Nos situamos en Venecia, la bonita ciudad de los canales, que ya no es tan famosa por sus bonitas calles, callejones y callejuelas, o por sus piezas arquitectónicas o su única plaza. El lado oscuro siempre alcanza a todos y esta vez le tocó a la mítica capital de Véneto.
El poder y el vicio pierden al hombre, dijo una vez Theodore Franceschini. Y no se equivocó.
Este hombre fue criado sin figuras paternales, la escuela fueron las calles venecianas y a base de golpes y hambre aprendió a moverse entre la gente y aprovechar sus puntos débiles. Poco a poco, con gran astucia escaló lo más alto, y todo fue gracias a los demás, de alguna manera. El sexo y las drogas son un gran negocio y él supo sacarles el beneficio adecuado. Así se creó la raíz de todo el mal de Venecia y la mafia llegó a ella como un oleaje.
Francheschini, el carismático, hizo llamar a su familia los Scuro, una mafia fuerte y poderosa que se adueñó con gran presteza de la ciudad comprando políticos con prostitutas y bocas de policías y periodistas con dinero en sus bolsillos. La gente pudiente de Venecia cayó en los placeres y deseos más ocultos y él se hizo rico a costa de ellos.
Así nacieron el Burdel Piaceri Proibiti y el Hotel Casino Desiderio, sus dos negocios culmines que lo hizo adueñarse del tráfico de blancas, drogas y armas. Y cuando el hombre se vino a dar cuenta ya era viejo y no tenía descendientes y él, el niño que nunca tuvo padres, quiso tener hijos.
Primero llegó Julian, un pequeño chiquillo huérfano al que recogió del orfanato, y más tarde la bella Helena, una niña a la que su padre vendió a cambio de droga. Ambos jóvenes crecieron rodeados por el poder y el lujo proveniente de la mafia y cuando llegaron a adultos contrajeron matrimonio sin amor, pero por conveniencia. Un contrato. Theodore no se negó al enlace, y sin embargo, logró ponerles la soga al cuello: Si se divorciaba serían desheredados.
Ahora, tras el retiro del viejo Franceschini, la mafia Scuro ya no es como era antes, una única familia unida y poderosa. Se ha dividido en tres bandos internos: Los Piaceri, fieles a Helena, la regente del Burdel, los Desiderio, dirigidos por Julian, el cual lleva el Hotel casino, y los Vecchio, fieles a Theodore y en contra de esos dos jóvenes ineptos, celosos del poder otorgado a dos infelices.
Nada es de ellos, el viejo tiene que morir para que el poder sea suyo y nadie quiere perder.
La guerra fría se ha desatado dentro de la mafia, una lucha interna llena de sonrisas falsas y sangre mancha los canales de Venecia.
¿De qué lado estás?