispuesto a dejarla KO solo para… para… y aún está vivo, he perdido todo y Harvey Dent está con vida. ¿Qué sentido tiene? Una vez más he dejado que mi locura se apodere de mí, que deje salir al animal que tengo dentro en vez de hacer que el cazador lo controle, que lo cace y se deshaga de él para siempre… pero esta vez lo haré, esta vez aprenderé de todo esto, renaceré más fuerte y mejor que antes, no debo permitir que algo así vuelva a nublar mi juicio en el futuro, juego con fuego y no quiero volver a quemarme.

Las otras veces que me pasó algo así emprendí un viaje para encontrarme de nuevo y esta vez he hecho lo mismo pero esta vez sin salir del país, hay otros héroes y con todo este follón de Maxwell Lord no podemos permitirnos que este tipo de problemas internos nos afecten entre nosotros, he cogido un coche, un todoterreno lleno de gasolina y he cogido la carretera hasta llegar a las ciudades gemelas, Central City y Keystone City para entrar en la primera. Es de noche y una luna creciente está en el cielo, conduzco por los barrios bajos de la ciudad, incluso aquí con Barry hay delincuencia, ninguna ciudad está plenamente limpia, ni siquiera Star City.

En el interior del coche me encuentro encerrado, como si de una jaula se tratara y yo no debo estar encerrado, no ahora, he estado encerrado en un vórtice de destrucción los últimos meses y eso no puede ser, debo ser libre. Me pongo la parte de arriba del traje después de aparcar el coche en un callejón oscuro y apartado y cojo el arco junto a un carcaj lleno de flechas. Subo por el edificio ayudándome de las escaleras de incendio y los salientes hasta llegar a la azotea y sentir el golpe de un aire templado y moderado en mi rostro que me hace olvidar todo.

Estoy en Central City porque me avergüenza volver a mi ciudad pero no sé porque he escogido esta ciudad, me llevo bien con Barry, por supuesto, pero habría sido mas lógico ir a Coast City a charlar con Hal, él me ayudó en el pasado, sigo buscando el motivo de haber vuelto aquí pero mi cabeza acude a un recuerdo de una charla de hospital con dos mujeres, Dinah e… ¡Iris! Iris es de Central City y está bastante unida a Dinah, quizá ella le ha contado algo de lo sucedido, no, improbable… pero ahora me espero cualquier cosa después de lo sucedido. Solo sé que es periodista del Picture News, necesito dar mi versión de los hechos, sé que no variará mucho de lo que ella pueda saber pero necesito a alguien cercano a mi ¿mujer? Para liberarme y no conozco a nadie más. Siento las articulaciones algo tensas, necesito relajarme por lo que empiezo a correr de azotea en azotea valiéndome de flechas gancho para saltar grandes distancias y llegar hasta el Picture News, será un buen lugar para empezar.

- ¿Estás mejor? –
– Si… y no –
– Oh vamos. ¿No podías decir solamente si? –
– No –

Iris sonrió a la recepcionista con cierta diversión, contemplando como la mujer resoplaba. Doris era la encargada de la recepción del Picture News, una mujer de más de cuarenta años, un divorcio tras sus espaldas y un segundo matrimonio en pleno proceso de convivencia, además poseía dos hijos fruto del primer matrimonio. Era una mujer amable y atenta, el tipo de individuos con los que a la reportera le gustaba codearse. Cómo una segunda madre, podría decir, más que como una amiga de su edad con la que salir a divertirse. La pelirroja volvió a bajar la vista hacía el ordenador, procurando concentrarse en aquello que la ocupaba. No obstante, a pesar de las horas de la noche, su cabeza no daba para sí en circunstancias de aquel calibre, no importaba tantos tés les hubiera servido y pastillas para suprimir el dolor de cabeza se hubiese tomado, aún sentía como si un pequeño ejército de tamborileros continuasen tocando en medio de su cabeza.

- ¿Por qué no te vas a casa? Pete lo entenderá perfectamente –

–  No puedo, estoy investigando una cosa – Respondió, volviendo a levantar la mirada, disimulando como podía una sonrisa. – Será mejor que te marches tu, el Picture cerrara sus puertas en un rato, yo estaré bien… de verdad, además el de seguridad anda dando vueltas, no estaré sola – Aparentemente, con aquellas palabras y las advertencias varias de la recepcionista de que la llamase cuando llegase a casa, consiguió que la mujer se marchase de su despacho.  La acompaño hasta la puerta y no volvió a tomar asiento hasta verla desaparecer por el ascensor, suspirando progresivamente al haber conseguido su primer objetivo improvisado. Prendió la luz del despacho, cerrando las puertas tras su paso. Camino nuevamente hasta su mesa pero no tomo asiento, rebuscando entre el material que tenía sobre los estantes para continuar con su investigación.

Apoyo el peso de su cuerpo contra la mesa del escritorio, ojeando las carpetas que acariciaban sus manos. Los ojos verdes de la reportera contemplaban aquella información que pasaba velozmente a medida que pasaba las páginas trascritas, procurando continuar con aquello que la había alarmado horas atrás. No fue ni siquiera consciente de que las manecillas del reloj continuaban pasando de largo y que, el humeante café que Doris le había depositado sobre la mesa, ya era más un café frío que caliente propiamente dicho.  La noche en Central City, una imagen que se podía ver desde los altos ventanales que adornaban su despacho, estaba prácticamente cerrada, sin apenas luz propia salvo las procedentes de los edificios colindantes. Ni siquiera la luna o las estrellas eran visibles, sin duda por clima que se avecinaría a lo largo de la noche.

