Día llena de chicas en ciudad llena de chicos [Iris West]

-Okay, nada de bromas, pero la última vez que estuve aquí estuve con Babs y me dio una buena tarde de tortura medievo-tecnológica-Babs sabía cuál era mi punto débil y ese eran los objetos tecnoraros que había en las diferentes tiendas de un centro comercial en Gotham, porque lo peor de Pepito Grillo no eran sus consejos en el oído en las misiones, sino comprar ese objeto electrónico con el cual se convertía en Pepito Grillo. Babs era una persona realmente vengativa, yo le hice comprarse un mono vestido con el cual complacer a Dick y ella...se vengó con llevarme a una tienda llena de cables estilo detrás de las escenas de Star Wars, sin duda un oscuro pasado de mi historia que no pienso recordar-sin duda cuando Babs se cabrea y saca a luz su lado oscuro del cerebro y pensamientos da realmente miedo...-dije sacando un mini vestido de color azul y mostrándoselo a Iris. Sí, Iris West, gran amiga de Barry. Hace tiempo que no sé de ella y tampoco de Barry, con lo que no estaba del todo puesta en las noticias ni cómo se encuentra Barry, de todas formas, hoy es un día de chicas (de esos que teme tanto Ollie, y creo que con razón aunque apuesto a que él ahora mismo está haciendo lo mismo que yo sólo que con o Hal o Barry...sin embargo, no me dan miedo), por tanto, pronto lo sabré de cierto-¿qué tal lo ves?, ¿el traje de Ollie contrastaría con lo rojo de su piel de los celos que le entrarían si llevara este vestido? ¿o...lo dejamos en el montón de "posibles tal veces"?-apuesto a que Babs me corregiría en aquella frase en estos momentos. He de confesar que a pesar de las represarias que me podrían ocurrir después, echaba de menos los comentarios de quejas de Babs, los quinchones que me daba a cada insinuación de su amorío con Dick o cualquier comentario acerca de Ollie. Le comenté sobre venir de nuevo con Iris y conmigo de compras, pero ella me contestó que estaba instalando un nuevo sistema operativo de computación a una computadora...o algo así que me sonó realmente extraño. En otras palabras: buscó una excusa realmente creíble para no venir-creo que tengo ganas de venganza con Ollie...-dije mirando de reojo a la zona donde se encontraban los picardías...al fin y al cabo, hoy era un día de chicas...

Mucho había sido el tiempo transcurrido desde su última visita a Star City, después de todo su trabajo exigía que viajará y se moviera por muchos lugares. Precisamente había sido esté el que había hecho que consiguiera llegar a la ciudad. Pasaría aproximadamente cuatro, tal vez cinco días, en aquella localidad y tras haber hecho parte de su labor decidió aprovecharlos al máximo. Y lo hizo, claramente, telefoneando a Dinah Lance. Su relación con la rubia procedía de varios años atrás, donde ambas se conocieron y mantuvieron el contacto desde entonces, siendo buenas amigas a pesar de la distancia que las separaba. En aquel instante, se encontraba con la joven entre risas y conversaciones banales que nada tenían de comunes. – Nada de bromas pero… ¿Quién es Barbs? – Sus ojos se abrieron casi de par en par, sin comprender exactamente a quien se refería. Obviamente a una de sus amigas, todo el mundo las tiene, pero ahora mismo a Iris no le sonaba ninguna campanita al escuchar dicho nombre. Sin duda alguna, no la conocía. – ¿Tortura medievo-tecnológica? Verdaderamente suena a una pesadilla de la cual no quiero conocer el final. ¿Pero sabes? No deberías de quejarte, mañana tengo que entrevistar a un individuo cuyo nombre ahora mismo no quiero ni recordar pero que sin duda me dará una buena charla de económicas que… seamos sinceras, no se me dan bien – La pelirroja bofó, aquel solo pensamiento le quitaba las ganas incluso de levantarse mañana, a pesar de ello no permitiría que eso le aguará el día de hoy.

Contemplo de buena gana el vestido escogido por la rubia, y casi inmediatamente después estallo en una ligera carcajada. Dinah estaba casada con Oliver Queen, uno de los hombres más famosos y adinerados de la Star City. Qué pareciera que ella pudiera mangonearlo de la forma que lo demostraba le causaba cierta diversión. Y ya no hablar, imaginarse la cara de Queen cuando viera a la rubia ataviada con aquel vestido. – Te he visto llevarlos más cortos. – Inicio, más no había terminado – Pero sin duda, el rojo y el blanco serán los colores que reluzcan en su cara: Rojo por los celos y blanco cuando le cuentes los motivos que te han llevado a ponértelo. – Iris llevaba un sencillo vestido color escarlata, era palabra de honor y estaba expuesto un palmo por encima de las rodillas. Después de todo, la periodista solía considerar que el rojo y el verde, por sus cabellos y ojos, eran sus colores. A pesar de ello, debía de admitir que el vestido que Dinah le mostraba era esquicito. No hubo tiempo para llegar a increpar y mucho menos para indagar en su respuesta, sus solas palabras y su mirada lo decían todo. Y lo peor de todo, a pesar de que Iris la superaba en dos años, es que ejercía cierta mala influencia en su conducta. “Qué demonios…Estoy sola, en Stark City, con Dinah, noche de chicas… ¡Vamos allá!”

– Yo no tengo de quien vengarme pero…gustosa te ayudaré a vengarte de Ollie. ¿Para qué estamos las amigas, sino? –

-¿Barbs?, jaja, okay, me acabas de dar un nuevo mote-seguramente Babs si estuviera aquí me torturaría de la peor forma que pudiera imaginar (probablemente llevándome a una tienda, de nuevo, como la tienda electrónica/infernal de un centro comercial en Gotham). Sonreí en tono de broma, pero a continuación le expliqué quién era Babs-Babs es una amiga mía con altos conocimientos de informática. Se puede decir que...de entre las frikis más frikis se encuentra ella, pero es una muy buena persona, protectora, gracias a ella odié un poco más las nuevas tecnologías...-sin duda, una de mis pajaritas. Ojalá pudiera contarle más cosas sobre ella, pero no podía por motivos de identidades secretas-y si quieres torturarla, lo mejor es llevarla de compras y pbligarla a que se ponga un vestido como el que tengo en la mano-seguramente Babs después de esto sí que termine conmigo-uhhh sí, tortura medievo/tecnológica. Sufres igual que en el medievo sólo que con nuevas tecnologías. Si te contara lo que me pasó la última vez que fui a una tienda de informática...-básicamente...todos los aparatos me odian y estaban poseídos por algún ente maligno que iba en contra mía-bueno...yo al menos entendería algo más...creo-le sonreí para darle ánimos, aunque, en parte, no me cambiaría por ella en aquella entrevista

Sotuve aquel vestido con ambas manos en alto para verle mejor. Seguramente Ollie al ver este vestido no me deje salir de casa y yo salga...con las chicas a un boyz para cerebrarlo, aunque con la suerte que tenía últimamente (y normalmente va acompañada cuando estoy con Helena), probablemente termine en una pelea, mi vestido roto y yo peleando con dos raciones de helado en el estómago. He peleado así y...no se lo recomiendo a Babs estando yo cabreada-¿más cortos?, te recuerdo que yo ando casada y Ollie es demasiado celoso. No es que no me guste verle celoso, pero me preocupan los pobres que se queden mirando el vestido-Ollie desaparecería, asparecería como Green Arrow para darles una soberana palida...o al menos para asustarles y luego volvería a aparecer con el carcaj en un hombro-aparte, lo necesito para ir al cine, si Ollie ve este vestido se quedaría mirándolo y no haríamos caso de la películasonreí de lado-hum...creo que aquello fue demasiado rudo-dije llevándome un dedo a la boca para evitar soltar una carcajada. Dejé aquel vestido donde estaba antes y al escuchar lo que dijo Iris, empecé a caminar a otra sección de una forma rápida. Tomé el vestido que había visto antes y a continuación regresé hacia donde se encontraba Iris portando un sexy vestido de color rojo. Era un tanto...en parte navideño, en parte veraniego en unas vacaciones de verano en Noruega-hm...¿feliz navidad, Ollie?

