Pidiendo ayuda (Bruce Wayne)

El momento que tanto había temido y que había intentando retrasar lo máximo posible había llegado: no había logrado dar con Catwoman por mi cuenta, y el tiempo corría en nuestra contra porque nunca se sabía lo que esa mujer haría a continuación, así que era hora de que le contase todo a Bruce y pidiese ayuda a Batman para recobrar los planos. Estaba frustrada conmigo misma, por haber permitido que aquella gata jugase conmigo a su antojo y se burlase de mi situación, por no haber sido capaz de detenerla a tiempo y tener que dar un paso atrás y permitir que Batman se hiciese cargo de la situación. Desde que había vuelto a la vida disfrazada, no podía librarme de la sensación de que yo no era la misma de antes, de que me faltaba algo: aún no había recuperado del todo mi confianza, mi memoria muscular aún se estaba recobrando...aún estaba tanteando el terreno y tratando de encontrar donde apoyar mis pies. Tal vez se debía a que todavía no entendía del todo por qué podía volver a caminar, por qué se me había concedido aquella segunda oportunidad cuando a tanta gente buena se le había negado; quizás sentía que no me lo merecía, que mi lugar estaba en aquella prisión con ruedas que había sido mi silla durante dos largos años. Me habían dicho que eso se llamaba la culpa del superviviente, que se me pasaría, pero yo no estaba tan segura: cierto era que había mejorado bastante tras el enfrentamiento con Mirror, que ya no tenía aquellas pesadillas, pero una parte de mí seguía preguntándose si no había vuelto demasiado pronto al trabajo, si no me estaba forzando demasiado. El propio Dick durante aquel periodo me había dicho que tanto él como Bruce estaban preocupados por mí.

Ese era otro de los motivos por los que había tratado de retrasar aquella visita el máximo tiempo posible: aquella sería la primera vez que viese a Bruce desde que había recuperado la movilidad. No quería su piedad ni su preocupación ni nada; no quería que me sobreprotegiesen, no lo había querido durante la parálisis y no lo quería ahora...pero debía a Bruce mucho, y al menos le debía aquella visita para agradecerle todo lo que había hecho por mí. Así que allí estaba, de pie en el enorme recibidor de la Mansión Wayne, aguardando a que Alfred le comunicase mi llegada a mi mentor y mecenas.

Respira, Babs, me dije a mí misma.

Habia pasado el tiempo y recordaba aquel dia en el que Barbara tuvo ese encuentro fatal con el Joker. Me sentia culpable de ello, ya que no solo habia puesto en peligro su vida, sino tambien la de su tio y amigo mio, el comisario James Gordon. Yo queria ser ese simbolo que la gente necesita, enseñarles que no todo estaba perdido, que aunque el mal parezca mas fuerte, yo siempre estare ahi para mostrarles que no deben temer nada. Ganaba las batallas, pero las guerras seguian.

Despues de esa noche, trate de no ser mas el vigilante de Gotham. Se lo que puede pasarme en el futuro, tal vez algun dia termine cayendo en manos del Joker o de Dos Caras, soy consciente de ello, pero no me perdonaria poner en peligro a las personas que quiero. Temi por Barbara y, aunque ella siempre fue orgullosa, no me importo dar parte de mi fortuna para que se recuperase. Me sentia culpable, no podia simplemente dejarlo correr. La gente aun necesita a Batman, aunque tengan que temerle.

Alfred me aviso de que tenia una visita, le iba a contestar que mintiera y dijera que no estaba, pues no me apetecia tener que fingir ahora, pero, cuando me dijo el nombre de Barbara Gordon, me levante del sillon y de inmediato baje a recibirla.

-Esta si es una agradable sorpresa - dije, sonriendo.

Paseé lentamente de un lado al otro del recibidor mientras aguardaba el regreso de Alfred, con o sin Bruce. Quizás presentarme así de la nada, sin llamar antes para avisar de que iba a ir a verle, no había sido la mejor de las ideas: Bruce era un hombre ocupado, debido a su identidad secreta como Batman se veía obligado a mantener una tapadera como el multimillonario mecenas de la ciudad y playboy empedernido Bruce Wayne, y no siempre estaba en la Mansión por las tardes o por el día. Si me había pasado todo el día preocupándome en vano por la visita porque él no estaba o no se encontraba disponible para atenderme...

La voz de Bruce a mis espaldas interrumpió aquel curso de mis pensamientos, y durante unos segundos mi mente se quedó completamente en blanco, como un ordenador reiniciándose por completo. Sentía un vacío en el estómago y me di cuenta de que había dejado de respirar por uno segundos. Vamos, Babs, no seas infantil.

-¡Bruce! -sonreí, dándome la vuelta.- Siento haberme presentado así, sin avisar...No te he interrumpido nada, ¿no? Si te interrumpo podría volver en otro momento o...

Me obligué a mí misma a dejar de hablar y respiré hondo.

-Lo siento, no sé qué me pasa hoy -me disculpé.

