Luchando por la libertad [Barry + libre VILLANOS]

He venido a Gotham por una sencilla razón, Ollie está destrozado por lo de Dinah, no es la primera vez que el pobre se enfrenta a una situación así y por cómo acabó la segunda vez… necesita toda la ayuda posible. Dijo que se vino a Gotham a intentar cambiarla porque el capitalista de Bruce no hacía nada, yo me reía, su fobia a los empresarios es tremenda, bueno, a los empresarios y a cualquiera que represente a ellos, incluso tampoco no le tiene mucho aprecio a los policías, me pregunto porque somos tan amigos siendo tan diferentes, él liberal y algo anarquista, yo preservo el orden para que no haya caos, somos antítesis, pero bueno…

Lamentablemente Ollie tendrá que esperar un poco, he captado una señal de la policía que comentaban de una fuga en Arkham, eso en Gotham es cotidiano pero sigue siendo un problema grave, los criminales allí encerrados son realmente peligrosos al estar mentalmente desequilibrados, me pregunto porque no invierten en mejorar el Asilo, para albergar a las mentes más peligrosas de toda Gotham no está muy bien protegido que digamos y me pregunto porque Bruce aún no ha puesto remedio en esto, supongo que tendrá sus razones pese a que no logro entenderlas ni loco.

Me acerco volando a Arkham, no hay pérdida por el dispositivo policial que se ha desplegado para rodear la zona llamada Arkham City. Es increíble la tensión que se desprende del lugar cuándo aterrizo en el inicio de la zona acordonada, los policías me miran pero no resultan extrañados, hablamos de la ciudad de Batman al fin y al cabo, pero si he de decir que no parecen muy contentos de mi presencia, no lo entiendo, con mi ayuda lo tendrán todo más fácil para acabar con todo esto de raíz, pero supongo que puedo aplicar la misma excusa de siempre, estoy en la ciudad de Batman y pese a que este ha ayudado mucho la ciudad siempre le ha tratado recelosamente, al fin y al cabo es un justiciero en la sombra y eso siempre causa temor, justo el sentimiento que Bruce pretende causar. De todos modos me acerco al oficial de policía al mando y le pregunto cómo está la situación actualmente, sus palabras, pese a responderme, son frías y limitándose a lo oficial:

- Parece que había un topo entre los médicos que abrió las celdas y aisló al Asilo del exterior de modo que no podemos saber quién era el topo, si sigue vivo o no y como está el ambiente por allí dentro, estamos esperando a los SWAT.

- No podemos esperar, si no le importa entraré yo.

Al fin y al cabo Gotham también entra dentro de mi sector. Me alzo en el aire y empiezo a moverme por la solitaria Arkham City, el complejo que rodea el Asilo destinado a los médicos y los residentes sanos de Arkham para que estén disponibles al 100%, una idea insana para una ciudad insana, esto es un antro de locura. Al fondo oigo un ruido de explosión y me oculto para observar a lo lejos, los presos han petado la entrada a Arkham y ahora están saliendo, extendiéndose como una plaga, no les daré la oportunidad de escapar más lejos aún. Me abalanzo rápidamente y me poso delante de ellos mirándolos fijamente con la mirada decidida, para alguien que se ha enfrentado a amenazas alienígenas un motín de locos no será un gran problema… enfrente tengo a todos los presos de Arkham y yo me interpongo entre su encarcelamiento y su libertad, no están muy contentos. Esbozo una ligera sonrisa.

¿Dónde…? ¿Dónde está…? ¡¿Dónde está…?! Los barrotes están fríos pero no me canso de gritar con la esperanza de que uno de mis gritos acaben con los barrotes y me permitan dar un paso y estar más cerca de recuperar mi moneda, me la han quitado a traición, da igual a cuantos psicólogos me traigan, da igual cuántas camisas de fuerza me pongan, yo sé que los que tienen el problema son ellos, que ellos no aceptan que yo sea el portador de la verdadera justicia, serán los primeros en morir cuándo salga de aquí, porque sé que saldré, da igual cuántas veces me encierren, siempre me libro de la prisión que es Arkham y siempre acabo con ellos, da igual que los remplacen, da igual que todo siga aparentemente igual, yo sé lo que provoco y sé lo que provocaré, no hay más que ver el juguetito con el que me atraparon y que seguirá en la sala de pruebas, donde siempre, los patéticos doctores no han tenido el pensamiento de guardarlo y ahora se encontrará junto con mi… ¡MONEDA!