Ella continuó sentada, contemplando todo aquello que la rodeaba mientras escuchaba a la rubia. Al parecer, la respuesta más próxima a avecinarse fue aquella que trataba sobre Barbs. Cuando la obtuvo, asintió con un movimiento sutil de su cabeza, comprendiendo perfectamente lo que quería decir. – Tal vez tu amiga este esperando a que la moda se fusione con la tecnología, seguro que así si habría venido con nosotras de compras – Se encogió de hombros, la pelirroja desconocía como era aquella joven pero por los argumentos de Dinah era lo único que podía llegar a pensar. Posteriormente, Iris haría que una de sus cejas se elevara discretamente, habiendo escuchado lo que estaba oyendo, era hasta natural aquel gesto. – Eres instructora de judo. ¿No es ya suficiente sadomasoquismo como para someterse también a torturas medievales usando la tecnología como arma? Por dios Dinah... dime que no has probado eso – No supo si mirarla horrorizada o incrédula, pues aquella revelación sería sorprendente por no decir que le traería pesadillas.

Por fortuna aquella parte de la conversación quedo en el olvido, así como su comentario sobre la entrevista a realizar el día siguiente, volviendo a enfocar el tema en los vestidos. Iris continuaba llevando el vestido rojo palabra de honor, uno bastante elegante pero sencillo al mismo tiempo. Perfecto para salir y divertirse, así que sería ese el que se comprase de la tienda. Y, seguramente, vería otros que también se llevaría. No obstante, parecía que Dinah continuaba luchando entre el azul y otros muchos que encontraba a su alrededor. – ¡Eh, no me malinterpretes! – Exclamo, señalando la prenda azul – Sólo he dicho la verdad: Te he visto llevarlos más cortos, estando o no casada con Ollie, pero en ningún momento he dicho que debas ponerte uno corto ahora. El azul es precioso y hará juego con tus ojos – Lo que la hizo sonreír fue la referencia a los celos de Ollie, así como aquella que indicaba lo que podría pasar en caso de llevarlo puesto para ir al cine con su esposo. Sonreía por ella, por su buena amiga, aunque en el fondo también se sentía triste. No por Dinah, sino por no tener a alguien con el que preocuparse de esa misma forma.

En su búsqueda por el “hombre perfecto” o, como ella solía decir, “el definitivo”, había tenido varias relaciones de duraciones dispares todas ellas. Sin embargo, nunca la había llenado y hecho feliz por completo, a sabiendas de que había “algo” que faltaba. – Si Ollie te ve con ese vestido babeare por ti, luego empezará la película y si es de acción… su siguiente babeo será por la proyección. Ya sabes cómo son los tíos y las películas donde aparecen coches, armas, muchos efectos especiales… - Y esta vez, además de volver a encogerse de hombros, afloro una suave carcajada al imaginarse tal escena. Prefería pensar en lo que tenía a lo que nunca podría tener. Lo que la hizo callarse de pronto fue el vestido que Dinah le mostraba, uno rojo con toques navideños. – Eh… Dinah… No te ofendas pero… Eso no es tú estilo, los hay mejores y que te quedarían de muerte si decidieras comprarte uno para navidades. Pero cómo salgas con ese puesto a la calle… diré que no te conozco. – Le advirtió, pero pese a sus palabras, acababa de extraer el móvil de su bolso y sacado una fotografía.

Las tecnologías y yo, enemigas irreconciliables, y mucho menos si...-prometo que me iré a Marte, donde no sólo no hay tecnología fucionaba con la ropa, sino que no hay gente para hacer ese experimento-de todas formas...ya hay complementos para la ropa tales como anillos o pulseras, muy usadas por Babs en nosotras...bueno, en mí-supongo que soy una especie de...conejillo de indias. Ha probado conmigo los pendientes que son cámaras, los adornos del pelo que son micrófonos, las pulseras que no son pulseras, las mesas de cocina que no son mesas de cocina...-aquello fue lo que provocó que no me volviera a sentar jamás encima de una mesa...de una mesa transparente de cristal-¿yo?...no...pero Babs en mí, sí...no medievales pero...se aprovecha de que no puedo usar mis habilidades en ella-y jamás las usaría en ella, supongo que es un punto débil mío...supongo que también como era Ollie...pero finalmente ante un ataque "suyo" tuve que asesinarle...algo que no quiero volver a recordar-dije que le tenía miedo a Babs...-probablemente le traumatizaría. Suerte que no conoció a Zinda-todos los aparatos al tocarlos yo, se activaban de forma extraña...pitaban como si tuvieran alarmas...-yo simplemente los toqué
Desvié la mirada para ver el vestido que había tomado Iris-ese vestido te promete muchas noches de pasión...-o de malos ratos corriendo, suerte que ella no tenía que huir constantemente de asesinos asiáticos. Levanté una vez más el vestido para revisarlo mejor...y justo antes de contestarle a Iris[color=yellow]-aunque no se fijarán en los ojos...de todas formas, lo dejaría en el rincón de "posibles"[b]-aunque de todas formas, en los cines se está muy oscuro...-ok, mi intención no era la que había sonado, me refería a que no se fijarían en el cine al estar demasiado oscuro.

Acercándome a la zona "picante" de la tienda, al encontrar aquel vestido, lo sostuve durante un largo tiempo en alto para verlo mejor. Aparte de no ir en las fechas en las que estábamos, necesitaba un regalo para Ollie...aunque finalmente le regalaría unas flores y bombones...le encantan-¿acción, proyección?, a eso se refiere cuando va a firmar algún tipo de proyecto...-en realidad se refería a ver a cuántos criminales era capaz de dar de un tiro-¿a la calle con ésto?, moriría primero de frío, y luego, quienes me vieran con esto puesto porque seguramente que no se callarían-y no lo decía por el peligro de Ollie-de todas formas, te lo regalaré y te lo haré poner como no borres la foto que me acabas de hacer con el vestido...-dije colocándolo de nuevo en su lugar

Tras haber sacado la fotografía, procedió a guardarla. El móvil, sin embargo, se mantuvo entre sus manos. Los ojos de Iris contemplaban a la rubia, la mueca de sus labios era de diversión. Obviamente, aquella fotografía tenía un objetivo, y por muy periodista que fuese no tenía nada que ver con eso, era el de hacerla rabiar o picarla como comúnmente solía decirlo. Claro que, algunos factores, no jugaron a su favor. – ¿A Marte? Espérate un par de años, así no irás tan lejos – Parecía Dinah tan segura al haber dicho aquellas palabras, que la mente de Iris comenzó a formular miles de ideas dispares. Todas ellas, justificadas con la realidad que muchos habían contemplado en los últimos años. ¡Existía Linterna Verde, una especie de policía espacial! ¿Cómo no iban a existir hombrecillos verdes en el planeta rojo? Y eso que siempre le dieron cierto pavor las pelís de terror… Emitió un suspiro, volviendo a centrarse en la conversación. – Definitivamente, eres masoquista – Añadió posteriormente, tras haber escuchado todo lo que habían probado con ella. ¡Estaba loca! Aunque la periodista no se quedaba atrás, no en balde, ella había ido a países en conflictos armados para realizar sus reportajes de investigación.