Siempre he admirado la valentia de Barbara. La mayoria de las chicas de su edad pensaria solo en chicos, moda o en divertirse con sus amigos, pero ella es completamente distinta. Su tio, James Gordon, deseaba que fuera una adolescente comun, pero ella salio muy valiente, con la misma filosofia sobre la justicia que el. Antes de convertirse en mi alumna, a veces ayudaba a su tio a con algunos casos, ambos son de las pocas personas a las que puedo confiar mi identidad. Era dificil ocultarle a Gordon que su sobrina es una vigilante de Gotham.

Me alegraba verla caminar de nuevo. Aquellos dias en los que estuvo lisiada me culpe a mi mismo de ello. Yo tenia que haberla protegido mejor, si algo le sucedia era mi responsabilidad. Aunque ella era terca como su tio, a pesar de lo sucedido, aun tiene el deseo de cambiar Gotham, de enseñarle la llama de la esperanza a la gente, y de que su tio se sienta orgulloso de ella.

La vi un poco nerviosa, y eso no era normal en ella, ya que siempre solia estar de buen humor. La abrace y note que algo no estaba bien. La mire a los ojos, pues se que no podia mentirme.

-¿Pasa algo, Barbara? No tienes de que preocuparte, para ti nunca estoy ocupado- Le sonrei, esperando su respuesta -Solo ten calma y cuentame que ha pasado, ya sabes que puedes contar conmigo para lo que sea. Me alegra tanto ver que puedes caminar de nuevo... Siempre estuve muy pendiente de tus avances. Dime que te preocupa.

Abracé a Bruce y respiré hondo, tratando de calmarme. Me preguntaba qué iba a decir cuando le explicase lo sucedido la noche anterior con Catwoman y Dos Caras, temía que se fuese a enfadar o se fuese a sentir decepcionado, aunque sabía bien que su mente no funcionaba como la de los demás; por eso, su visita había sido la que más había temido la noche que me quedé paralizada, tras aquella terrible operación. Había pasado la mitad de la noche en vela, sabiendo que él vendría y temiendo lo que fuese a decirme, pensando que me recriminaría, que me diría que él me había enseñado mejor, que cómo había permitido que eso sucediese...pero no hizo nada de eso. Tomó mi mano en silencio y se quedó allí conmigo, sosteniendo mi mano entre las suyas y dándome su apoyo sin decir nada, hasta que me quedé dormida.

Recordar todo esto me hizo darme cuenta de lo absurdo de mi comportamiento y de mis nervios: él era mi mentor, mi protector, siempre lo había sido y siempre lo sería; yo le debía mi lealtad, mi respeto...y mi cariño. Sabía que, a su manera, se preocupaba por mí y por todos, que haría lo que fuese necesario para protegernos, aun cuando no quisiésemos ser protegidos. Di un paso atrás para separarme de él, y cuando le miré a los ojos sonreí nuevamente, otra vez la Barbara de siempre.

-Gracias Bruce -murmuré.- Lo siento, llevo unos días muy raros...Siento no haber venido a verte antes, han sido demasiadas cosas...Richard me dijo que estabais preocupados por mi con todo el asunto de Mirror, debería haber venido a verte entonces, pero no me sentía preparada para esa conversación -suspiré.- Bruce...he venido a verte porque quería verte, pero también porque necesito tu ayuda.

Encontraba a una Barbara nerviosa, algo nada comun. Yo la conocia perfectamente y eran raras las ocasiones en las que se encontraba nerviosa. Si algo malo habia vuelto a pasarla, me preocuparia de nuevo. No podria regañarla.
Siempre seguia mis ordenes y juntos nos hemos llevado a muchos villanos a Arkham, pero esta tarde la sentia mas alterada de lo normal, ni siquiera el primer dia que trabajamos juntos la habia visto asi. La tome de la mano y, sin decirle nada con palabras, con una mirada intente decirle todo, que todo estaba bien, que aqui estaria siempre para ella.

-Te repito, Barbara, que para ti siempre estare disponible. No hay nada mas importante que tu.

Es la hija de un gran amigo, no dejare que nada le vuelva a pasar, y esta vez pienso cumplir mi promesa. Sin errores. Por eso, cuando escuche que necesitaba mi ayuda, me puse alerta.

-¿Ayuda? ¿Que ha sucedido, Barbara? ¿El Joker volvio a torturarte? Puedes contar con mi ayuda, siempre estare ayudandote. No te averguences de pedirla, jamas te negaria nada.

Apreté cariñosamente su mano, sonriendo agradecida. Bruce y yo no siempre nos habíamos llevado bien, al menos no al principio: él no quería otro compañero, y yo no quería ser otra compañera, pero con el paso del tiempo fuimos aprendiendo a colaborar y a llevarnos bien, lentamente me fui ganando su respeto y un lugar en su corazón y en su vida, al igual que él en los míos. Sabía que cuando el Joker me atacó le había afectado mucho, y ahora que estaba caminando de nuevo temía que en su afán por protegerme y evitar que algo malo me pasase, terminase él ocupando mi lugar. Le quería mucho, sí, pero no quería que me envolviesen en algodones y me tratase como una muñequita de cristal: yo no quería piedad, ni condescendencia, ni nada que se le pareciese, ni lo había querido antes tampoco; era una mujer independiente y fuerte, y luchaba mis propias batallas.