Grito con todas mis fuerzas y cuándo aparece un guardia con una pistola tranquilizante sigo gritando aún más fuerte hasta el punto de escupirle, me duele el rostro purificado por el fuego, los músculos atrofiados también me chillan de dolor pero yo les ignoro… de repente la pistola es disparada bajo unas groserías del guarda, me echo hacia atrás tambaleándome, todo empieza a dar vueltas y maldigo en susurros antes de caer y sumirme de nuevo en la oscuridad… Una moneda volando, un hombre y un niño, el hombre juega a cara o cruz, el hombre gana, el niño siempre pierde…

Abro ligeramente los ojos y veo a una figura encima de mí, es el interno de al lado mío, narcicismo compulsivo creí escuchar, un narcicismo que le lleva a hacer unos crímenes incriminándose directamente para desconcertar y disfrutar, los admite, es un buen tipo… me cae bien. Me ayuda a levantarme y me extraña verlo aquí, la puerta de mi celda está abierta y unas luces rojas intermitentes se ven en el pasillo antes bañado por una luz blanca cegadora. Dice unas palabras pero yo no le miro, esbozo una ligera mueca que se ha de interpretar como una sonrisa porque los músculos del lado atrofiado no dan para más. Camino y siento la ansiedad por encontrar mi moneda de nuevo, el caos reina en el asilo Arkham, muchos de los peores criminales de Gotham estaban aquí y ahora están libres, interesante… Me acerco a la ventana para ver la isla Arkham y al fondo veo un haz de luz verde volando y acercándose, al parecer uno de los pesos pesados de los superhéroes ha venido, y creo que no habrá venido solo, veo que ya salen internos a las calles, esto será curioso de ver pero necesito estar preparado.

Por todos lados hay guardias muertos con heridas que bañan el suelo de un rojo muy oscuro, piso esos charcos de sangre con el mono blanco que me dieron en mi entrada a Arkham y me muevo por los pasillos oscuros iluminados por las tenues luces de emergencia hasta entrar al depósito de pruebas y pertinencias de los internos, hay un hombre acurrucado bajo una mesa que tiembla aún más cuándo le miro, me acerco a él y bruscamente le saco de debajo de la mesa para colocarlo a la misma altura que yo, le acerco a mi rostro, sé que no le gusta y hablo:

- ¿Dónde está mi moneda?

Tras darme las instrucciones para encontrarla, y suplicar un poco, realizo un rápido movimiento en el que se oye un crujido y un cuerpo inerte cae al suelo mientras yo miro al frente, no merece ni que baje la mirada. Sigo las instrucciones que me ha dado el asustadizo hombre, a cada paso que doy, a cada repaso que hago la ansiedad por poseer de nuevo la moneda aumenta… y finalmente la encuentro en un cajón entre documentos y fichas de pacientes, la mía… la agarro, la acaricio con la mano y busco mi ropa.

Después de ponerme mi ropa veo una habitación sellada con una señal de peligro en ella, la moneda me dice que eche un vistazo, quien sabe, quizá la justicia me ha sonreído. Al entrar en la estancia veo un arma, mi arma… así que aquí es donde la guardaban. La agarro y la acaricio sintiendo el frío tacto del metal. Moviéndome por ella llego a una ligera pieza circular que la muevo hasta que no pueda más, si ahora mirara vería que pone “Máxima potencia” y el zumbido que empieza a desprender el arma me dice que está preparada… Me gusta. Los que estén allí fuera evitando mi huida aprenderán por las malas que no deben meterse con Harvey Dos Caras. Me empiezo a dirigir a la salida…

Al salir veo que soy de los últimos en sentir la libertad en el rostro, la dolorosa libertad en un rostro y la dulce libertad en el otro pero ahora veo que hay dos vigilantes, Green Lantern y Flash, veamos cómo actúan cuándo les presente a mi amiguita. Desde la misma entrada al asilo apunto a la parejita con pijamas y disparo, aparentemente no ocurre nada pero de repente el suelo empieza a temblar en su posición y a desequilibrarlos a ambos, además siento como la energía no se desaprovecha y una especie de escudo de ondas sísmicas me protege asegurando mi integridad física hasta que me encuentre lejos:

- ¡Bien! La justicia ha hablado y ha dicho que habéis de… ¡morir!

Spoiler: