El rencuentro (hal Jordan)

El resplandeciente anillo verde esmeralda situado en mi mano derecha se encuentra con la linterna del mismo color que preservaba parte de la entidad conocida como Parallax y un resplandeciente brillo me da la señal para empezar a recitar unas palabras que son almacenadas en mi interior desde la primera vez que las oí y que han sido repetidas infinitas veces pero que aun así, cada vez que las pronuncio, el corazón se acelera, pierdo el sentido de mi ser y me sumerjo en ellas con un sentimiento de pertenencia que no había experimentado en mi vida hasta que me uní al Corp y encontré el rumbo que quería seguir… porque esto es lo que soy, no soy cualquiera, soy un Green Lantern, y este es mi juramento:

- En el día más brillante, en la noche más oscura, ningún mal escapará de mi vigía, que aquellos que adoren el poder del mal teman mi poder… la luz de Green Lantern.

Un resplandor brillante separa el anillo de la linterna pues ya está plenamente cargado y listo para ser usado, el traje que se materializa cada vez que yo se lo pido es el uniforme con el que he salvado al mundo innumerables veces, el mundo y el multiverso, porque negarlo, si no fuera por mí y por los demás Corps ahora mismo ninguna versión de mí estaría aquí, y Siniestro habría ganado junto con el Antimonitor. Me levanto y guardo la linterna en un sitio seguro cuándo recibo una comunicación del mismo Oa, al dar una orden mental el anillo muestra una figura holográfica de Salaak, el encargado de dirigir a los Corps y uno de los pocos que tienen una estrecha relación (profesional, claro) con los Guardianes, escucho sus palabras traducidas gracias a mi herramienta:

- Green Lantern Hal Jordan, los Guardianes te requieren en el sector 1714, más concretamente en el planeta Korugar, se ha detectado el resurgir de la energía amarilla y se te ha encomendado que investigues…

- ¿Yo? Salaak, ¿sabes que mi sector es el 2814, no? ¿No se puede encargar Natu o como se llame?

- Los guardianes te han pedido a ti, ahora debes ir…

Después de afirmar que iría sin mucho entusiasmo detengo la transmisión y empiezo a elevarme en el aire para acelerar de golpe cuándo paso la atmósfera terrestre y entrar en el continuo translumínico que permite viajar por el universo a grandes velocidades, un transporte ideal para los Green Lantern. En él no veo nada más que un brillo a los lados con un efecto parecido al que se deja cuándo vas en coche y pasas rápidamente cerca de faroles, dando la sensación de que las luces se alargan. Durante el viaje no puedo evitar pensar en las palabras de Salaak, ¿energía amarilla? Los Sinestro Corps fueron debilitados hasta el filo entre la vida y la muerte y con los Green Lantern autorizados para usar fuerza letal… no entiendo este movimiento pero es Korugar, y el miembro del Sinestro Corps que sé que es de ese lugar también es el líder y un desquiciado mental, Thaal Siniestro… si ha vuelto el planeta está en grave peligro. Acelero.

Al salir del continuo translumínico y encontrarme cara a cara con el planeta no me detengo a admirar las vistas sino que me enfoco en la capital del planeta, donde Siniestro dominaba a los ciudadanos bajo una tiranía. A medida que me acerco empiezo a ver un humo que se eleva y poco a poco estructuras destrozadas empiezan a inundar mi campo de visión, los korugarianos que me ven me miran emocionados pero a la vez temerosos, ha ocurrido algo aquí y nada bueno… me acerco al supuesto palacio real y encuentro a la figura de Siniestro vistiendo el traje amarillo de sus Corps sujetando a un hombre que, según el anillo, se llama Torbak-Il, el que dirige el planeta bajo una tiranía… guerra entre tiranos, que curioso. No me espero a que me detecte sino que me abalanzo sobre él y con la ayuda de mi cuerpo lo agarro y me lo empiezo a llevar obligando a que suelte al dictador que se encuentra inconsciente. Finalmente lo lanzo lejos para al mismo tiempo crear una plancha metálica de color esmeralda que lo sigue impulsando hacia atrás hasta chocar contra una pared, sé que está vivo, es mi mentor, no puede caer tan fácilmente si yo no lo hago:

- Vamos, Siniestro, ambos sabemos que no te ha pasado nada…

Cuándo la construcción desaparece veo emerger una figura vestida con un traje amarillo acercándose a mí, el anillo me hace llegar el típico mensaje que se dice cuándo se está enfrente de alguien como Siniestro: “Miembro del Sinestro Corps localizado, Fuerza letal permitida” La verdad es que la fuerza letal está permitida para todos los que infrinjan la ley, una medida muy controvertida que a mí nunca me ha gustado pese a que en algunos momentos la veo justa, aunque cuándo el hombre que tengo delante, mi amigo y mi mentor renegado, estuvo condenado a muerte yo me intentaba convencer que eso era lo cierto, pero la verdad es que pese a todo no puedo volver a quitar una vida. Escucho las lascivas palabras que Siniestro tiene que decirme, el odio está patente en cada una de ellas, odio hacia mí, odio hacia el Corp, odio hacia los guardianes… me llegaría a inspirar lástima si no usara el poder amarillo del miedo para sembrar el caos en el universo.