– Si tocas y destrozas toda tecnología, entonces no te dejaré acercarte a mi móvil, es nuevo, le tengo mucho cariño. – Bromeo, más aquel gesto se perdió de sus labios cuando volvieron al apéndice de la ropa. Iris se observo así misma, aquel vestido rojo le sentaba como un guante. Sencillamente, se veía increíble con el puesto, y lo sabía. Elevo su mano libre hacía los cabellos, agitándolos con gracia antes de volver a hablar – Tal vez sea eso lo que necesite, a diferencia de ti, yo tengo el camino libre – Una gran verdad, cosa por la que realmente envidiaba a Dinah, envidia sana quedaba por argumentar. Ambas portaban la misma edad, pero sus destinos habían sido completamente opuestos. La rubia estaba felizmente casada mientras que Iris... ni siquiera se había enamorado. Tendría que continuar con su búsqueda. – ¿Y acaso no te gusta la oscuridad, pillina? Admítelo, siempre sabemos sacarle partido a la carencia de focos. No solo oculta cualquier imperfección, que ninguna de nosotras tenemos, sino que nos da vía libre para hacer… cualquier cosa que se nos ocurra – Y era por eso por lo que Dinah hablaba del cine y de Ollie, dos de sus pasatiempos más divertidos combinados para hacer una mezcla explosiva.

Cuando la pelirroja se percato de ello, volvió a hacer participe su sonrisa. Omitió, sin embargo, como se sentía Queen cuando firmaba proyectos laborales. A pesar de la importancia de la empresa del esposo de Dinah, lo que menos quería saber o hablar eran de negocios de ese tipo. ¡Si mañana tenía que hacer una entrevista a un sujeto de ese calibre! Oh no, nada de números hoy, salvo que fuesen los precios de los vestidos o el código de la tarjeta de crédito. Esos, en aquel momento, si estaba predispuesta a usarlos. – ¿Espera, que? – Iris volvió a posar sus ojos sobre el móvil, luego en la rubia y nuevamente en el móvil. – Oh vamos, sales divina. – Pero lo peor de todo, es la creía capaz de cumplir su amenaza. Y siendo justos, la rubia sabía judo, la pelirroja no. Tenía las de perder. – Aguafiestas – Y tras ello, volvió a buscar la fotografía. Una vez encontrada entre gran cantidad de fotografías que contenía, le mostro el móvil a Dinah para que ella misma, con sus propios ojos, contemplase como era borrada. No obstante, y por error, el dedo escurridizo de la periodista no le dio a “borrar” sino a “enviar”. Y tras un “ok”, fue enviada al último número de la extensa agenda donde ella hubiera llamado… “Oliver Queen”. Después de todo, había tenido que llamarle a él para contactar con Dinah horas atrás.

Cuando Iris fue consciente de “su error” miro a la rubia. – Mira el lado positivo.. Aunque no te lo compres, pondrás como una moto a Ollie –

-Pues según varias películas de serie B, está llena de marcianos fornidos y verdes-y gracias a aquello me imaginé a Ollie vestido de marciano con su carcaj de Green Arrow. Una imagen ruda para una conversación ruda, supongo-y gracias a eso me imaginé a Ollie vestido de alien de la película Mars Attack-no era cine de serie B, pero la película fue horriblemente horrible-bien, pasaré meido por alto el comentario del móvil por no cogértelo del bolso y tocarlo, pero sólo te diré que tengas cuidado...los móviles son frágiles...-y las Dinah muy hábiles.

Cuando siguió hablando y dijo lo de la noche, hice un movimiento con las manos parecido al que hacen los entrenadores de baloncesto cuando piden tiempo muerto-¡eh!, yo no soy la que mezcla el scrabble con el streap póker y juegos relacionados, además...tampoco soy la que se inventa palabras tipo "genucido" para acabar cuando antes el juego y luego...-crisis de los años 40...sí, ya...
Aunque pensando mejor las cosas...el vestido de antes no fue lo que peor me puse. No quería recordar el pseudo-traje de Zatanna que me puse cuando quise entrar en una pseudo-fiesta de pseudo-criminales con una pseudo-Helena vestida de una pseudo-Question. Es divertido recordar aquella fiesta de villanos intentando conspirar contra Batman. Al final, como casi todas las veces que ando con Helena (aún sigo pensando que es una especie de imán para los problemas junto con Zinda...eh...sí...), me meto en problemas. Sin embargo, con Iris....era ella misma la que se metía en problemas, y lo que pasó a continuación fue uno de ellos-Iris, he visto a borrachos en la televisión mentir mejor que tú, y los borrachos mienten fatal...dame el móvil si no quieres perder ese cacharro con teclas...-dije tendiendo la mano mientras esperaba a que me lo diera...sin embargo, no me lo dio, sino que me lo mostró...y...okay...sí, me hizo cabrear-¡aaaah!, qué graciosa, a Ollie...¿no?...-dije sonriendo...momentáneamente...para disimular...y dios cuánto me costó hacerlo. A continuación le tomé el móvil y revisé bien para borrarla. Me di la vuelta y con un movimiento ágil le quité la tarjeta al móvil. A continuación me desplacé hasta llegar al lado de un cubo de fregar lleno de agua...y fingiendo que se me escurría...lo "lancé" al cubo-ups...te dije que era torpe con las cosas tecnológicas-evidentemente, le iba a comprar otro, pero iba a dejarla pensar que había perdido su móvil...y sus contactos

Iris pronto se vio incorporada, contemplando su perfecta figura reflejada en el espejo. El vestido rojo continuaba sobre su cuerpo, actuando como una segunda capa de piel que se pegaba a ella sin demora. Aquel vestido, sin lugar a dudas, se iría a casa con ella. Le quedaba impresionante, como un guante. Sin embargo, todo tema de conversación, así como la atención de la pelirroja, se vio pronto enfocado en la rubia. Su compañera continuaba indagando el temas bastante divertidos, haciendo que la propia Iris sintiese curiosidad por el doble sentido que podía interpretar. – Marcianos verdes, fornidos y feos. – Dejo caer, aclarando su punto de vista en relación a ello. ¿Es que acaso había algún extraterrestre venido de Marte que pudiera calificarse como atractivo en alguna película? Su respuesta, evidentemente que no. – ¿A Oliver disfrazado de extraterrestre? Tienes demasiada imaginación. No quiero ni pensar que cosas haréis en la cama – Aquel solo pensamiento produjo un escalofrío que recorrió su cuerpo, un repelus que intento disimular volviendo a posar su mirada sobre Dinah. Después de todo, había estado hablándole mientras miraba su reflejo en el espejo.

Mientras escuchaba a su mejor amiga, los orbes de la periodista volvieron a desviarse hacía la diestra. Grandes multitudes de perchas se encontraban por doquier, exponiendo vestidos igual de bellos que el que tenía puesto. Uno en concreto logro llamar su atención, era bastante similar al rojo pero ligeramente más corto y de color esmeralda. “A juego con mis ojos” pensó, pero no lo cogió. El escarlata continuaba pareciéndole mucho mejor. – ¿Y si no eres tú quien piensa en todo eso, quién sino? – Encorvo una ceja, sin creer los argumentos que la rubia le proporcionaba. Los orbes verdes de la joven de Central City volvieron a reflejar a la esposa de Queen. Casi inmediatamente, pensó en el esposo de la misma. ¿Acaso…? – ¡Oh cielos! – Estallo en una ligera carcajada, aunque se vio en la obligación de dejar las risas aún lado cuando varios clientes de la tienda la observaron de mala gana. Intento recuperar la compostura perdida, aunque solo imaginarse a Queen actuando de esa forma se le hacía divertido. Por no decir, ciertamente, curioso. – Tienes suerte de que no sea periodista de la prensa rosa, esa revelación sería la mar de jugosa para las fans del cuarentón más codisado de Star City – Le guiño un ojo, aclarando que se trataba de una broma que no debía de tomarse enserio.

