Noche fria (Harvey Dent)

La noche es un gran momento para salir a la calle y observar la decadencia en la que se está hundiendo Gotham, los callejones, hogar de criminales y vagabundos, son el medio mas rápido para conseguir aliados, muchos de esos criminales los reconozco de encerrarlos yo mismo cuándo vivía como fiscal del distrito, una vida que extraño fuertemente pero que también odio, estableciendo otra lucha interna entre Harvey Dent y Dos Caras. Camino solo con dos de mis hombres por las calles, de vez en cuándo entro en algún callejón para atajar a otra calle pero por lo general la gente al verme sale corriendo, y los que osan mirarme son sometidos a mi justicia, con este método he purgado la ciudad de unas diez o doce garrapatas de la sociedad.

Al caminar por una calle secundaria iluminada únicamente por las farolas que se establecen intermitentemente a lo largo de la calle provocando segundos de luz y segundos de oscuridad, un atronador ruido al que relaciono rápidamente con un arma me llama la atención. “Esto no es común por aquí, vámonos” “Claro que lo es, la gente quiere morir y esto solo será el principio, veamos que ha pasado allí”. La moneda desempata con la cara marcada a favor de Dos Caras. Me acerco a la zona del origen del disparo cubierto por dos de mis hombres, al fondo veo una figura a la que no puedo ver bien y un cuerpo en el suelo sangrando, un cuerpo inerte. Durante un par de segundos veo el cuerpo hasta que saco mi moneda para decidir si desenfundar mi arma o no, el lado marcado se ve recompensado con la arma en mi mano derecha, me acerco a esa figura en medio de la oscura noche.

- Verás, esta ciudad se rige por mi justicia, así que dime, ¿que acto ha cometido esta persona para merecer un disparo?

No puedo ver bien el rostro del hombre y él tampoco me puede ver a mí, estamos separados por la luz de una farola, no me voy a mostrar hasta que el hombre misterioso se muestre, es lo justo.

El hombre se acerca a mí cogiendo una daga y lanzando una pistola, que resuena en el suelo con un pequeño y corto sonido metálico, no me fijo en su daga, sino en como la luz ilumina su rostro, un rostro mayor pero sereno, no tiene pinta de ser un simple asesino, su respuesta me gusta, sobretodo sus últimas palabras, su frase provoca en mi una pequeña sonrisa, parece que en esta ciudad empieza a haber personas realmente interesantes.

Mi mano derecha sigue sosteniendo mi arma preparada para disparar mientras mi otra mano coge la moneda de mi bolsillo. Si sale la cara lisa dejo que me muestre su identidad, si sale la cara marcada le pego un tiro por intentar ejecutar mi justicia, otro empate en manos de la moneda. El frío tacto de la plata me reconforta, la lanzo al aire y al caer muestra la cara, vuelvo a mirar al hombre que tengo delante y con una voz fuerte intentando sonar intimidante le hablo:

- En esta ciudad hay muchos ladrones, si pretendes acabar con todos deberías empezar por las altas esferas y no por un ladrón de tres al cuarto. - Digo mirando al cuerpo inerte rodeado de un charco de sangre rojo casi marrón. - Dime tu nombre.

Le ordeno con una voz seca, aún me mantengo en la oscuridad para evitar que vea mi rostro aunque tengo el presentimiento de que este hombre no es como la escoria de Gotham, es distinto.

Si ha visto mi rostro no le ha impresionado para nada, este tipo me está cayendo bien y cuándo me responde me convenzo de que es de los míos, curiosamente tiene el mismo objetivo que yo, dos hombres con un mismo objetivo, interesante situación. Mi expresión no cambia aunque en mi interior esté barajando las posibilidades y buscando en los historiales que robé de cuándo era fiscal para ver si me suena su nombre, ¿Ra’s Al Ghul? No me suena y eso lo tengo que enmendar.