La televisión estaba prendida, siendo sus sonidos los únicos que sus oídos escuchaban, las noticias que allí eran mencionadas. Aún así, ninguna de ellas calaba lo suficiente como para apartar sus ojos de los documentos o de las fotografías que los decoraban, mascullo un comentario lo suficientemente insultante como para no querer ni siquiera recordarlo antes de depositar las carpetas sobre el mueble nuevamente. Sus dedos se deslizaron entre las otras carpetas perfectamente apiladas a su lado, releyendo los títulos de referencias en busca de otro en concreto. No obstante, cuando por fin capto el que esperaba encontrar, un sonido al otro lado de la puerta la alerto. Por un momento, no pareció querer prestarle atención, creyendo que se trataba de una mala pasada, una simple jugarreta de su imaginación,   hasta que se volvió a repetir. La carpeta cayó al suelo, perdiéndose varios de sus documentos por debajo de la mesa. – Joder – Bofo, observando su estropicio, pero no tuvo más remedio que salir a ver a que venía aquel ruido tan poco propio de aquellas horas. - ¿Roy? ¿Eres tú? – Cuestionó, saliendo del despacho a paso lento pero con completa seguridad. ¿Qué podía ocurrirle en su puesto laboral? Claro que, aunque ella lo pensase en ese instante, no se trataba del encargado de la seguridad del edificio, sino alguien más inesperado aún… Y al no recibir respuesta, llego a esa misma conclusión.

- ¿Quién anda ahí? –

Al alcanzar el edificio recurro a mi memoria para saber a qué piso debo llegar para encontrar a la periodista o algo que me indique donde puedo encontrarla. Subo hasta el séptimo piso donde recuerdo que Dinah mencionó que trabajaba cuándo hablemos de ella hace tiempo, no es algo común concretar tanto el lugar de trabajo de una amiga pero a Dinah le gustaba, debo ser duro para evitar que una lagrima caiga por mi mejilla. Observo la oscuridad y esquivo al guardia de seguridad sin grandes complicaciones, no es alguien entrenado y no se ha percatado de mi presencia, sigue una ruta fácil de esquivar así que avanzo por los pasillos observando las puertas hasta encontrar una que tiene un letrero que a la luz de una pequeña luz que llevo hace que el nombre de la periodista brille “Iris West”.

Me quedo parado ante la puerta pensando si de verdad con quien necesito hablar es con ella o con otra persona, como he pensado antes Hal me ha ayudado en estas ocasiones anteriormente pero no quiero ir a verle, no quiero sentir el ridículo de volver a pasar por la condescendencia de ellos, ¿pero porque la de Iris? Supongo por su perfecta relación con mi… con Dinah, no es una Bird of Prey y no conoce nuestras identidades, si hay alguien bastante imparcial y que puede juzgar esto de una tercera persona es ella, aunque tampoco será muy imparcial siendo amiga de Dinah. Doy un golpe a la puerta pero como si me transmitiera un calambre y me detengo de golpe, allí clavado en la oscuridad, me armo de valor y vuelvo a dar un golpe pero esta vez no me quedo quieto, sino que la vergüenza de enfrentarme a alguien cercano a ella me hace retroceder y esconderme detrás de una planta de oficina. La mujer sale y pregunta por un tal Roy, no digo ni hago nada hasta que pregunta quien está ahí. En ese momento salgo y dejo que ella me pueda ver, agacho un poco la cabeza para que la oscuridad proteja mi identidad hasta que esté preparado pues no llevo antifaz, no me lo he querido poner.

- Hola señorita West, supongo que me conoce.

Por un momento se reprimió así misma aquel miedo irracional, parecía absurdo pero lo poseía. Aquel lugar había sido, desde los últimos años, su santuario. Su remanso de paz aún a pesar de los muchos sonidos y movimiento continuo, el lugar donde ella mantenía el control de las cosas. ¿Tanto podían cambiar las cosas en una noche? Estaba segura que, durante el día, aquello no le sería extraño. Ya se había quedado otras noches a deshoras entre aquellos muros, no comprendía porque aquella noche en concreta sería diferente. Tal vez fuese por el pronóstico de tormenta, por aquellas gotas de agua que comenzaban a empapar la cristalera de las ventanas o por la inmensidad de la noche. “ O porque llevas dios sabe cuántas horas sin dormir y ves cosas donde no las hay” Se dijo así misma, prácticamente decidida a darse la vuelta, recoger el estropicio anterior y continuar con su trabajo. Sin embargo, para su sorpresa, no todo había sido imaginaciones suyas. Lo supo, lo corroboro a ciencia cierta, cuando vio una sombra aparecer de detrás de la gran planta decorativa del lugar. Dio un paso hacia atrás, inconscientemente por esa aparición repentina.

Y cuando supo de quien se trataba, a tras luz por la iluminación de la ciudad, abrió los ojos sorprendida. –  ¿Green Arrow? – No podía verle el rostro, claro que normalmente llevaba el antifaz y por lo tanto tampoco se le veía, pero las prendas eran inconfundibles y fácilmente se le podría atribuir al mejor arquero del mundo. Con la seguridad de quien se trataba, suspiro liberando el nerviosismo del momento anterior. –  Eso de conocerte es relativo, he leído sobre ti y visto por televisión pero… nunca en persona – Apoyo su espalda contra la puerta de su despacho, recargando el peso de su cuerpo sobre la misma.  No era “su héroe” habitual, por lo que se sentía algo incomoda ante su presencia, más aún la duda se cernía sobre aquella eventualidad – Declinaré cualquier pregunta sobre como has llegado aquí y dado que supongo que no vendrás a que te entreviste… - “ Si hubiera querido eso, podría haber acudido al periódico de su ciudad, digo yo…” – ¿Qué haces tan lejos de Star City, aquí… en las redacciones del Picture News en Central City? –