Por eso me fastidiaba tanto tener que pedirle ayuda con aquello.

-Muchas gracias, Bruce -sonreí, pero acto seguido fruncí el ceño al ver por dónde discurrían sus pensamientos.- ¿Qué? No, no te preocupes, no tiene nada que ver con el Joker, no le he visto desde que...pasó, ya sabes -le tranquilicé.- No, vengo por otro motivo. Anoche, durante una patrulla desucbrí que estaban robando en un edificio gubernamental, donde guardaban unos papeles importantes -expliqué.- Cuando intervine, descubrí que eran Catwoman y Dos Caras, que estaban colaborando para robar los planos de un arma o algo así; Supergirl me ayudó con ellos, pero no conseguimos evitar que Dos Caras se hiciese con los papeles con ayuda de Catwoman, pero ella robó una parte de los planos y me dijo que te enviara por ella si los queríamos recuperar, antes de largarse. La estuve buscando toda la noche, pero no di con ella, y creo que tú sabes dónde encontrarla...me fastidia jugar con sus reglas, pero me temo que tengo que pedirte que vayas a buscar los planos -expliqué, la frustración evidente en mi voz.- Pude ver los planos antes de que Dos Caras los guardase...y lo que vi no me gustó nada -añadí con voz más baja, la sensación de haber olvidado algo importante regresando con más fuerza.

Entendi cual era la preocupacion de Barbara: tenia miedo de que volviera a regañarla como las primeras veces. No me gusta tener compañeros, y menos aun si son personas a las que de verdad quiero. No era porque tuviera el ego de ser el unico de quien se hable, mi temor era que algun enemigo pudiera herirlos. Ella sentia como si hubiera fallado y perdiera la confianza que siempre la tuve. No podia enfadarme con ella. Tal vez el error fuera mio, por no estar a su lado en esos momentos. Me alegro de que no resultara herida.

-Tranquila, Barbara. Si he de culpar a alguien seria a mi mismo, por no haber estado a tu lado en ese momento. ¿Te lastimaron?- Selina es una ladrona normalmente independiente, aunque a veces trabaje para alguien por dinero, por lo que es raro verla haciendo alianzas con tipos como Harvey Dent -Enfadarme no resolveria nada, pero dime, ¿porque no me avisaste? Lo bueno es que te ayudo Supergirl... Tendre que investigar sobre esos planos. ¿Lograste ver algo? Cuentame lo que recuerdes, esos dos juntos me hacen desconfiar...

Sentí su preocupación por mí sobre todas las cosas, y nuevamente me sentí culpable por haberle fallado, por haber permitido que Catwoman y Dos Caras se marchasen con los planos. Quizás debería haber perseguido a Dos Caras en cuanto salimos del edificio, pero sabía demasiado bien que ir yo sola tras él era poco más que un suicidio, aún no estaba lo bastante recuperada ni me sentía lo bastante segura de mí misma como para intentar algo así; por eso me había decantado por Catwoman, porque sabía que ella no intentaría matarme ni nada semejante, además de porque me había tocado las narices a base de bien insinuando que aún estaba débil tras mi recuperación. Había dado demasiado cerca de mis preocupaciones, me había hecho demasiado daño.

-No, solo mi orgullo salió herido -bromeé, sin querer decirle que por poco había terminado convertida en un colador por culpa de Dos Caras y sus hombres, de no ser por Supergirl las cosas hubiesen sido distintas.- Porque, Bruce -le miré a los ojos con seriedad, queriendo que comprendiese la importancia de lo que iba decirle-, yo no puedo dejar que luches todas mis batallas por mí; hay cosas que tengo que hacer sola. Además, no tuve tiempo de pensar demasiado en qué hacer -agregué.- Yo estaba de patrulla, como siempre, cuando llegué al lado del edificio. Me pareció escuchar ruidos extraños, y cuando comprobé todo estaba tranquilo, demasiado tranquilo: no había guardias, ni alarmas que saltasen ni nada, y cuando miré a uno de los despachos les vi: Catwoman le estaba dando una carpeta a Dos Caras, algo que había sacado de una caja fuerte que había en el despacho. No tuve tiempo de pensar demasiado, entré en el edificio y derribé a Dos Caras antes de que cogiese la carpeta, y después de mí llego Supergirl; nos enfrentamos, ella con Dos Caras y yo con Catwoman, y todo iba bien hasta que los hombres de Dos Caras invadieron el despacho y la carpeta cayó desparramada al suelo. Catwoman cogió dos de las hojas antes de que Dos Caras cogiese el resto, me llevó aparte y me dio una, diciéndome que te dijese que la buscases antes de marcharse, y Supergirl me sacó del edificio antes de que Dos Caras lo volase por los aires -finalicé.- Cuando los planos cayeron pude ver algunas cosas...Bruce esos planos eran de un arma muy peligrosa. ¿Qué hace el Gobierno con algo así? Nadie debería tener acceso a algo semejante -negué con la cabeza, preocupada.