Claro que Dinah nunca se tomaba las bromas como correspondía, y mucho menos los errores. Cuando le arrebato el móvil pronto se percato de lo que ocurriría, más no pudo evitar sentir el triste desenlace de la escena. Iris lo intento, intento arrebatarle el teléfono móvil, pero la rubia era mucho más veloz en cuanto a movimientos. Y su “bebe” finalizo al fondo del cubo de la fregona. Ni siquiera tuvo tiempo para preguntarse qué demonios hacía un cubo de fregona en medio de una tienda de ropa, las facciones de la pelirroja fueron claras: estaba pálida. Tardo unos segundos en llegar a reaccionar. – ¿Pero qué…? – Ni siquiera quería acertarse al cubo, necesitaba seguir pensando que se trataba de un mal sueño. De una pesadilla. Pero no lo era, era tan real como que estaba envestida en un espectacular vestido rojo y había perdido todo en ese teléfono. Volvió la mirada hacía la rubia, echa un basilisco – ¿¡Te has vuelto loca!? – Aposto sus manos a la altura de la cintura – En ese móvil lo tenía todo, Dinah. Soy periodista, tengo contactos y fuentes ¡Por no decir mi propia agenda, el calendario con fechas importantes marcadas, fotografías y videos relevantes, información, y números privados! ¡Son años de trabajo ahí dentro y me has dejado con el culo al aire! –

Había sido un arrebato, a Iris se percato de que también tenía parte de la culpa. Exhalo un suspiro y volvió a dejarse caer en la silla en la que había estado minutos atrás. Eso sí, llevo ambas manos al rostro, ocultando sus facciones. Necesitaba tranquilizarse, no arremeter contra su mejor amiga por un juego… necesitaba pensar.

Este era uno de esos momentos en los que desearía no tener la imaginación que tengo y...según Helena, evitar imaginarme las cosas que me dicen en HD y en 3D. Hice una mueca de disgusto al imaginarme cómo serían los marcianos que dijo Iris-ok, ok...Iris...lo primero: iugh, lo segundo: han intentado ligar conmigo tíos con una mezcla de coeficiente intelectual de un mosquito y un cerebro aún más pequeño en comparación con un cuerpo extremadamente fornido. Lo que se suele llamar ahora un....tordo-cabeza pequeña y...-de todas formas...-sonreí de lado mientras me encogía de hombros-son más anécdotas que contar-sin embargo, no podía contarle todas las que tenía, sólo una décima parte de un millón de miles de anécdotas que me pasan...y tan sólo una pequeña insinuación de lo que realmente son, no iba a contarle que Bane me pidió salir cuando estábamos en una cueva en plena misión...ni tampoco el intento fallido de un pobre sheriff de ligar conmigo estando Helena delante...y con Helena delante los incidentes se disparan un 100%, comprobado-¿cosas?, uh...sólo te diré que tenemos mucha imaginación y que Ollie odia jugar al Scrabble-según él, tendríamos infinidad de palabras con significados absurdos.

Observé a Iris, cruada de brazos y con sólo un ojo, tenía ambos cerrados y sólo entreabrí uno cuando la escuché reirse de aquella forma de manera que la tienda la miraba de una forma extraña. Esbocé una pequeña sonrisa aunque en estos momentos me dio un pequeño escalofrío. Okay...en estos momentos no querría ser telépata, seguro que algunos pensamientos aunque fueran mínimamente perversos de ella, se me meterían en la mente-que conste que yo no dije nada, Iris, tú misma te lo imaginaste...-iba a decir que en los momentos scrabble, cuando claramente iba ganando yo, en la televisión anunciaban un atentado o una paranoia del día del supervillano que nos hacía levantarnos de la cama para combatirlos, pero claramente...no iba a decirle aquello.

Sonreí de lado sintiendo el "dulcearomadelajusticia" al ver el teléfono móvil de Iris en el fondo del cubo lleno de agua. Estaba tranquila pese al nerviosismo de Iris, estos momentos de no saber si todas sus entrevistas estaban en el fondo del cubo eran angustiosos, pero no dejaría que lo pasara peor. Descrucé los brazos y entre mis dedos dejé entrever la tarjeta del móvil-y esos contactos, fuentes, tu propia agenda, el calendario con fechas importantes marcadas, fotografías y videos relevantes, información, y números privados se encontraban en la tarjeta, ¿no?...-mi sonrisa se acentuó cada vez más estrechándole la tarjeta

Aún no creía lo que acababa de ocurrir. No creía que, precisamente aquello, le hubiera pasado a ella. Años y años bromeando con otros periodistas, cuyos accidentes solían ser igual de inocentes, donde perdían toda clase de información. Siempre pensó que a ella nunca le pasaría tal cosa, después de todo no lo guardaba en su ordenador como era habitual. Por experiencia, eran en los pcs donde se solía perder todo con mayor afluencia. Y por eso, es que Iris con el tiempo pasó toda la información a su móvil. ¿Quién iba a sospechar de un estúpido móvil en cuya carcasa salían flores? Nadie en su sano juicio, ni siquiera sus compañeros de trabajo sabían todo lo que ella ahí dentro ocultaba con tanto ahínco. Por lo que todos sabían, era un móvil común y corriente, tan normal que solía abandonarlo sobre la mesa de trabajo cada cuanto en cuanto. Iris lo disimulaba, siempre se le dio bien, por lo que su secreto perduró con los años. No obstante, algo que debería de haber sido un día como otro cualquiera de compras por Star City, hizo que todo aquel trabajo, esfuerzo y dedicación se vinieran abajo cual castillo de naipes.

La periodista permaneció con ambas manos ocultando su rostro, el cual debería de estar pálido en esos momentos. Años de intensa labor fotográfica, de elaboración de contactos y fuentes de diversas índoles, de información que podía hacer caer a gigantes pero cuyo proceso de investigación estaba en curso… ¡Había tanto! Y todo, todo ello, perdido. Y todo, todo ello, por alguien que jamás pensó que le haría algo semejante. Ni siquiera pensaba o recordaba de todo lo que habían hablado aquel día, de todas las bromas que de sus labios salieron. Nada de eso pareció importar ahora a la pelirroja, una cuyas manos comenzaron a temblar y sus pupilas a dilatarse. Su voz, quebradiza, volvió a notarse en el ambiente. Odiaba los silencios por encima de cualquier cosa, y tras las palabras de la rubia llenas de retintín, sería mejor encararla y responderla. Antes de eso, tomo aire y quito sus manos del rostro. – Si Dinah, todo estaba en la tarj… – Sin embargo, las palabras no llegaron a terminar de salir. Sus ojos, más rápidos y ocupados a pesar de lo cristalizados que estaban, fueron más avispados que su lengua.

No.Podía.Ser.Verdad.

– Si no fuese porque eres mi amiga y sería un crimen, ahora mismo te mataría – Reconoció, claramente no lo habría hecho pero… era lo que hubiera deseado hacer en esos momentos. Se tendría que conformar con increpar mentalmente y maldecir a bocajarro. Allí, ante sus ojos, estaba la tarjeta. ¿Es que acaso no podía habérselo dicho antes? ¡Si hasta había estado a punto de llorar! No estuvo tranquila hasta que, alzo la mano en dirección a la tarjeta y la recupero, aferrándola entre sus manos y escondiéndolas con el puño cerrado. El alivió se instauro en ella, no había perdido todo el trabajo y esfuerzo dedicado en aquellos años. ¡Si Dinah supiera todo lo que había dentro! – No vuelvas a bromear con esto, rubia – Fue más una petición que cualquier otra cosa, a pesar de la seriedad de su rostro. Sabía que no sería capaz de ordenarle nada, y menos siendo amiga suya. Escondió y guardo la tarjeta en el interior del bolso, más aún en concreto dentro de una pequeña ranura del mismo. Luego, sus orbes volvieron a la rubia a la par que se incorporaba.

– Me debes anécdotas y un móvil. Pero antes… ¿No deberíamos ir a pagar los vestidos? Llevamos como una hora en los probadores, comenzaran a pensar que estamos robándoles – Menciono finalmente, intentando recuperar la naturalidad de la situación.

Y por cosas como estas no me gustaban los ordenadores...ni las altas tecnologías que hacen que un ser humano se convierta en una especie de cyborg con más cableado en su cuerpo que piel. Babs se burla de ésto, o al menos intenta que no se note demasiado, sin embargo, en las misiones es necesario (y llegué a esta decisión bajo una gran discusión con Babs), llevar al menos un retransmisor en la muñeca o en la oreja (en esta ocasión me dejó elegir y no cuando hackeó mi ordenador para verme a través de la cámara). Sin embargo, las altas tecnologías muchas veces fallan, y cuando se dependen de ellas directamente, también se falla (este es otro motivo por el cual Babs se cabrea conmigo....aparte de que yo sólo con el tacto puedo hacer saltar las alarmas).
Tenía la tarjeta entre mis dedos, enseñándola entre el dedo corazón y el dedo índice, con el brazo que la sostenía ligeramente levantado en un cruce de brazos. Miraba a Iris con una ligera sonrisa, torciéndola de una forma...se puede decir burlona. El susto que se acababa de llevar era digno de un ataque al corazón (el hecho de estar con Helena y con Zinda varias noches de seguido en un bar, merecen algo de crédito en situaciones como estas de bromas pesadas), pero reconozco bien estos momentos en los que te das cuenta de que nada ha pasado...bueno...un poco sí, acaba de perder el móvil, pero no la tarjeta en la que contenía todas las entevistas, documentos, etc-y ésto fue sólo un aviso, al menos no se las mandaste a Supes o a...Luthor, a quienes...seguro que has entrevistado...-hubiera sido muy gracioso...sobre todo si me los encuentro...o si hubiera tenido una reunión al menos con Kal el día siguiente. Seguro que habrían acusado a Ollie de enviar estas fotos...si no fuera porque el mismo Ollie se pondría celoso de haber visto las fotos-alguien se habría enojado mucho contigo...Mary Jane-sonreí ante el apodo
-En en hipotético caso de que lo consiguieras...-señalé las cámaras de la tienda con el dedo-hay cámaras por todas partes y tú no llevas máscara. Te habrían pillado en seguida, hubieras ido a la cárcel...y dudo que allí te dejen hacer entevistas más allá de los guardias de seguridad y las mismas reclusas-seguro que se le quitaron las ganas al saber ésto...o no. Le entregué la tarjeta y tomé el vestido de antes, el de color azul-y no lo volveré a hacer, pero en el caso de que Ollie se hubiera dejado el móvil en casa...o que aún no haya visto la foto, me ayudarás a recuperarlo...-sonreí de lado encogiéndome de hombros-vamos, hoy invito yo-dije sacando la tarjeta de crédito de la chaqueta

Habiendo decidido que irían a pagar, entró antes al cambiador. Allí, volvió a colocarse la ropa con la que había llegado a aquella boutique, una tarea con la que no tardaría más que unos minutos apenas. Posteriormente, asegurándose antes de que sus cabellos estaban adecuadamente arreglados, salió. Allí volvió a encontrarse con Dinah, quien no tardo en demasía de volver al tema anterior. Al menos, con la variación de las risas y bromas. La pelirroja decidió tomárselo de aquella forma, después no había perdido nada. El móvil, tal vez, pero se lo pagaría y lo más importante, la tarjeta, estaba a buen recaudo en el interior de su bolso. – ¿Super o Luthor? – Encorvo una ceja, inmensamente divertida. La sonrisa de sus labios fue cuanto menos sarcástica y ladina. – Dinah, que los haya entrevistado en alguna ocasión, no quiere decir que tenga sus números personales en mi móvil. ¿Crees acaso que Superman me lo habría dado? No creo que le caiga demasiado bien los medios. No cuando, algunos, le tachan de “hombre con pañales” – Se encogió de hombros, no era partidaria de ese grupo pero… quien sabe que clase de persona llevaba la capa roja. Tomando el traje que había decidido comprarse, aquel hermoso vestido rojo que tan bien le quedaba y que minutos atrás llevaba puesto, miro a la rubia.

Al parecer, se quedarían hablando unos minutos más en aquel lugar. Ignoro el apodo que le había dado, Mary Jane, pues no supo comprender en sus inicios a que se refería. Sinceramente, pareció no pillarla. Se enfoco entonces en lo siguiente a ser mencionado, aquello vinculado con las cámaras de seguridad que había a su alrededor. – Cielos, Dinah, hablaba de forma bromista y aquello que pensaría el propietario del local de saber que dos mujeres llevan una hora en los probadores sin saber. No es que fuese a cometer un crimen – ¿Acaso la veía capas de eso? ¡Oh vamos, no era ni capaz de aplastar una cucaracha cuando la veía y eso que le daban asco! Suspiro suavemente antes de proseguir con la conversación, al menos con lo último que parecía mencionarse. Aquello relacionado con la foto enviada a Oliver por accidente. – ¿Pero porque? Es decir, es tu marido. ¿Qué más da que te vea en un traje azul? Seguro que te ha visto con prendas más ligeras – O sin ellas también. Claro que eso no lo dijo, pero se daba a entender por la lógica de su argumento.

Aún así, la siguió por fin a las afueras del probador. – No es necesario rubia – Añadió, rechazando el ofrecimiento de la misma. Comenzó a buscar su propia tarjeta, la de crédito en este caso, desde el interior de su cartera del bolso. Por lo demás, habría que empezar a pensar en la siguiente parada que harían ambas. Después de todo… ¿Qué clase de día de chicas podría ser ese si no lo disfrutaban a tope?

Seguí a Iris hacia el cambiador sosteniendo los vestidos que me iba a comprar. Al principio me apoyé en la pared, al lado de los cambiadores pero luego vi otro vestido de color verde con flecos que parecían lanzas de flechas. En realidad era un picardías. Me mordí el labio inferior con fuerza mientras torcí una pequeña sonrisa pícara. Esto probablemente no lo iba a entender Iris, pero Ollie sí...si pudiera decírselo a Iris, lo único que puedo hacer es decirle que el color favorito de Ollie es el verde...y ya es decir mucho. Cuando sale del cambiador, metí el vestido entre el que tenía en el brazo y me fui a reunir con Iris como si no hubiera pasado nada-hombre...Supes es más gentleman que Luthor...de Luthor sí que me habría extrañado mucho más-tanto que incluso podría haber pensado que algo se traía en sus manos. Normalmente según él "el resto de los mortales somos inferiores a sus conocimientos". Algunas veces me hace pensar que se quedó calvo de tanto rebanarse la cabeza con aquellos argumentos que se encontraban fuera de la lógica-de todas formas, tienes que contarme cómo es Supes...de personalidad y eso-sonreí por dentro. Este material era valiosísimo cuando le viera después, tema...de conversación tendríamos sin ninguna duda-¿hombre con pañales?...oook...sabes que ahora me tienes que responder una pregunta...¿realmente lleva pañales?-y esta información lo era aún más valiosa

-Lo que sí es cierto es que el cubo de fregar del propietario de la tienda se ha llevado por delante un móvil de...¿cuánto?...-¡oh!, sí que invitaría yo, pero de todas formas quería saber cuánto dinero se me ha "escurrido" de las manos y ha caído "accidentalmente" en el cubo de fregar-creo que el cubo olía a limón...-móvil estropeado pero con una fragancia a limón...al menos serviría como ambientador. Miré a Iris con una sonrisa pícara al decir lo de Ollie...relacionado con mi ropa interior. Sin poder evitarlo, saqué el picardías de entre la ropa escogida-o sin ella...y menos que va a ver con ésto...conste que lo saqué porque sé que no tienes móvil, y si tienes cámara de fotos pienso hacer lo mismo que con tu móvil...y sin sacarle la tarjeta de memoria...-de todas formas...al menos no podría mandárselas instantáneamente a Ollie-pero digamos que...cuando Ollie se pone Queen...le gusta hacerlo en lugares extraños-sólo lo insinué...que ella sacara las conclusiones-Iris, te acabo de romper el móvil, te amenacé con la cámara y pienso hacer lo mismo con la tarjeta de crédito...déjame que te pague el vestido...al menos

Anduvieron, se alejaron de los vestidores donde habían estado gran parte del tiempo. Se dirigieron, como era costumbre y común, hacía el dependiente de la tienda para que las atendiera. Pudo contemplar que había cierta cola, cuatro mujeres delante de ambas. Habría que esperar, hacer tiempo mientras se despejaba la zona. La conversación, aquella tan curiosa como variopinta, sería una buena distracción momentánea. Soltó una ligera risita cuando califico a Superman de “gentleman”, ella habría asignado ese calificativo para alguien mejor, pero no dijo nada al respecto. – ¿Qué te cuente cosas de Superman? – Encorvo una ceja – Creo que te confundes de medios. Yo soy más de los Flash, si quieres saber de Super tendrás que acudir a Lois Lane – Añadió posteriormente, aunque no pudo ignorar su última pregunta, acentuando la risa anterior. – Espero que no, pero hay que admitir que hay trajes mucho mejores… o con mejores vistas que dar rienda suelta a la imaginación. –

Nuevamente volvió a pensar en Flash, el de Central City al menos. Con su traje llamativo rojo con el rayo amarillo estampado en el pecho. Iris le había visto tantas ocasiones, le había salvado la vida otras tantas y alguna que otra entrevista… ¡Oh vamos, era del que más sabía! Y podía confirmar algo evidente: aquel traje le marcaba un buen trasero. Pero no se lo diría a Dinah. No cuando no dejaba de recordarle lo ocurrido con el móvil. La observo de mala gana, dejando de buscar la tarjeta del interior de su bolso. – ¿Ollie se pone Queen? Ultimamente haces unos chistes muy malos, tendré que presentarte a un amigo de Central, él te enseñaría lo que es el humor de verdad. – Nuevos pensamientos se sumaron y entremezclaron en su cabeza. No solo lo ocurrido con el móvil, no solo imaginarse de lo que podría hablar la rubia… sino en el recién nombrado amigo y compañero. Hacía mucho que no hablaba con él, tendría que llamarle un día de estos.

Se le extrañaba. – Esta bien, tu pagas. Pero dejaré que lo hagas solamente porque temo por la integridad física de mis objetos… y porque estoy de luto por mi móvil. –

Alcé una ceja aún más interesada cuando dijo lo de Flash. Barry Allen me debía un par de explicaciones y aún más Wally...y puede que la información que me diera ahora me sirviera para mucho...aunque puede que ya la supiera...o yo supiera mucha más información que ella (que en parte la sabía)-¿los Flashes?...te apuesto a que no puedes contarme todo lo que sabes de todos ellos antes de que nos toque en la caja registradora-dije como un método para que se picara y me lo contara todo, ya que nos daba tiempo de sobra...más cuando una de las mujeres que se encontraban delante de nosotras estaba teniendo problemas con la alarma de la camiseta, ya que sonaba como si no la hubiera cobrado-aunque también puedes contarme sobre Green Arrow...o Black Canary...¿o esos también pertenecen a otros periodistas?-dije a modo de broma, pero en parte me interesaba saber qué se decía de nosotros en el ámbito periodístico...bien fuera por los logros...bien fuera por sospechas de identidades secretas-los trajes de los héroes suelen ser muy llamativos...hasta tal punto de no tener necesidad de usar los rayos X para verlo...todo, pero se compensa con el traje de las villanas...Killer Frost o Circe directamente enseñan todo...y luego me dicen a mí que voy muy...provocativa. Yo digo que voy lo justo para insinuar...y dejar mucho a la imaginación.

Como tampoco los juegos extraños de Ollie daban demasiada rienda suelta a la imaginación. Cuando Iris dijo aquello, rodé los ojos y miré hacia otro lado como si no quisera decirle las cosas que hacíamos Ollie y yo cuando Ollie se pone Queen-¿chiste malo?, si conocieras lo que hacemos...realmente cobraría sentido...-me llevé una mano a la boca para evitar que yo misma dijera algo de lo que me pueda arrepentir luego...pero finalmente, levanté el dedo meñique y dije-en la cocina...-sonreí de forma pícara. Cuando dijo lo de su "amigo de Central" no pude pensar en nadie más que en Barry...y los chistes que hacía Barry eran horribles...más aún cuando se juntaba con Hal o con Ollie...eran un trío casi imparable. Sonreí victoriosa y saqué la tarjeta de crédito. Quedaban ya dos personas antes de nosotras con lo que aún teníamos tiempo-¡oh, sí!, guardemos un...minuto de silencio en memoria de tu móvil...

Era curioso, pero desde que lo había nombrado anteriormente, no conseguía sacárselo de la cabeza. Aquella era la peculiaridad del susodicho, entraba por el corazón y se mantenía en él aun sin estar presente. Inconscientemente, ocupada en esos pensamientos, sonrió. Aquella distracción le costaría caro tarde o temprano, en aquel momento intentando ubicarse ahora en la conversación con la rubia. Hizo intentos de evitar aquellos pensamientos, haciéndolos a un lado, a la par que observaba a Dinah con curiosidad. – ¿Qué? – Su mente proceso, unos segundos más tarde, aquellas preguntas y palabras lanzadas por su acompañante, permitiéndole a la pelirroja a retomar la conversación sin sufrir bajas. – Entrevisto a los Flashes pero me temo que no soy tan veloz como ellos – Inquirió, dando a entender que sería imposible contarle todo lo que sabía, que no era poco, sobre ambos en tan solo unos minutos. Minutos en los que, las dos mujeres que estaban delante de ambas, serían despachadas. – ¿Green Arrow y Black Canary? – Encorvo una ceja, la curiosidad se mantuvo a flote.

Era algo llamativo y teniendo en cuenta las circunstancias, la propia Dinah debería saber de ellos casi tanto como Iris. Después de todo, eran los “vigilantes” de su ciudad. – ¿Por qué me preguntas por ellos dos? Pero no, tranquila, ambos están libres de la persecución de una periodista concreta. Curiosamente solo Superman, Batman y Flash tienen ese “acoso”. – Pensó sobre ello durante unos breves segundos. Tantos héroes sueltos y tan poco periodistas que consiguieran aproximarse a ellos, mucho menos uno en concreto para un héroe. Estos parecían no poseer buenas maneras con la prensa, salvo Superman que se aproximaba a Lois Lane, Batman que era perseguido constantemente – pero de hecho, no recordaba ninguna entrevista suya – por Vicky Vale o Flash por ella misma. Se encogió de hombros al percatarse de que había vuelto a cometer el error anterior.

Asintió cuando ella menciono los trajes de aquellas mujeres, aunque le costó lo suyo recordar el gran repertorio de las mismas. Había tantas como heroínas, ciertamente sus trajes distaban mucho de lo que era llamado comodidad o sentido de la vergüenza. – O Star Sapphire – Puntuó, está tampoco llevaba algo tapado. – Las heroínas tampoco se libran – Pensó en alguna en concreto para puntualizar como ejemplo – Wonder Woman parece que haya firmado un contrato con el gobierno de los Estados Unidos para hacerles patrocinio. ¿Azul, blanco, rojo y estrellas? Oh vamos, patriota total – Hizo una breve pausa antes de continuar con cualquier otro ejemplo que pudiese usar de referencia – Y Black Canary… Parece que haya salido de una sesión de sadomaso – Finalizo así, aun pudiendo decir muchos más tanto de chicas como de chicos, de héroes y villanos. El tema de conversación sobre Dinah y Ollie fue mucho más interesante ahora.

– ¿En la cocina? – No sabía si estallar en una carcajada o expresar el horror. Lo peor de todo, es que no la sorprendía. No conociendo a la rubia. – No podre volver a pisar la cocina de tu casa sin tener esa imagen en mi cabeza. ¡Qué higiénico! –

Alcé una ceja ante su respuesta ¿tanto sabía sobre ellos?-Iris West...eres una buena periodista, ¿por qué no alargamos y me cuentas todo lo que sabes de ellos en el tiempo que hacemos más compras?....-iba a seguir hablando, pero un terrible rugido en mi estómago me interrumpió. Genial...creo que oficialmente soy la tragona de la JLA, siempre que salgo con alguna amiga, sea heroína o civil, siempre termino mostrando mi enorme apetito y gusto por las toneladas de helado-ups...hum...¿qué te parece mientras comemos en un restaurante?, he escuchado que el restaurante que se encuentra justo debajo de esta tienda es muy bueno...es un bufet libre, 5 dólares y puedes comer hasta reventar...-si Babs estuviera aquí se creería literalmente lo de comer hasta reventar. Lo que dijo a continuación hizo que una parte de mí suspirase aliviada. Sí que sabía que el único acoso que teníamos ambos era por parte de Ollie y por sus millones, y no era un gran...gran acoso. Por parte de nuestras identidades secretas no sufríamos ningún tipo de acoso que nosotros supiéramos, pero siempre podía haber alguien escondido que pasara información a otros periodistas...y tener a una amiga periodista aunque supiera una mitad de la vida que teníamos es una ventaja muy grande-no lo sé, la verdad-me encogí de hombros-son los primeros que se me han venido a la cabeza, supongo que por ser los héroes del lugar donde vivo y un poco de Gotham-sonreí pícaramente por lo que iba a decir a continuación-aunque...si es por atractivo físico...Green Arrow es muy atractivo...parece que es algo mayor por la barba...pero...está muy musculado...es un madurito que se cuida...tiene experiencia...-si Ollie estuviera a mi lado ni siquiera podría ocultar la enorme sonrisa de su típico ego flechil, por eso he de aprovechar que no está cerca.

Sin embargo, al mismo tiempo puedo saber qué es lo que opina sobre los héroes...sin saber que soy uno de ellos. Seguramente si supiera que soy Black Canary, todo lo que me está contando ahora lo endulzaría en una forma de halago...o no...es Iris...es periodista, algunos de ellos dan miedo por su enorme sinceridad...y vaya que si la estaba mostrando-hombre, el traje de Wonder Woman está bastante bien, no es el de Circe...-si Diana se enterase...probablemente mantendría una pequeña disputa agradable con Iris para explicarle que eso es completamente mentira, aunque me hizo algo de gracia ver cómo se soltaba...lo que no me gustó demasiado fue lo que dijo a continuación...auch, eso dolió mucho...-mmmm ¿ves?, el traje de Black Canary me gusta más, denota que ella tiene fuerza de voluntad, que le da igual lo que piensen los demás...y...me gustan sus medias...-okay...esta es una de las situaciones más raras en las que me he visto...hablando de mí defendiéndome y que esa otra persona no supiera que me estoy defendiendo. Afortunadamente me salvó el que ya nos tocaba pagar en la caja. Le entregué mis vestidos y esperé a que Iris los entregara para pasar la tarjeta-¡Iris!, limpié bien a fondo la cocina después de...bueno...de descubrir sus lugares...

– ¿Y ahora que te ha dado por los Flash? – Pregunto, alzando ligeramente una ceja. No parecía molesta ante sus preguntas, pero si incomoda y protectora. Se había vinculado de forma semi directa con ambos hombres más rápidos del mundo, no solo porque los entrevistaba cada vez que se le daba la oportunidad sino también por las muchas veces que su vida había salvada a mano de ambos. Se sentía “en deuda” con ellos. Salvaguardar la información que poseía, que no siempre publicaba pues mucha de la misma era sacada de conversaciones privadas, era algo que Iris hacía constantemente. Sabía mucho más de lo que sacaba a la luz en los medios, reservándose información adicional para sí misma. No desconfiaba pues de la rubia, pero tampoco contaría todo aquello que conocía. No era estúpida, podían haber ojos y oídos en todas partes. Inclusive, en una tienda de moda femenina en Coast City. Le entrego su vestido para dar por finalizada la compra, mientras descendió el volumen de su voz y continuó hablando.

Afortunadamente, el tema semi variaba a ser prácticamente el que cualquier otra mujer podría traer consigo. – Lo cierto es que tengo hambre, llevamos horas de compras y eso agota a cualquiera – Reconoció, asintiendo con suavidad ante su sugerencia, conforme con la misma. Mientras esperaba pacientemente a que todo se diera por concluido, no pudo evitar sonreír de medio lado ante sus palabras. – Cómo Ollie se entere … - Y a pesar de ello, la broma continuó hacía delante, reanudada por ella misma – Aunque si te gustan las barbas de chivos… es normal que te ames a Ollie, él mismo tiene una exactamente igual a la de Green Arrow. Debe ser un ferviente admirador del arquero o… ¿La lleva porque tu se lo pediste? – Sugerente, alzo la ceja no sin antes desprenderse de una suave carcajada. Una que fue acallada por su propia mano en los labios carmesí. En relación a los trajes de las heroínas, la pelirroja se encogió de hombros y separo su mano de la boca – Medias que deben de rompérsele muy a menudo, ¿No sería más cómodo llevar otro tipo de trajes? Pero en fin, si ella puede moverse a gusto, ¿Quién soy yo para sugerir nada? – Suavizo la ceja y simplemente negó con la cabeza, en claro gesto de “no tienes remedio”. No pensaba, jamás de los jamases, volver a pisar la cocina de Dinah y Oliver.

Cuando el pago del vestido fue realizado, fueron colocados en sus respectivas bolsas y entregados a las jóvenes. Ahora sí, podrían abandonar el establecimiento y continuar con su día de chicas.

Sí, sin duda hoy Dinah Lance estaba siendo alguien realmente poco discreta...o bueno, yo lo llamaría..."alguien con un alto nivel de curiosidad respecto a los héroes". Iris se calló, y eso no lo pasé desapercibido. No quería hablar demasiado de ese tema...como si estuviera siendo...muy protectora, probablemente por si sé más información de la que debería saber...y si de repente me da un ataque de "perioditis" y se lo cuento a todos los magazines que me ofrezcan una rica cantidad de dinero-conste que no se lo iba a chivar a ninguna revista...sólo es curiosidad...de saber lo que no sale en los magazines...-y también de saber lo que no sé...si es que le cuenta algo más, de lo que no logro sonsacarle detrás de una reunión de la JLA. Sin embargo...no hay nada que no logre sonsacarle cuando comamos...estrategias de canario. Sonreí ante eso.

-¡Uh!, como Ollie se entere, cierta chica no va a poder salir de la cama durante una buena temporada...y sabes a lo que me refiero...sus castigos son...demostrativos de que él es mejor que ese justiciero y me lo demostrará sí o sí...-con doble sentido...ya que...como él es Green Arrow...el que yo dijera ésto le aumentará cada vez más el ego...y si eso aumenta...aumentará más la recompensa y las ganas de...-¡oh, sí!, lo tiene como...si fuera un ídolo...digamos que...le admira mucho-y no miento...una de las cualidades de Ollie es admirarse tanto a sí mismo...que parece que es otra persona que admira muco a Green Arrow-te juro que si sacaran una serie de ese justiciero...Ollie se vería todos los capítulos...y cinco veces cada uno...-sin exagerar...claro.
Lo que sí me molestó más fue lo del traje de Black Canary...sí, las medias se me rompían cada dos por tres, pero...mi madre las llevaba...admiro a mi madre...y no pienso cambiar el traje por nada del mundo. Dejé ese tema para centrarme en las bolsas. Ya colocaron los vestidos en ellas y nos dispusimos a dejar la tienda-¡bueno!, entonces...¿comida y flasheado?...-dije bromeando

Iris continuo con su propio formato, aquel en el que mantenía los labios sellados para cualquier cosa que supiera. Ella los entrevistaba, de vez en cuando estos les proporcionaban algunos detalles con la petición de que no fuesen revelados. Algo como, ella denominaba, “añadidos para el entendimiento”. No revelaría nada, se lo debía. Su boca se mantuvo cerrada aún incluso cuando Dinah le dijo que solo se trataba de curiosidad. Recogió las bolsas y emprendió rumbo hacia la salida del establecimiento, acompañada de la rubia que continuaba hablando. Esta vez, sobre Green Arrow y Oliver Queen. Aquello suavizo las facciones de la pelirroja y volvió a relajarla, se noto con claridad – Oh cielos, si fuese capaz de ver todos los capítulos tantas veces… no quiero ni pensar si sacan una película. – Comento, continuándole aquella broma que se había sacado de la chistera. Era curioso, ni siquiera llego a imaginarlo, que Oliver sintiese algún tipo de admiración hacía Arrow. De hecho, quizás Iris tenía un concepto sobre Queen demasiado superficial, sopesando que multimillonario admiraba a alguien más que no fuese su propio reflejo.

Anduvieron por los pasillos del centro comercial, perdiéndose sus ojos en los muchos escaparates que las rodeaban. Tantas tiendas, tan poco tiempo… Era un delito casi tan grande como la insistencia de la rubia. Poso su mirada sobre ella, alzando una ceja ante su última pregunta. Aún así, se las ingenio para señalar al primer restaurante que encontró – Comida, luego compras. –

Realmente no me quería ni imaginar si sacaran una película inspirada en Green Arrow…y por suerte, Ollie no tiene tanta fama ni es tan mediático como lo puede llegar a ser Superman…o Flash…(cualquier Flash), o Wonder Woman. Por su bien (para evitar algún tipo de infarto o problema cardíaco) y, sinceramente, por el mío (no sé si cabría en casa, su ego ocuparía demasiado espacio y yo me tendría que ir a mi departamento) no me lo quería ni imaginar…mierda, me lo acabo de imaginar-Iris…ni se te ocurra volver a mencionar lo de la película…ni enviarle un sms o algo así, este es capaz de utilizar sus influencias para convencer a algún chalado de Hollywood y que haga una película, de Green Arrow, probablemente protagonizada por él-pero por suerte, no lo haría…debido a su ego. Probablemente si se lo mencionaran diría: “no me hace falta convencer a nadie para que vieran lo bueno y las posibilidades para hacer una película muy buena con Green Arrow”. Por suerte no le mencionaría a las miles de adolescentes que se forrarían sus carpetas con su cara…oh, eso sí que no.
Caminamos por el centro comercial con la intención de ir primero a comer (aunque siempre gastaba las típicas bromas de mal gusto como ir antes de compras, reventarles a andar, y luego comer. Eso a Babs le molestaba aún más que hablara sobre su Dickey-key, o sobre el momento ducha/encontronazo inesperado que tuvimos los dos…aquel toallazo que me dio Babs me dolió más de lo debido a pesar de que era una broma. Finalmente vimos un restaurante y sin pensármelo dos veces, entré en él-hmmm espero que tengan una buena ensalada y muchas patatas fritas…-murmuré

El centro comercial estaba repleto de personas, aquello curiosamente la sorprendía. ¿De verdad hacía tiempo que no salía por ahí? Se sentía abrumada e incluso alarmada con esa posibilidad. Se ahogaba en el trabajo y en su propia ciudad, necesitaba salir y ver mundo otra vez. Se lo planteo, mientras el tiempo corría y el silencio se expandía entre ambas, la posibilidad de volver a su estilo de vida anterior a sus ataduras en el Picture News. Ir con una mochila a cuestas, su cámara fotográfica colgada al cuello… Lo extrañaba, por supuesto, vivir un poco sus propias aventuras y sentir la adrenalina por cada poro de su cuerpo, coger aire y divertirse a la par que hacía lo mejor que sabía hacer. Aún así, a pesar de que aquello crecía en su interior, algo continuaba atándola a Central City. Algo… que no era precisamente el mero hecho de haber firmado un contrato y una hipotética. No supo el que y la advertencia de Dinah la hizo despertar de su burbuja.

La observo desconcertada durante unos instantes, ligeramente confusa por la percepción de sus facciones. No tardo muchos minutos, sin embargo, en comprender a que venían esas palabras. A recuperar el tiempo perdido y la conversación anterior, desvanecida en su cabeza. – Sería divertido, admítelo – Sonrió, colocándose un mechón de sus cabellos detrás de la oreja. Sus pasos continuaron adentrándose en la jungla que era el centro comercial, choco contra un hombre allí parado que ni siquiera se molesto en disculparse por ello. Ella lo hizo, a modo de susurro y añadiendo su sonrisa, más el sujeto solamente gruño de mala gana y se perdió entre el tumulto. La pelirroja no le dio importancia, encogiéndose de hombros mientras reanudaba la charla – ¿Contrataría a Arrow para protagonizar la película o crees que la haría él mismo? Sería algo a tener en cuenta que consiguiera convencer al arquero. ¿Te imaginas las negociaciones? – Bromeo como antaño lo hubo hecho.

Aún así, estaba distraída, retraída… Por lo que, a sus palabras finales, se limito a asentir conforme con lo que ella también había mencionado que podría pedir. – Y café, necesito café –

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