¡Malditos dejavus! (Hal Jordan)

15 de agosto

Joder, qué buen tiempo hace. ¿No pudo venir la tía Lana a vivir aquí? Además de buen tiempo llevo tranquila desde que llegué, que fue ayer por la tarde. ¿Quién me iba a decir que, lejos de mi monótona vida y del peligro criminal, acabaría ganando un concurso por haber enviado etiquetas de botellas de batido por correo? Así es, hace cerca de un mes, cuando aún estaba con la pierna en recuperación, comencé a coleccionar etiquetas de batidos de chocolate que me iba tomando, cuando reunía varias las enviaba, al final creo que llegué a enviar más de cien. ¡Y aquí están! Unas merecidas vacaciones. He conseguido convencer a un compañero de clase para que tome anotaciones y apuntes por mí, aún no sé ni cómo, porque debe de sonar un poco a burla que te pidan que curres un poco más para ayudar a alguien que se va de vacaciones. Claro que, a cambio, le he prometido ayudarle a mi regreso con una asignatura que sé que se le da mal.

Ahora acabo de dejar el apartamento en el que me estoy quedando con mi mochila colgada a la espalda para ir a dar un paseo por ahí, pero, no sé cómo coño lo hago, acabo perdiéndome en la ciudad y, de una zona transitada y animada además de alegre, he pasado a lo que parecen los jodidos barrios bajos. O los suburbios, qué más da. El caso es que esto se ve mucho más lúgubre y deshabitado, me está dando tanto mal rollo que se me están poniendo los pelos de punta. Me detengo un momento y miro a todos lados, quiero salir de aquí, ¿cómo me he metido en este tugurio? Me recuerda mucho a Gotham, ¡y yo no me fui de allí de vacaciones para meterme en un sitio idéntico! Y, por si fuera poco, veo a dos tíos que se acercan por el otro lado de la calle, aunque aún no me han visto. Mierda, ahora sí. Date la vuelta, Maiwen, no les mires y date la vuelta. Me giro y me alejo del sitio pero oigo sus pisadas detrás, joder, creo que nací con un imán que atrae la mala suerte. Me echo a correr cuando otro tío me corta el paso. ¿Pero qué...? No es uno de los de antes, ¿no...? No, no lo es. Al girarme rápidamente hacia el otro lado veo que los dos que me seguían están ahora peligrosamente cerca. Si es que está claro que no tienen buenas intenciones.

Me giro de nuevo hacia el otro mientras alzo mi pierna para darle una patada en un hombro. Parece que lo coge desprevenido, porque lo he tirado al suelo del golpe. Me giro hacia los otros dos con posición defensiva, puños cerrados y en alto. Retrocedo un poco, intentando alejarme de ellos. Les noto algo más tensos, ya saben que no soy una damisela en apuros y que no voy a dejar que me toquen los cojones. Estos tíos me recuerdan a aquellos de los que me salvó Selina Kyle y a los que vencí yo sola tiempo más tarde, aunque los de aquí no parecen llevar ni siquiera navajas. Lanzo una patada a uno de ellos y me agarra la pierna, pero doy un salto y le pego con la otra. Caigo de culo y hago una mueca a la vez que suelto un quejido de dolor. Pero no puedo dejar que me cojan ahora, así que lo más rápido posible le pongo la zancadilla al otro y lo tiro al suelo. Me levanto y me dispongo a correr, pero el tío al que pateé en el hombro ya está de pie y me ha agarrado de la mochila.

—¡Suéltame! —grito y, cuando me dispongo a quitarme mi mochila aunque no pueda dejarla atrás, sólo para que no me puedan sujetar con ella, alguno de ellos me estampa contra una pared y me aprisiona contra ella. Cuando quiero hacer algo para liberar mi situación, siento el frío cañón de una pistola en el cuello y abro mucho los ojos. Los malos recuerdos llegan a mi mente como un corrientazo y suelto un grito tan desgarrador como si me hubiesen clavado un cuchillo.

Coast City es mi ciudad y como tal sus ciudadanos cuentan con mi protección y la de otros lanterns, como Kyle o John, incluso Guy pero aun siendo una ciudad con pocos criminales es imposible erradicar el crimen de raíz. Por este motivo en mis rondas como Green Lantern vigilo bastante bien los barrios bajos de la ciudad y ayudo a la policía de esa zona con hurtos y ese tipo de cosas, pocas veces se llega al asesinato y cuándo ocurre… mejor que los causantes corran porque no me detengo en esos casos. Mi luz esmeralda llama la atención de varias personas, da igual que sea de día y haga un perfecto sol que convierten a este día, junto las moderadas temperaturas, en uno perfecto para salir a la calle.

Volando por la zona encuentro a una mujer normal, no llamaría mi atención más allá de que no está nada mal si no fuera porque de repente se lía a palos con unos tres tíos que la están acorralando, se defiende bastante bien pero finalmente pueden con ella y la empotran contra la pared, cuándo veo la pistola apuntando a su cabeza acelero y me quedo encima de ellos creando un lazo que agarra la pistola y la lanza lejos a la azotea del edificio, los hombres se giran para verme dispuestos a hacerse los chulos con quien haya sido pero cuándo sus ojos me ven puedo ver el miedo en ellos y en ese momento siento lástima.

- No se juega con esas armas, os podéis hacer daño…

Desciendo y me quedo en medio de ellos mirándolos con una pícara sonrisa antes de que el anillo cree un puño que gira alrededor mío noqueándolos a los tres, el puño se desvanece y yo me acerco a la chica:

- ¿Estás bien? ¿Necesitas ir al hospital?