Pero un momento… ¿matanza? Miro a mi alrededor manteniendo la pose seria y veo un ambiente desolado y destruido para luego volver mi mirada a Siniestro, ¿quiere darme a entender que todo esto no lo ha provocado él? Y quiere cargar las culpas sobre la Lantern Natu, ¿esa es la razón por la que me han enviado a mí? ¿Pero porque? Hay Lanterns de honor como Guy o Kyle que podrían ayudar porque se mueven mejor en estos ámbitos, ¿Por qué me han llamado a mí? Veo como un hombre se va levantando y se va escabullendo, ordeno al anillo que me diga quién y este responde: “Torbak-Il, actual líder del planeta Korugar, según la semántica terrestre se le llama Dictador” ¿Dictador? ¿Qué coño pasa aquí…? No tengo tiempo para decir nada porque de repente veo como unas estacas han aparecido a ambos lados de Siniestro y me amenazan al igual que lo hace él con sus palabras, ya basta de tonterías.

- Siniestro, hace tiempo que perdiste el norte de lo que significa impartir justicia, y parece mentira que después de tanto tiempo aún me consideres capaz de creer a los Guardianes, ¿te has olvidado que fuimos nosotros los que les empezamos a cuestionar? Claro que lo has hecho, el odio te ha consumido. – Me elevo en el aire para quedar por encima de él, le miro desde arriba en contrapicado – Los Sinestro Corps ya no tenéis poder, la voluntad gana al miedo… - Creo una espada en mi mano a la vez que preparo unos mini cohetes que se sitúan a mi alrededor preparados para atacar si Siniestro lanza sus estacas de un dorado resplandeciente que llega a provocar temor en las mentes que no han experimentado la guerra - ¿Quieres que te lo demuestre de nuevo?

Le encanta la charla, eso se deja ver con las palabras que me suelta, llenas de odio y desprecio, algo lógico teniendo en cuenta que es el portador del miedo pero aún así, es increíble como alguien que perteneció al Green Lantern Corps pueda albergar tanto odio hacia él. Me acusa de ser una marioneta pero él nunca lo ha entendido, los Corps no me han obligado a venir sino que me he obligado a mi mismo, soy de los pocos Green Lanterns que no siguen a rajatabla lo que los Guardianes dicen y cada vez somos más, pero eso él nunca lo entenderá porque aparte de estar errado es hipócrita, en sus Corps hace lo mismo, les vacía la mente, les sugestiona para que le sigan ciegamente, vamos, si hasta sus Corps lleva su nombre. Mi expresión se mantiene firme y seria empuñando la esmeralda espada firmemente y con los cohetes flotando a mi alrededor y solo asiento ligeramente cuándo la voz caída de Siniestro afirma que se ha acabado la charla, tendría que haber desistido hace mucho pero en cierto modo me siento culpable de su caída, el Maestro y el Alumno, Siniestro y Hal… el libro de Oa contará esa historia en generaciones posteriores.

Sus estacas son lanzadas hacia mí y los cohetes son disparados en su dirección chocando y explotando librándome de la amenaza amarilla mientras yo desciendo hacia abajo con furia y blandiendo la espada preparado para chocar contra él y empezar el verdadero combate. Hace tiempo él me enseñó y yo era el débil, pero esta vez las cosas han cambiado, sé su estilo de combate y lo puedo contrarrestar, pero no me puedo confiar, él sabe como peleo. Llego hasta su posición y con un amago me dispongo a atacarle con la espada pero él me la detiene, esto se pondrá feo. Rápidamente le doy un rodillazo en el estómago antes de apartarme:

- Solo eres un psicópata común, nadie especial.

Crea una espada que resplandece con un color amarillo que pretende infundir miedo pero que conmigo no lo consigue, observo la construcción unos instantes hasta que las palabras del Lantern renegado atraen mi mirada hacia él, la seriedad no abandona en ningún momento mi rostro ni antes, ni durante, ni después de sus palabras. Me echo hacia atrás levitando suavemente para apartarme de su rango de acción a la vez que en mi mano hago aparecer una larga espada que sujeto como si fuera de verdad y ciertamente lo es, las construcciones son luz pero aun así se ven bastante reales. Observo a mi enemigo, un korugariano que yo creía considerarlo un amigo pero que ahora es uno de mis peores némesis, es una locura. Pero sus palabras están vacías, su egocentrismo no tiene el fundamento que él cree que tiene, simplemente se niega a aceptar que yo, su alumno, le he superado desde siempre y que él solo ha sido superior durante un período breve de tiempo, pero eso no quita que sus amenazas son ciertas, si tuviera la oportunidad podría llegar a matarme, hemos compartido mucho… y yo no quiero acabar con él, ya lo hice una vez y dejé que Parallax tomara el control… nunca más.

- Lo recuerdo… y recuerdo como desde ese día yo he sido mucho mejor Lantern que tú y tu enloquecías más y más abrazando el amarillo, y ahora eres un tío rosa en un traje amarillo, pareces un payaso. Pero si el payaso quiere pelear yo no le negaré el ridículo.

Me pongo en guardia sin pensar en nada más que en él y el entorno más inmediato, he aprendido a mostrarme seguro pero Sinestro no es alguien que se haya de tomar a broma. Finalmente, después de suspirar hondo me lanzo sobre él dispuesto a atacarle con la espada, él me bloqueará, lo veo venir, pero la batalla será interesante… y emocionante.