Tengo una necesidad irremediable de saber si es de fiar, tiene algo en esa figura tranquila y serena que me gusta, es parecido a mí. Suelto una pequeña risa mientras llevo mi brazo izquierdo al interior de mi chaqueta y recojo mi moneda de plata del bolsillo secreto, dónde está a salvo. La recojo fuertemente para lanzarla al aire en cuánto puedo, da un par de vueltas al aire, cara sigo esta conversación, cruz, me largo y ya probaré suerte otro día. La cara lisa sale a relucir y miro a Ra’s con una mirada de complicidad y, mientras vuelvo a dejar mi moneda en la chaqueta le hablo:

-Buena estrategia, pero esta ciudad necesita justicia urgente, y no podemos perder tiempo en estos tipejos cuándo toda la ciudad está corrupta. Si quieres limpiar la ciudad, seguro que no estas solo, dime, ¿con quien trabajas?

Me responde y veo su respuesta cuánto menos curiosa, tengo la impresión de que son como un juzgado eterno, que castiga y juzga a las sociedades cuándo llegan a la cumbre de su decadencia, me resulta parecido a lo que quiero hacer yo, al final no voy a estar tan equivocado en que Gotham necesita ser juzgada a diferencia de la panda del murciélago.

Siento curiosidad en ambos aspectos, en que utilizan para acabar con una sociedad o como juzgan que algo necesita ser eliminado, supongo que eso habrá cambiado, pero ambas personalidades quieren saber todo sobre este culto llamado Liga de las Sombras cuyo líder está aquí, justo delante de mí. Parte de mí quiere preguntar y satisfacer las ansias de conocimiento de ambos, pero la otra quiere dejar esto para más tarde y asegurarse de que buscamos lo mismo, aparentemente así es, pero siempre es mejor asegurarse de algo. Con otro rápido y seco movimiento lanzo la moneda y al caer observo el resultado que el azar ha preparado para mí.

- Me gusta lo que comentas, ¿así que sois algo como la cura para la historia? Cuándo un virus se expande, aparecéis y lo erradicáis, una simple pregunta, ¿Por qué ahora le toca a Gotham? Lleva desquiciada muchos más años, ¿Qué ha hecho que no actuéis hasta ahora?

No le pregunto sobre aspectos mas “técnicos” de su Liga porque la moneda ha decidido que siga indagando y descubra si es de fiar o no.

Batman, otra vez él, por un tiempo su trabajo me pareció correcto, admirable incluso, pero ahora lo veo un estorbo y Ra’s me lo demuestra con su comentario, así que él ha evitado la destrucción de Gotham, Batman es el símbolo de la decadencia y la destrucción y ha de ser eliminado por el bien de la justicia, ahora si que lo tengo claro, Ra’s me ha abierto los ojos.

- ¿Así que tu supervisarás la destrucción de Gotham? Mmmh...

Ahora sí, este hombre no parece mentir, está demasiado tranquilo para ello, sus palabras parecen justas, pero no me quiero arriesgar, no quiero ser traicionado por un doble agente de esos, cara empiezo a hablarle de mi justicia, cruz me largo y le pego un tiro. Cojo la moneda de nuevo y la lanzo al aire, al caer muestra la cara lisa y rápidamente me la guardo otra vez en el bolsillo de mi chaqueta, de donde la he sacado instantes antes. Miro a Ra’s y dibujo una ligera sonrisa.

- ¿Qué te parece si nos unimos? Sin duda Batman ya sabe de la existencia de la Liga de las Sombras por lo que veo, ¿pero y si formamos una nueva liga que pille desprevenido a Batman y sus secuaces?, sería lo justo.

Prefiero no comentar detalles técnicos, que su curiosidad crezca, que acepte y que él me pregunte, así sabré si de verdad puedo confiar en él, si dará cuerpo y alma en esta pequeña cruzada.

Rechaza mi oferta, decepción y rabia se empiezan a gestar en mi interior, sentimientos adversos hacia un hombre que en principio me estaba empezando a caer bien, un hombre que parece justo e inteligente, casi parecido a mí, quiere seguir con su liga y obviar mi muy generosa oferta. Debería dispararle ahora mismo por burlarse de mí, pero puede ser útil en su liga para mi objetivo, no estaría mal tener un chivo expiatorio, en todas las batallas se pierden vidas, es el método más justo de ganar, dejemos que decida la moneda... sí, dejemos que ella decida, que ella desempate hacia lo que crea mas justo, cara, acepto su alianza, cruz, le pego dos tiros. Vuelvo a sacar mi moneda pero esta vez no la lanzo, sino que se la enseño claramente pero apretándola con la suficiente fuerza como para que no me la quite por las buenas y, mirándolo fijamente y con los ojos enfadados empiezo a hablar:

- Me temo que no quiero pertenecer a tu liga pero me pensaré lo de aliarnos, me has gustado, aunque no me gustan que me digan que no, en este mundo cruel la palabra es injusta. - esbozo una pequeña sonrisa y continúo- Así que decidámoslo del modo mas justo que existe actualmente, con el azar, a él no le importa si somos hombres o mujeres, grandes o mayores, solo le importa la justicia.

