Descubrimientos inesperados - Australia (Lex Luthor)

Inhibidores de señal, aparato técnico desarrollado en las entrañas de los laboratorios de LexCorp altamente secretos se encuentran alrededor mío mientras yo observo como los investigadores realizan las últimas comprobaciones, realizo un vistazo a las pantallas que comprueban cada segundo si un satélite ha logrado penetrar mi engaño y nos ha grabado, el gobierno de los EEUU tiene controlado a gran parte del mundo y si bien esta zona se encuentra prácticamente desierta no quiero correr riesgos, no ahora que las mejoras están listas y tendré un arma con la que poder enfrentarme contra Superman cara a cara. La kriptonita ha tenido sus complicaciones, encontrar el punto exacto de fusión y no más para que corra por los tubos y le de potencia al traje pero sin calentarse demasiado, he tomado precauciones, la parte interior está recubierta de una aleación superior a la del plomo para que la radiación emitida no penetre y en los tubos por todo el traje que evaporan el meteorito y lo condensan el blindaje es superior, según mis cálculos (por lo tanto certeza absoluta) el traje tiene una autonomía de más de un año, porque se recarga a si mismo haciendo circular la kriptonita. Una obra maestra de la fusión de diversas ingenierías.

Aunque he levantado unos escudos especiales que impiden el acceso a animales, la fuerza humana sigue siendo necesaria por lo que los hombres fuertemente armados con las mejores armas del mercado y mejoradas gracias a mi intelecto rodean el perímetro. En mi mano izquierda se encuentra esposado un maletín de color negro que pesa a causa del plomo… no recordaré lo que la maldita roca me hizo una vez.

- Bien caballeros… se acabaron los preparativos, la historia la escriben los que actúan, no los que hacen cálculos.

Me sitúo en la marca y al agacharme abro el mecanismo especial de las esposas para poder abrir el maletín y entonces una reluciente piedra que hace resplandecer un halo esmeralda choca frente a mi cara seria pues esto no es un motivo para risa. El investigador jefe, un hombre ingenuo y fácilmente manipulable me trae otro maletín algo más grande. La ciencia ha de dar pasos pequeños y pronto podré conseguir guardar el traje en algún sitio más seguro y fuera de la Tierra incluso, pero de momento me tengo que conformar con que tenga las instrucciones para plegarse sobre sí mismo hasta alcanzar el tamaño de una pequeña maleta. Me lo dan y al agarrar la maleta aparece un teclado en el que tengo que introducir una clave cifrada, que me tengo que aprender cada día, para entonces ver como todo el mundo se aparta y entonces es cuando sonrío, cuándo la fuerza hace que abra mis brazos y distintas placas de metal se enrollen y se coloquen alrededor de mi cuerpo aumentando mi altura y mi envergadura. El cambio dura algo más de cinco segundos antes de que se estabilice y cese el ruido, antes de contemplar mi obra sitúo la piedra alienígena en el compartimento del pecho y entonces un ligero zumbido me da una ligereza y una sensación de poder bien merecida que me embriaga. Me gusta. Contemplo las manos enfundadas en unos guantes de metal que sorprendentemente no pesan y entonces me muevo inspeccionando cualquier minuciosidad pero dejando un recoveco de mi mente para observar las caras de fascinación de los presentes, el traje funciona a la perfección… Oigo ruidos, los sensores del traje alertan de una masa grande en las cercanías. Miro hacia la dirección en la que se ha detectado la masa y el traje obedece a la perfección cuándo alzo el brazo y de él salen disparados unos pequeños aparatos, no mas grandes que unos insectos que llevan cámaras de alta definición y tienen una IA suficiente como para actuar con cierta libertad, en el visor que se levanta puedo ver las diversas imágenes que ven unidas como si de una panorámica se tratara y de repente no distingo nada pero al avanzar veo un ligero montículo verde que… ¡se mueve! Será un buen sujeto de pruebas… me coloco el casco y lo opaco para que los del exterior no puedan verme antes de empezar a correr, los árboles se apartan cuándo yo coloco los brazos, señal de que los dispositivos hidráulicos funcionan a pleno rendimiento, llego a una especie de claro en el que no veo a nada ni a nadie… iniciando rastreo.

Observo el ambiente, los radares ahora no detectan nada, señal de que mi enemigo no es un animal común y corriente sino que es algo más capaz de camuflarse con el ambiente a un nivel tan alto que mis sensibles y óptimos sensores no llegan a captar ni un atisbo de que hay algo, pero sí lo hay porque yo lo he visto y yo nunca me equivoco. Primero un píe, luego otro, solo se oye el crujir de las ramas y la tierra aplastada cuándo camino, mi armadura está preparada para el sigilo y nublar los sentidos al enemigo de ser necesario porque está diseñada para enfrentarse a un dios y vencerlo, puede con una simple criatura del pantano.

En el claro en el que estoy se puede divisar un pantano donde se inicia la vegetación, un pantano que según las lecturas es bastante frondoso y vivo, camino en dirección a ese lugar porque hay algo que llama mi atención, la criatura que estoy persiguiendo sea inteligente o no, no estará en un claro de este tipo al descubierto, así que es en el pantano donde tengo más posibilidades de hallarla. Los sensores se van actualizando a medida que me muevo y de repente me detengo para observar el ambiente y alzar el brazo hacia delante preparado para usar un nuevo invento de mi arsenal particular, de mi brazo salen unas cuántas esferas relucientes que son lanzadas hacia la frondosidad donde se encuentra el pantano, ¿Qué que son estas esferas? Son creados de un campo eléctrico, se dispondrán en un hexágono perfecto alrededor de un perímetro bastante grande y crearán un campo eléctrico que dañará a todo ser con vida, además de ofrecerme una especie de radar para saber a que me enfrento. Se abre un pequeño panel de control en mi brazo y yo acciono un botón para ver como multitud de chispas empiezan a salir al unísono con los pájaros que huyen.

Camino en dirección al pantano de forma lenta, se que mi enemigo me persigue, que es astuto y que posee armas suficientes como para arrasar un bosque entero. Escucho el ruido acuso que provoca mis pisadas, me detengo y escucho, alzando la mirada un poco como si eso me diese una mayor perspectiva. A pesar de lo frondoso del paraje soy muy visible, por mi mismo no me confundo con un árbol como para quedarme quieto, la vegetación de aquí es algo diferente de mi , y soy demasiado grande como para que me consideren un arbusto, debo juntarme, que la vegetación me ayude. Les comunico mi deseo, mi necesidad y me aceptan, su esencia es diferente a lo que estoy acostumbrado y a la vez tan parecida. Podría convertir Australia en mi hogar por un tiempo, solo por una temporada ya que no me sentiría como en casa. Me acerco a uno de los troncos que más parecido a mi tiene colocando una de mis manos, notando su rugosidad y me avisan, él y los demás. El hombre ha lanzado algo, temo que sea algo lo anterior.

El dolor viene a mi haciendo salir un estruendo de mi garganta, no recordaba la última vez de algo así, no era localizado, era por todo el cuerpo. A lejos oigo a los pájaros, se que están cerca y que se van marchando pero no consigo centrarme, es el efecto de ir perdiendo la conciencia. Un enemigo listo al que no puedo perder de vista.

Mi espalda choca con el tronco de mi hermano, mi mano sobre su raíz entrelazando ramas, me abraza y nos convertimos en uno, un camuflaje provisional a la espera de poder tomarme la revancha.