Como un buen mago le enseño un objeto simple y aparentemente normal, para segundos después lanzarlo al aire con una habilidad desarrollada durante meses y observo como el frío y redondo pedazo de plata se posa en mi mano izquierda con la cara lisa por encima, mi mirada, que se había sumido en la trayectoria de la moneda, vuelve fugaz a visualizar a ese hombre mayor, para seguir mostrándose con la misma expresión pero la verdadera expresión está en mi interior, aunque por fuera no muestre ni un ápice de esta.

- El azar ha decidido, me gusta tu propuesta de aliarnos pero me gustaría saber ¿que beneficio sacaría yo de todo esto?

Son beneficios interesantes, bastante justos. A mi me gustan, podemos tener algo en la retaguardia para atacar por todos lados... bien, y tener una gran fuerza de ataque. Noto un deje de ironía en su pregunta, y no me gusta que se rían de mí, pero esta vez lo dejaré pasar... si, lo dejamos pasar, no me quiero manchar con más sangre... de momento. Lo miro seriamente, sin mostrar un claro sentimiento exteriormente, eso son las consecuencias de tener dos personalidades, nunca sabes la que tiene la razón, aunque eso me da más perspectiva, otro punto de vista por el que observar la situación.

- Me gustan estos beneficios, sin duda tu sociedad es justa y eso me agrada.

Me quedo pensativo unos instantes cuándo de repente oigo el sonido de unas cuántas armas cargadas para disparar, miro alrededor y veo a hombres apuntándonos con sus pistolas, nos rodean, estúpidos, por esto quiero juzgar Gotham. Idiotas. Uno de ellos nos habla, nos dice que les demos todo lo que llevamos encima, parecen que no saben quien soy yo y que si siguen apuntándome con esa arma los mataré sanguinariamente... o simplemente dejaremos que nuestros hombres se ocupen de ellos... no, quiero cargármelos yo. Miro a Ra’s y le hablo:

- Supongo que tú también estarás adiestrado como asesino, ¿no?

Los atacantes nos miran extrañados, estoy empezando a odiar esos cañones que me apuntan, no es justo que esté a este lado del arma.

Lanzo la moneda al aire, no quiero mancharme las manos ahora... pero siempre está bien eliminar a unos cuántos rateros... simplemente están desesperados, no merecen la muerte aún... veamos lo que resultará mas justo. La cara lisa me bloquea y me limito a observar como Ra’s elimina a los rateros de una manera tan suave y tranquila que parece que lo tiene ensayado, sin duda será un gran aliado y estoy empezando a mostrar un justo respeto por esta sociedad suya de la Liga de las Sombras. Sus palabras me gustan y esbozan en mi rostro normal una ligera mueca que se relaciona con una sonrisa, miro los cadáveres echándoles una ojeada rápida con una mirada de desprecio y amarga alegría, disfruto verlos muertos y desangrándose... pero también me desagrada. Acabo mi pequeño recorrido mirando a Ra’s y entonces le contesto:

- Bueno, de estos hay en toda la ciudad, los que sabemos dar guerra de verdad estamos concentrados bajo un mismo “techo”, sabemos quienes somos, nos conocemos entre nosotros, que te conozca yo puede suponer dos cosas, o bien que me agrades o bien que te encuentre un inútil y por tanto vea justo eliminarte.- Callo unos segundos para alzar mi dedo índice y señalar a Ra’s- tu... tu me gustas.

Procuro mantener un halo de misterio con mis palabras, seguro que una sociedad como la suya sabrá descubrir quienes son los otros grandes criminales de Gotham, pero quiero verificarlo sin preguntárselo directamente, eso sería irrespetuoso y él podría considerarlo una ofensa preguntar por la información que su Liga posee. Tengo la sensación de que este hombre es mas de lo que parece a simple vista, y es justo mantenerse cauteloso de momento.

Observo como limpia su daga tranquilamente, parece que esto no le ha alterado lo mas mínimo y sus palabras tajantes y nada nerviosas me lo confirman. No me gusta lo que quiere decir sus palabras... ¿matará a todos los villanos de la ciudad o a las altas esferas?... por su bien espero que sea a las altas esferas, dudo que se quiera enfrentar a personajes como el Joker o Bane. Este sentimiento repentino de desconfianza se desvanece con sus siguientes palabras, otra vez vuelve a llamar mi atención. Lo miro fría e inexpresivamente cuándo el acaba de hablarme para poco a poco y gradualmente ir mostrando una pícara sonrisa, normal que ambos nos caigamos bien, buscamos el mismo fin... y solo espero que nuestras formas no choquen, si lo hacen... alegaré demencia por su parte.

- Ra’s Al Ghul, tienes un nombre peculiar ahora que lo pienso, la justicia ha de ser implacable, eso no lo niego para nada, pero no contra los que quieren establecer un nuevo orden mas justo, sino contra los que no quieren que este prevalezca, esos son los auténticos criminales y quiero estar seguro de que ambos lo sabemos antes de forjar una alianza provisional.

Mis manos están mis bolsillos y me encuentro tranquilo y relajado bajo esta pequeña luz que nos alumbra a ambos, como si de una metáfora se tratase, nosotros somos la luz en esta oscuridad.

Antes de que me responda veo que se queda en silencio unos segundos, como si no estuviera aquí, me quedo mirándola, le pego un vistazo rápido de arriba abajo y cuándo me habla lo hace con su tono tranquilo tan característico, se disculpa, al parecer no ha estado aquí, esto es muy raro, parece que en esta ciudad solo hay locos. Pese a su pequeña “abducción” no puedo estar mas de acuerdo con sus palabras, asiento ligeramente cuándo el acaba de hablar... ¿pero nos vamos a fiar de un tío que se pone en trance en medio de una conversación?... sabe de que habla, sabe de la justicia, no veo porque no deberíamos confiar en el... bueno, un cebo no vendría mal. Levanto mi mano para que me la apriete mientras le respondo:

- Me duele que pienses que no te voy a ayudar, tu eres como yo, podemos formar un buen equipo y yo estaré encantado de hacerlo. Tú eres la cura, yo soy el juez, te ayudaré a acabar con Gotham con la condición de que luego me la concedas.

Le contesto, yo quiero Gotham, quiero que arda para luego gobernarla con puño de hierro, para hacerle sufrir lo que yo he sufrido, el ojo por ojo es justo, y es lo que yo quiero.

Me alegran sus palabras, si él quiere el mundo vale, es mas fácil y mas seguro gobernar una ciudad, lo único que hicieron bien los medievales fue el dividirse un gran territorio en pequeñas zonas totalmente independientes de las otras, lo que suponía una justicia mas firme, aunque no siempre era justa de verdad, eso cambiará cuándo volvamos a ese formato correcto y justo, sin dependencias de un gobierno mayor. Asiento tras sus palabras tranquilamente y nos damos un apretón de manos como si firmáramos un acuerdo, yo soy un hombre justo, obedezco a la justicia, no romperé el acuerdo a menos que lo vea necesario, además, esto me beneficia mas de lo que Ra’s cree. Suelto su mano tras unas cuántas zarandeadas y tengo la necesidad de irme de aquí, tengo otras cosas que hacer, otros asuntos que atender pero podría seguir discutiendo con Ra’s los aspectos mas “técnicos”. Me llevo una mano a un bolsillo de mi chaqueta para sacar mi moneda y lanzarla ágilmente y la cara lisa se posa en mi mano boca arriba, la guardo rápidamente y miro a Ra’s con intención de despedirme:

- Bueno, me temo que me tengo que despedir señor Al Ghul, ya discutiremos más sobre este acuerdo, si me disculpa.

Le digo tranquilamente mientras me doy la vuelta y vuelvo a caminar, de vuelta a la oscuridad, un buen y fructífero encuentro, al fin y al cabo Gotham contiene a grandes personas que la sacarán de su decadencia, y no visten blindaje con forma de murciélago.